El sábado, cerca de la medianoche en París, los más de 12.000 espectadores que colmaron el Arena Bercy para ver la final del básquet masculino entre Francia y Estados Unidos se rompieron las manos para aplaudir a Stephen Curry, a LeBron James y a Kevin Durant. Al primero lo ovacionaron por ser la figura del duelo, al segundo por ser una leyenda viviente y al tercero por ser un jugador histórico. Sucede que KD se alzó con su cuarta medalla de oro olímpica (2012, 2016 y 2024), una marca que parecía inalcanzable. Pero no: a los 42 años Diana Taurasi, la jugadora de Estados Unidos que tiene profundas raíces argentinas, se consagró este domingo en la ajustada victoria de las norteamericanas contra Francia 67 a 66 y consiguió su sexta medalla dorada tras los logros en Atenas 2004, Pekín 2008, Londres 2012, Río de Janeiro 2016 y Tokio 2020. Atrás, con cinco preseas, dejó a su antigua compañera, Sue Bird, para convertirse en la máxima ganadora de oros, entre hombres y mujeres, en deportes de equipo en la historia de los Juegos.

Poco importó que Taurasi no haya jugado ni un segundo en la gran final. El resultado estuvo en suspenso hasta la última jugada y por eso la entrenadora Jean Aime Toupane no pudo hacer ingresar a la experimentada que ya supera por dos años las cuatro décadas. Francia perdía por 3 cuando quedaban menos de 4 segundos. La pelota le llegó a Gabby Williams, que recibió y la metió con el sonido de la chicharra. Pero la francesa tenía un pie apenas tocando la línea y la conversión final fue de 2 puntos. Un dato no menor para mensurar el partido de las locales: Estados Unidos perdió por última vez en los Juegos en Barcelona 1992.

Tiene un costado argentino Taurasi, no está mal decirlo ni se falta a la verdad. Su historia ya se contó en otras oportunidades, pero siempre es bueno volver a hacerlo porque una carrera como la de la basquetbolista merece una y mil crónicas. Mario Taurasi llegó a Argentina desde Italia a los 5 años y de adulto se enamoró de una rosarina, Liliana. En la tierra de Lionel Messi nació la mayor de las hijas del matrimonio, Jessica, pero al tiempo la familia decidió mudarse a Chino, California, donde nació Diana. En su nuevo hogar, lo primero que hizo fue probar con el fútbol por la pasión heredada de la mamá, fanática de Rosario Central. Diana también es Canalla, por supuesto.

Pero ojo: su amor por Rosario Central no la transforma en necia. Ocurre que también ama a Lionel Messi, como casi todos los argentinos. Por eso a su perro le puso Messi y su hijo (que tuvo junto a su pareja y ex compañera de equipo, la australiana Penny Taylor) se llama Leo Michael. Otro dato: en su cuenta de Instagram Diana completa su argentinidad con su amor a Maradona.

Diana, el 3 de agosto de 2023, al superar la marca de los 10.000 puntos en la WNBA, jugando para Phoenix; en la tribuna, su familia con los colores argentinos. 
Foto: AP PhotoDiana, el 3 de agosto de 2023, al superar la marca de los 10.000 puntos en la WNBA, jugando para Phoenix; en la tribuna, su familia con los colores argentinos.
Foto: AP Photo

Las vueltas de la vida harían que la familia Taurasi volviera a mudarse a Rosario durante 1993. «Rosario siempre va a ser la casa. Ahí está la familia. La gente caminando, la panadería, la verdulería, la carnicería, allá en Estados Unidos no se ven esas cosas. Me acuerdo cuando era chiquita. Sábado a la mañana, te daban unos cuantos pesos y me decían ‘andá a comprar unas facturas’. Yo iba con mi hermana, caminando, comprábamos facturas, unas botellas de soda, de vino, pum pum, las llevábamos a casa. Ahí estaba mi tía que hacía los ñoquis. Todas esas cosas están en mi mente», contó en una entrevista con Clarín.

Durante ese año, Diana deslumbró en el Club Atlético Villa Diego. «Estaba todo el día allí, desde las 8 de la mañana hasta las 8 de la noche. La vida de club aún la extraño porque en Estados Unidos no existe. Allá es la escuela y la universidad, pero no hay instituciones así. Yo recuerdo que en Villa Diego hacía y jugaba a todo, al fútbol, al tenis, al hockey«, explicó Taurasi en el sitio Diario Norte.

Taurasi también se ganó el cariño popular porque en varios pasajes de su carrera se reveló como una transgresora. En 2012, la FIBA la multó por no respetar el reglamento sobre vestimenta que consideró sexista. En 2017, se casó con su ex compañera en Phoenix, la australiana Penny Taylor, quien dio a luz su hijo. Y en 2019 le realizó un homenaje a Evita llevándola en su calzado. «Muchas veces la gente no dice nada porque no quiere perder el puesto que tiene. Eso lo vemos en los negocios, en las corporaciones, en los bancos, en la política. Es la verdad, pero eso a mí no me iba a parar de decir lo que era justo. Nunca me paró», sentenció en este medio.

En estos Juegos, el aporte de Diana no fue importante adentro de la cancha (solo 5 puntos en 56 minutos) por una cuestión lógica de la edad. Su presencia fue vital desde lo anímico. «Nos vemos en París«, les dijo a sus compañeras cuando se coronaron en Tokio. Francia entonces fue su último objetivo y lo cumplió. ¿Su mejor versión en Juegos? Los de Río de Janeiro 2016, donde promedió 15,6 puntos por partido.

Ha despertado elogios de los más grandes del básquet, Taurasi, quien fue campeona 3 veces en la WNBA (donde también es la máxima anotadora histórica, con 10.447 puntos) y 6 de la Euroliga. Phil Jackson, legendario entrenador de Chicago Bulls y Los Ángeles Lakers, la llamó “tiburón” en Twitter después de un partido. «Cuando juega tiene un brillo especial en los ojos”, la mimó el canadiense Steve Nash. Igual, el mejor de los piropos se lo entregó Kobe Bryant. «Ella también es una Mamba. La blanca», la puso a su altura el fallecido ex base.

Fue especial la relación de Taurasi con Bryant. Diana siempre contó que fue su gran referente. Y Kobe tuvo un enorme gesto en 2017: estuvo en el partido en la que se convirtió en la máxima anotadora de la historia de la WNBA. Además, Taurasi participó en el memorial de Kobe que se hizo en el Staples Center en febrero de 2020. «Kobe y Gigi están en el corazón de Los Angeles y los ángeles nunca mueren. Te queremos mucho», cerró en su momento.

Diana Taurasi en el memorial del querido jugador de los Lakers. Foto: AFPDiana Taurasi en el memorial del querido jugador de los Lakers. Foto: AFP

«La verdad es que llevo la camisa de Estados Unidos, pero debajo llevo la de Argentina, siempre. Mi viejo, mi vieja, toda mi familia es argentina… y yo gano esta medalla para los dos países», reforzó Taurasi este domingo, en París, tras haber hecho historia al convertirse en la persona más laureada de la historia del baloncesto olímpico.

Y sobre su futuro, indicó: «Bueno, creo que en una semana o en dos semanas puedo pensar bien lo que pasó los últimos veinte años. Es un orgullo haberme puesto esta camiseta durante veinte años, en los que he coincidido con muchas jugadoras muy buenas. Es mucho tiempo. La verdad es que tengo mucho orgullo».

Probablemente le dirá adiós Taurasi a la Selección de Estados Unidos. Lo que restará ahora es colgar su camiseta en lo más alto de algún estadio. Y encontrar un buen y amplio lugar en donde descansen sus seis medallas de oro.



Fuente Clarin

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