los caminos para convertirse en el campeón absoluto de los supermoscas

Los planes a corto plazo de Fernando Martínez son simples: descansar, compartir tiempo con su familia, celebrar su 33° cumpleaños la semana próxima y permitirse comer una porción de torta después de tantas jornadas de cuidado en la alimentación. Tras ese merecido período de pausa, el único campeón mundial con el que cuenta el boxeo argentino en estos días (además hay tres monarcas mujeres) comenzará a delinear, junto a su equipo de trabajo, un futuro en el que los caminos realmente seductores no son tantos.

“Ahora quiero volver a mi casa. Y después quiero ir por los campeones. Hasta no tener los cuatro cinturones no paramos”, sostuvo el Puma el jueves tras aterrizar en Ezeiza, adonde llegó desde Tokio, la ciudad en la que el domingo venció por puntos al local Kazuto Ioka y así reunió los títulos de la Federación Internacional de Boxeo, que ya le pertenecía, y de la Asociación Mundial de Boxeo, que poseía el nipón. En esa búsqueda de convertirse en campeón indiscutido asoman los dos hombres que, en este tiempo, pueden ofrecerle también una oportunidad económica muy jugosa.

Una de las opciones es un duelo con el texano Jesse Rodríguez, quien le arrebató la corona del Consejo Mundial de Boxeo al mexicano Juan Francisco Estrada el 29 de junio en Phoenix con un impactante nocaut en el séptimo asalto. Bam, de apenas 24 años, es un púgil con una proyección enorme, que tiene un estilo de boxeo muy atractivo y que cuenta con el respaldo de Matchroom Boxing, una de las promotoras más poderosas del planeta.

Apenas unos minutos después de su triunfo ante Estrada, el invicto Rodríguez (ganó sus 20 peleas, 13 de ellas antes del límite) anunció sobre el cuadrilátero y luego reiteró en una conferencia de prensa que su objetivo era enfrentar al vencedor de la contienda que protagonizarían ocho días después Ioka y Martínez. “Tener todos los cinturones es algo que he visto hacer a otros peleadores y definitivamente es algo que quiero hacer”, justificó.

El peleador nacido en San Antonio vaticinó que Ioka triunfaría y viajó a Tokio para seguir desde el ring side el pleito. “Me encantaría pelear en Japón. Estuve ahí unas cuantas veces y se vive un ambiente diferente, así que me encantaría ir allá y pelear contra quien sea”, se ilusionó. Pero Martínez fue quien terminó con el brazo en alto, lo que obligaría a modificar sus planes. De todas formas, escenarios no faltarán si se acuerda la contienda.

El factor que podría atentar contra este plan es que el contrato que se firmó antes del combate entre Rodríguez y Estrada contemplaba una cláusula de desquite inmediato y el mexicano ya anunció su deseo de hacerla valer. “Si él quiere seguir adelante con la revancha, entonces podemos hacerlo de nuevo”, aceptó Bam. “La revancha está ahí. También hay oportunidades en Japón, hay oportunidades para volver a San Antonio y también para volver a Phoenix. El futuro es brillante”, pronosticó Eddie Hearn, CEO de Matchroom Boxing.

La otra puerta grande que puede abrirse para Martínez es un regreso a la Tierra del Sol Naciente para medirse con Kosei Tanaka, el campeón reconocido por la Organización Mundial de Boxeo desde febrero, cuando se apoderó del título, que estaba vacante, venciendo por puntos al mexicano Christian Bacasegua Rangel. Para ello, el nipón tendrá que superar con éxito su primera defensa de la corona: el sábado 20 de julio se medirá con otro mexicano, Jonathan Rodríguez, un rival que, a priori, no debería representar un gran riesgo para él.

Tanaka tiene 29 años y antecedentes importantes: ya fue campeón mundial de la OMB en cuatro divisiones, puesto que antes reinó en las categorías mínimo, minimosca y mosca. De sus 21 pleitos rentados, ganó 20 (11 por la vía rápida) y solo fue vencido por Kazuto Ioka en su primer intento por conseguir el cetro supermosca el 31 de diciembre de 2020.

Tanto un enfrentamiento contra Rodríguez en Estados Unidos como uno contra Tanaka en Japón configuran para el Puma las mejores ecuaciones en la combinación entre desafío deportivo y rédito económico. Tampoco sería una opción descartable una revancha con Ioka si es que el japonés decide continuar boxeando y hacerlo en la categoría supermosca.

En cualquiera de los casos, la cita sería fronteras afuera. Si bien Martínez manifestó el jueves su deseo de pelear en la Bombonera, no parece factible en estos días que inversores locales estén dispuestos a poner los dólares necesarios para organizar un combate de esta dimensión. Y ni Matchroom Boxing ni Teiken Promotions (la empresa que maneja los intereses de Tanaka) estarán dispuestas a traer a sus campeones a Buenos Aires para exponer sus coronas como visitantes.

Si el peleador nacido en La Boca quisiera cumplir su sueño de presentarse en el Alberto J. Armando, se vería obligado a resignar dinero y a postergar su proyecto de unificar los cuatro títulos de las 115 libras. En ese caso, contaría con un abanico más amplio, aunque mucho menos seductor, de potenciales rivales.

Uno podría ser un hombre al que Martínez admira y al que siempre quiso enfrentar: Román Chocolatito González. El nicaragüense puso fin este viernes a una inactividad de 587 días cuando batió por nocaut técnico en el 10° asalto al colombiano Rober Barrera en el Polideportivo Alexis Arguello de Managua. El excampeón de cuatro divisiones tiene 37 años y el prime de su carrera pasó hace ya mucho tiempo (fue considerado el mejor libra por libra del planeta entre 2016 y 2017), pero el viernes demostró que todavía está en condiciones de competir en el alto nivel. Y cuenta con un buen respaldo detrás, ya que también tiene contrato con la poderosa Teiken Promotions.

De esta baraja menos ambiciosa también podría emerger la carta de David Medallita Jiménez, quien es reconocido como campeón interino supermosca de la AMB. El costarricense obtuvo ese título el 20 de abril, cuando venció por puntos al californiano John Scrappy Ramírez en el Barclays Center de Brooklyn como parte de la supertaquillera cartelera en la que se enfrentaron Devin Haney y Ryan García. Esa noche, todo estaba orientado a un triunfo del carismático Ramírez, quien tiene contrato con Golden Boy Promotions, pero Jiménez dio el batacazo y ahora la AMB deberá definir qué hacer con él.