Lunes 26 de agosto, La Plata. Corren 46 minutos del partido entre Estudiantes y Boca. El equipo de Diego Martínez hizo un gran primer tiempo y se fue 1-0 al vestuario. Pero en el segundo se quedó sin ideas y los de Eduardo Domínguez empataron. El partido se muere cuando Federico Fernández baja una pelota, Giménez anticipa a Chiquito Romero (que ya había salido mal en el gol de Cetre donde también hubo polémica)y el Estadio Uno explota con la victoria del Pincha que repite la remontada de la Copa de la Liga pasada. Parece un dejavú: el colombiano que hizo el primer gol es otra vez verdugo y una vez más celebra Enzo Pérez, un viejo enemigo íntimo del Xeneize.
Finalmente, el gol sería anulado por la posición irregular del ex central de la Selección Argentina en Brasil 2014. Pero las cámaras se quedaron con Enzo Fernández, que en medio de la euforia, celebró haciendo el gesto de hamacar a un bebe.
«Son hijos nuestros», interpretaría cualquier futbolero. Y fue lo que entendió Luis Advíncula que explotó contra el volante del Pincha que se excusaba explicando una situación. ¿Qué le decía?