El calendario lo puso en aprietos a San Lorenzo. En el medio de la trascendental llave de octavos de final de la Copa Libertadores, el equipo de Boedo tiene que visitar a Boca, este domingo a las 14.30, en un clásico que siempre pesa entre los hinchas azulgranas casi tanto como el de barrio contra Huracán. Sin embargo, parece que en esta ocasión, la prioridad será exclusivamente del plano internacional. Leandro Romagnoli planea seriamente pisar la Bombonera con una formación alternativa pensando en el viaje a Belo Horizonte y la revancha del martes que viene.

Llegó el momento de decidir para Pipi. Diversos factores lo obligan a tomar una determinación. El poquísimo tiempo de descanso entre un partido y otro, el plantel corto y algunas bajas y jugadores tocados son suficientes argumentos para elegir cuidar a las mejores piernas para jugarse la clasificación a cuartos de final en el país vecino. La serie está abierta. El empate 1-1 en el Nuevo Gasómetro dejó la resolución para el duelo de vuelta en el que puede pasar cualquier cosa. Si el Ciclón logra mantener el buen nivel del primer tiempo puede tener permiso para ilusionarse.

Pero antes estará Boca. La Liga Profesional le muestra los dientes a San Lorenzo. Está en el puesto 25 de 28 equipos con apenas 7 puntos en 10 fechas (debe completar el encuentro suspendido contra Godoy Cruz). Sabe que tiene que repuntar, pero pesa más la Libertadores en este momento.

Por eso, nombres que vienen siendo suplentes como Daniel Herrera, Sebastián Blanco, Ezequiel Cerutti y las caras nuevas que necesitan rodaje como Facundo Bruera, Nahuel Bustos y Andrés Vombergar podrían ir de entrada.

A otro que cuidarán para el martes es a Jhohan Romaña, que arrastra una molestia muscular. El que no llegará a ninguno de los dos compromisos es Malcom Braida, quien continúa recuperándose de un esguince de rodilla.



Fuente Clarin

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