Los tres jueces que se sentarán, con la mirada atenta y la lapicera lista, al borde del cuadrilátero, probablemente no realizarán íntegramente su labor este sábado en la contienda principal de la velada que se llevará a cabo en el Michelob ULTRA Arena, el recinto más amplio del Mandalay Bay de Las Vegas (tiene capacidad para 12.000 espectadores). Porque el ucraniano Serhii Bohachuk y el estadounidense Vergil Ortiz, los protagonistas del duelo por el título interino superwélter del Consejo Mundial de Boxeo, son (casi) una garantía de nocaut.
Quienes observen la pelea en el estadio o por televisión (ESPN 2 transmitirá desde las 21, hora argentina) deberán limitar los parpadeos demasiado prolongados si quieren evitar perderse un desenlace fulgurante y prematuro.
Cuarenta y cuatro nocauts en 46 pleitos combinan estos dos púgiles: Bohachuk, propietario de la faja que se pondrá en juego en la Ciudad del Pecado, obtuvo por la vía rápida 23 de sus 24 victorias (además registra una derrota); mientras que Ortiz, quien afrontará su primera oportunidad mundialista, liquidó de forma categórica a los 21 adversarios con los que midió fuerzas desde que inició su carrera como profesional en julio de 2016.
El texano, que ascenderá al encordado como retador, pero también como favorito, es una de las nuevas atracciones del boxeo estadounidense, siempre deseoso de explosividad. El peleador nacido hace 26 años en Grand Prairie debutó en la división superligero, ascendió a wélter en 2019 y ahora está incursionando en las 154 libras. En este camino, en el que también fue elevando la vara de oposición, su pegada no perdió contundencia. Entre quienes sucumbieron ante su poder destacan el excampeón mundial Maurice Hooker, el lituano Egidijus Kavaliauskas y el californiano Mauricio Herrera.
La incógnita es cómo responderá el texano ante la escasa actividad, puesto que en los últimos tres años su labor ha estado condicionada por dos enfermedades: padeció covid-19 y rabdomiólisis, una patología renal derivada de una lesión muscular. Después del triunfo ante Kavaliauskas en agosto de 2021, solo realizó una presentación en los 29 meses siguientes: superó al británico Michael McKinson en agosto de 2022. Este año hizo dos combates, ante el ghanés Frederick Lawson y el puertorriqueño Thomas Dulorme, pero ambos se definieron en menos de tres minutos. Es esperable que Bohachuk lo exija bastante más.
El ucraniano de 29 años, nacido en Vinitza, pero avecindado en Los Ángeles, fue un sólido amateur que representó a la franquicia de su país en la Serie Mundial de Boxeo antes de convertirse en profesional en febrero de 2017, ya afincado en Estados Unidos. Ganó expeditivamente sus primeras 18 peleas, pero en marzo de 2021 sufrió una sorpresiva derrota ante el californiano Brandon Adams.
Otra racha de cinco triunfos categóricos ante rivales de segundo y tercer nivel (los más destacados fueron el jamaiquino Nathaniel Gallimore y el exretador mundialista ghanés Patrick Allotey) lo puso ante la oportunidad de su vida en marzo pasado. Y no la desaprovechó: venció por puntos al estadounidense Brian Mendoza y le arrebató el cinturón que este sábado pondrá en juego por primera vez.
En un duelo entre noqueadores, será clave quién podrá imponer sus cualidades y neutralizar las del adversario. Ortiz tiene un jab potente y trabaja muy bien con golpes al cuerpo, pero su defensa dista de ser ideal, sobre todo cuando pelea en la distancia corta. Bohachuk, que es más alto, más corpulento y tiene mayor alcance, es una máquina de lanzar golpes y podría sacar ventaja en una contienda de largo aliento, pero es difícil saber cómo responderá ante un rival tan potente como el norteamericano.
Al ganador de este pleito se le abrirán puertas para acceder a oportunidades más desafiantes y redituables en las 154 libras. En principio, una sería la unificación con el monarca regular del CMB, el longilíneo estadounidense Sebastián Fundora (también es reconocido por la Organización Mundial de Boxeo), quien se está recuperando de una fractura en la nariz que sufrió en la sangrienta contienda en la que obtuvo esos cinturones: ante el australiano Tim Tszyu a fines de marzo.
El campeón de la Federación Internacional de Boxeo es el ruso Bakhram Murtazaliev, quien deberá exponer su cinto ante Tszyu antes de fin de año. Pero el billete dorado de esta división es el estadounidense Terence Crawford, excampeón indiscutido de las categorías superligero y wélter, y uno de los mejores libra por libra del planeta, quien el sábado pasado le quitó el cetro superwélter de la Asociación Mundial de Boxeo al uzbeko Israil Madrimov en Los Ángeles.