Cuando en las puertas del estadio Maracaná, en noviembre de 2023, el entrenador Lionel Scaloni puso en duda la continuidad en la Selección, un clamor popular se produjo. Todos en Argentina, dirigentes, futbolistas, periodistas e hinchas, comenzaron un operativo de convencimiento. El padre de la Scaloneta no se podía ir porque aún había mucho camino por recorrer. «Esto no es un adiós ni otra cosa, pero necesito pensar porque la vara está muy alta. Está complicado seguir y seguir ganando», soltó en Río de Janeiro el nacido en Pujato. Fue minutos después del triunfo 1-0 con gol de Nicolás Otamendi por Eliminatorias Sudamericanas.
El tiempo pasó y Scaloni reflexionó. “Ya expliqué lo de noviembre, que lo sentía y tenía que sacar afuera. No había pasado un buen año y sentía que era el momento para parar la pelota. Después, es lógico que se pensaran un montón de cosas. Pero hasta que el presidente de AFA lo quiera, estaré acá. Sabemos cómo es esto, pero hoy estoy con todas las energías, cosa que, en noviembre, siendo sincero, no era así”, avisó Scaloni días antes del inicio de la Copa América.
Y esas primeras palabras de Scaloni tuvieron su continuidad en los hechos porque siguió evidenciando que es uno de los mejores entrenadores del mundo. Es verdad que la Scaloneta no brilló en la Copa América como si lo hizo en el Mundial de Qatar o en algunos partidos de las Eliminatorias. Pero estuvo presente el equipo y acaso ese sea el mayor mérito del DT: dotar de hambre a futbolistas multimillonarios y que ya han alcanzado la mayor de las glorias.
Sucede que para ser entrenador de la Selección argentina es casi o igual de importante tener personalidad que sabiduría. Porque hay que tener pulso y firmeza para manejar los egos de jugadores que triunfan en las mejores ligas del mundo. Y la conducta de Scaloni ha sido irreprochable desde su debut en septiembre de 2018. Por eso no sorprendió que para este torneo apueste por Lisandro Martínez como compañero de zaga de Cristian Romero, relegando al banco a un histórico como Nicolás Otamendi. Los entrenadores grandes deben tomar decisiones de peso, como por ejemplo la de excluir de la lista a Paulo Dybala, uno de los más queridos en el interior del plantel.
Los números de Scaloni al mando de la Selección impactan y lo ponen en lo más alto: ganó 55 de los 77 partidos que dirigió; es decir, se impuso en el 71 por ciento de los duelos. Además, empató 16 y perdió solo seis.
A lo largo de los años, la Selección argentina tuvo 37 entrenadores (sin contar los interinatos) y, con el trofeo en Estados Unidos, Scaloni alcanzó a Alfio Basile en el segundo lugar de los más ganadores, con 4 títulos. El Coco ganó las Copa América 1991 y 1993, la Copa Confederaciones 1992 y la Copa Artemio Franchi 1993, mientras que el Gringo de Pujato se quedó con el Mundial de Qatar 2022, con la Finalissima 2021, y con las Copa América 2021 y 2024. En el primer lugar de podio está Guillermo Stábile, con 7 estrellas: Copa América 1941, 1945, 1946, 1947, 1955 y 1957, y el Campeonato Panamericano de 1960.
Con perfil bajo, un aura ganadora, determinaciones de peso y buena muñeca para realizar cambios, como lo evidenció en la final ante Colombia con los ingresos de Lo Celso, Lautaro y Paredes, Lionel Scaloni sigue escribiendo la historia grande de nuestro fútbol. Por eso futbolistas consagrados como Messi y Di María lo estiman. Y por eso continúa metiéndose en lo más profundo de los corazones de todos los argentinos.