No debe haber, probablemente, una forma de empezar peor un partido tan definitorio como una semifinal de los Juegos Olímpicos. En París 2024, el cruce entre Brasil y España por el torneo femenino de fútbol tuvo su primer cimbronazo a los seis minutos, cuando la arquera y una defensora del conjunto europeo protagonizaron un blooper que puede definir, ni más ni menos, quién asegura la medalla y quién deberá ir a jugar por el bronce.
España, como ya ha acostumbrado antes y después de ser campeón del mundo en 2023, hace de la posesión de la pelota su principal virtud. Por eso no es extraño que involucre a su arquera en el circuito de salida desde el fondo.
Claro, que la idea no era lo que terminó sucediendo en el estadio Velodrome de Marsella. Porque Cata Coll, con una máscara en su rostro por una fractura en la nariz, intentó un pase largo ante la presión del ataque brasileño con tanta mala fortuna que impactó sobre Irene Paredes, lo que provocó que la pelota termine dentro del arco.
Fue el festejo de Brasil y la amargura de España, que arrancaba con el pie izquierdo la chance de ir por la medalla dorada, para sumar a su título del mundo obtenido en Australia y Nueva Zelanda 2023.
Para colmo de males, sobre el cierre del primer tiempo, la Verdeamarelha concretó su segundo tanto, después de una buena definición de primera de Gabi Portilho y pese a no contar en cancha con su emblema Marta, en el banco de suplentes tras haber cumplido una sanción por una brutal infracción en la fase de grupos.