A horas de que cierre el mercado de pases, Boca está muy cerca de sumar a su séptimo refuerzo y se trata de un jugador muy buscado por el Consejo de Fútbol que encabeza Juan Román Riquelme y requerido también por el DT Diego Martínez: Alan Velasco.

Luego de algunos idas y vueltas entre los dirigentes del Xeneize y sus pares del Dallas FC, el ex Independiente llegaría al club de la Ribera a cambio de 8 millones de dólares por el 80% y se sumaría a Gary Medel, Tomás Belmonte, Ignacio Miramón, Agustín Martegani, Milton Giménez y Brian Aguirre para ir en busca de la Copa Sudamericana, el gran objetivo de la temporada.

Esas características de un volante o extremo, que también puede jugar como acompañante del ‘9’, con desequilibrio y gol son las que buscaba Boca para romper el molde en la mitad de la cancha y abastecer de mejor manera a la dupla goleadora uruguaya de Miguel Merentiel y Edinson Cavani. Y lo tendrá con Velasco, la joyita que apareció en el Rojo de Avellaneda en 2019 y luego llevó todo su talento a los Estados Unidos.

Su conexión con Boca no es cosa nueva. Si bien declaró en más de una oportunidad ser hincha de Independiente, en una entrevista que dio durante su estadía en Dallas dejó la puerta abierta a la posibilidad de jugar en otro equipo del fútbol argentino y eso es lo que está a punto de suceder. Tiene un tatuaje de Diego Armando Maradona en la espalda y muchos vieron como un guiño cuando en 2022 le dio la clasificación a las semifinales de la Conferencia Oeste de la MLS a Dallas y lo festejó haciendo el topo gigio que alguna vez inmortalizó Juan Román Riquelme.

Alan Velasco en un clásico de Avellaneda disputado en pandemia. Foto: Juan Mabromata/AFPAlan Velasco en un clásico de Avellaneda disputado en pandemia. Foto: Juan Mabromata/AFP

Debutó en Primera el 29 de mayo de 2019, poco después de ser campeón del Sudamericano Sub 17 con la Selección Argentina dirigida por Pablo Aimar, cuando ingresó unos pocos minutos en la victoria 2-0 del equipo de Ariel Holan ante Rionegro Águilas por la segunda fase de la Copa Sudamericana. A final de aquel año, un cúmulo de situaciones deportivas y extradeportivas sacaron a Holan de su cargo y el que lo reemplazó fue Lucas Pusineri, quien valoró de muy buena manera a Velasco.

«Salvando las distancias, lo veo como Robben, que es un jugador que puede desequilibrar y tiene gol. Es una aparición muy importante, es indescifrable para los rivales», dijo por aquel entonces el DT en lo que pareció un elogio desmedido y una sentencia un tanto apresurada, más allá de sus enormes condiciones.

Convirtió ocho goles en 69 partidos disputados con el Rey de Copas y supo cargar con la responsabilidad que implica usar una camiseta pesada como la ’10’ del Rojo, lo que le valió para que en la renovación del contrato que firmó a fines de 2020 lo «blinden» con una cláusula de 23,5 millones de dólares.

Sin embargo, la mala situación económica del club llevó a que Hugo y Pablo Moyano lo terminen vendiendo al fútbol estadounidense por un valor bastante inferior: 7 millones de dólares. De todos modos, esa cifra lo ubica como la octava venta más cara de los Diablos Rojos detrás de Sergio Agüero, Maximiliano Meza, Esequiel Barco, Diego Forlan, Emiliano Rigoni, Germán Denis y Matías Vuoso.

Al confirmarse su salida, contó cuánto sufrió jugar en un contexto tan adverso como el de un gigante de América en crisis y cómo lidió con la responsabilidad de ser la figura. «Cuando me dieron la 10 tenía una emoción bárbara. La usé en todas las inferiores y me tocaba usarla en Primera, pero no sabía lo que venía después, no me lo imaginaba. Me costó, no porque me haya pesado, sino porque por primera vez empecé a recibir críticas porque se esperaba más de mí. El primer semestre la pasé muy mal puertas adentro. Llegaba a mi casa después de una derrota y sentía que era todo mi culpa. Mi familia estaba cenando y yo me iba a acostar; mi mamá me decía que fuera a comer y yo no quería. No lo estaba disfrutando. Pero después hice un click en el segundo semestre para no tomármelo tan así. Y ahí empecé a disfrutar un poco más», describió con sinceridad en diálogo con ESPN.

«Es muy difícil no marearse. Por suerte tuve la oportunidad de tener en el plantel a varios compañeros que me guiaron. Me vieron chocarme mil veces contra la pared y así y todo me apoyaban y me hablaban. Silvio Romero me hablaba mucho, Lucas Romero, Fabricio Bustos. Yo aprendí cosas de ellos y les agradezco», agregó sobre las luces de la fama y del fútbol.

Casi en simultáneo, se hizo un impresionante tatuaje en la espalda en homenaje a Diego Armando Maradona, que había fallecido un par de meses antes. Con 18 años, Velasco decidió replicarse la icónica foto en la que Maradona está besándose la camiseta azul de la Selección Argentina, luego la victoria por 2-1 ante Inglaterra, en los cuartos de final del Mundial de México 1986.

“El día que falleció Maradona yo hice mi primer gol en primera, después de eso dije: “Me lo tengo que tatuar”. Mi papá siempre me mostraba videos de él cuando era chico”, recordó más adelante en el tiempo.

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Tras la eliminación de la Leagues Cup, el 10 intercambió camisetas con su compatriota del FC Dallas. “Es un partido que no me lo olvido nunca en la vida”, contó Alan.

En la MLS sus números fueron similares a los que registró en el fútbol argentino (13 goles en 64 partidos), pero logró desenvolverse en un contexto mucho más favorable para demostrar todo su talento y desfachatez. Allí, además, enfrentó a Lionel Messi y se dio el gusto de cambiar camiseta con el mejor futbolista del mundo, ya campeón en Qatar. Y volvió la reminiscencia para Maradona, porque una imagen recorrió las redes sociales con una leyenda: “Los 3 mejores 10 en una foto”.

También vivió en Dallas uno de los momentos más difíciles de su carrera: en noviembre del año pasado sufrió una rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda durante el partido que su equipo perdió contra Seattle Sounders por la primera ronda de los playoffs. Aquel fue su último partido en la liga estadounidense.

La vuelta a la Argentina parece cercana para Velasco, que está a un paso de ponerse la camiseta de otro de los gigantes del continente. Boca lo necesita.



Fuente Clarin

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