Será vital Julián Álvarez para la Selección Sub-23, que comienza este miércoles con el sueño de la tercera medalla dorada en los Juegos Olímpicos, porque es uno de los mejores delanteros del mundo. Ya dejó de ser aquel chico tímido nacido en Calchín, Córdoba, y que irrumpió en River de la mano de Marcelo Gallardo. No ha perdido la humildad ni mucho menos el Araña, pero acumula varios pergaminos en su corta carrera y eso le permite plantarse como lo hizo ante Pep Guardiola y la cúpula de Manchester City para que lo habiliten a estar en París. Sí, ni más ni menos, lo mismo que hizo Lionel Messi en 2008.
«Cuando me llamó Mascherano al instante le dije que sí. Tuve que hablar un poquito con los dirigentes. Hubo unos días de idas y vuelta para que me dejaran ir. Estoy ilusionado porque es la única competición que me falta jugar y ganar. Soy un privilegiado por haber podido jugar todos los torneos», contó Julián tras la consagración en la Copa América.
Julián Álvarez durante una práctica con la Selección Argentina Sub-23 para los Juegos Olímpicos de París 2024.«Juliaaaan, Juliaaan», gritan una y otra vez el grupo de 15 franceses curiosos que espían desde lo alto de una pequeña colina que se encuentra al costado del Stade Auguste Dury, uno de los predios del club Saint-Éttiene. Para todos, el Araña es la gran atracción. «Argentina es la gran candidata porque tiene a Julián», dice Octavio, un madrileño de 62 años que ahora trabaja en Francia, que vivió diez años en Buenos Aires y que compró las entradas hace meses con la esperanza de que juegue Lionel Messi. «El otro que me gusta es Equi Fernández: ojalá no se vaya a Arabia», se lamenta.
Conviene decir que no hay clima de partido importante ni de gran evento en Saint-Étienne, una ciudad pequeña en la que casi no se escuchan ruidos de autos. «Las aplicaciones de pedidos de autos acá casi que no funcionan; tampoco hay mucha cantidad de taxis», cuenta Claude, recepcionista de un hotel céntrico. «Al partido van a ir muchos argentinos y marroquíes que viven en Lyon», avisa y dice que mira domingo a domingo a Julián porque es «fanático de la Premier League».
El deseo por ganar es lo que lo motiva a Julián, por eso no dudó en pedir el permiso para estar en París. Al cabo, el cordobés quiere dejar su nombre en una página que aún está en blanco en el gran libro del fútbol. ¿De qué se trata? Ningún futbolista argentino -ni sudamericano- se consagró en los seis torneos más destacados: Mundial, Copa América, Copa Libertadores, Champions League, Mundial de Clubes y Juegos Olímpicos. De alzar el oro en París, el Araña será récord.
Lionel Messi y Ángel Di María ganaron los Juegos, pero no la Copa Libertadores. Tampoco hay brasileños en la lista: Dida y Cafú obtuvieron el Mundial, la Copa América, la Copa Libertadores, la Champions League y el Mundial de Clubes. Una aclaración: el arquero se colgó la medalla de bronce en Atlanta 1996.
Julián Álvarez y Lucas Beltrán, con sus parejas.Y jugar acá en Francia será especial para Julián por otra particularidad: será dupla de ataque con Lucas Beltrán, su amigo y ex compañero en River. Un dato: en la Primera del elenco de Núñez compartieron cancha apenas 12 veces. «Sería hermoso volver a hacer dupla con Julián. Tengo una amistad de muchos años. No compartimos tanto tiempo en Primera jugando a la vez, pero sí lo hicimos en Reserva y en las juveniles», avisó el también cordobés Beltrán en mes pasado, antes de los amistoso preparatorios ante Paraguay. Y amplió: «Nos llevamos muy bien, pasamos las Fiestas juntos, compartimos mucho tiempo en la pensión y tenemos una gran relación. Puede ser que de tanto tiempo que pasamos juntos uno le copie cosas al otro».
Está listo el equipo argentino para arrancar el sueño olímpico. Está preparado también Julián Álvarez, aquel tímido cordobés devenido en estrella mundial que va por su título número 17 y por lograr un hito en el fútbol sudamericano.