La ilusión del vóleibol argentino en París 2024 parece acercarse a su final. El equipo dirigido por Marcelo Méndez, que defiende la medalla de bronce obtenida en Tokio 2020, necesita un milagro para avanzar a la siguiente fase.
Tras la dura derrota del debut por 3-0 ante Estados Unidos, este miércoles cayó por 3-1 ante Japón y necesitará ganarle por amplia diferencia a Alemania, esperar otros resultados y hacer cuentas si desea meterse en los cuartos de final.
Sin embargo, para explicar el marcador hay que hablar de un punto crucial que se dio en el cierre del segundo capítulo, cuando Argentina le daba pelea y dominaba a los nipones, subcampeones de la reciente Liga de Naciones de Vóley.
Con el marcador 20-19 a favor de los argentinos, un remate de Conte rozó en el bloqueo japonés y se fue afuera, en lo que podía ser una ventaja considerable de 21-19 en ese tramo final del segundo capítulo.
Sin embargo, el juez de silla no vio ese roce y le dio el punto a Japón, motivo por el cual el combinado nacional pidió de inmediato la revisión de la tecnología a través del video check. «Pedila, pedila», se lo escuchó decir a Conte, en dirección a su banco.
Lo más insólito o indignante se dio después porque los jueces a cargo de los monitores, esta especie de VAR pero aplicada en el vóley, decidió que la pelota no tocó la mano del japonés, a pesar de que la pelota claramente desvía su recorrido.
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El equipo albiceleste pidió revisión y terminó sufriendo el insólito fallo arbitral que le costó el segundo set.
El banco argentino explotó con los reclamos y el árbitro polaco Wojciech Maroszek no tuvo contemplaciones: le sacó tarjeta amarilla al equipo nacional, un apercibimiento que no hizo efecto porque las protestas continuaron. Fue allí que Maroszek sacó la roja, penalización que consiste en un punto para el equipo rival.
De esta manera, lo que visiblemente era 21-19 para Argentina terminó siendo 21-20 pero a favor de los japoneses. Con mucha bronca a cuestas, el equipo capitaneado por Luciano De Cecco terminó entregando ese segundo set por 25-22. La sensación se hizo mayor, vale decirlo, porque desaprovecharon una ventaja que llegó a ser de cinco puntos.
El espíritu de los héroes del bronce en Tokio se vio en el tercer capítulo, dominado de principio a fin por Argentina, que se impuso por 25-18 y parecía iniciar una remontada. Sin embargo, Japón mostró su gran momento (viene de ser subcampeón en la Liga de Naciones de Vóley) y se llevó el cuarto parcial por 25-23.
Tras la derrota contra Japón, Argentina se quedó en la cancha unos minutos más, estirando y llorando, literalmente, por un resultado que lo dejó casi eliminado de París 2024.
Un rato después llegó el estallido, iniciado por un Facundo Conte que eligió sus redes sociales para exponer los sentimientos de la Selección.
«Nos sacan una tarjeta amarilla y una tarjeta roja por enojarnos por esta pelota», escribió el hijo de Hugo, usando el idioma inglés como para que su mensaje llegue a las altas cumbres de la dirigencia del vóley mundial.
Y agregó: «Nosotros trabajamos tres años para estar en este torneo y se supone que no podemos mostrar nuestras emociones cuando nos joden a la vista de todos, solamente tragar saliva y que siga el show…».
«Vergüenza por todos ustedes», cerró Facu, muy enojado.