Nico Williams cumplió el viernes 22 años. Dos días después, se convirtió en el hombre que destrabó la final de la Eurocopa contra Inglaterra en el estadio Olímpico de Berlín. Su gol, una linda definición cruzada tras cesión de Lamine Yamal, hizo explotar a los españoles en la capital de Alemania, incluidos el rey Felipe IV y la infanta Leonor, y en el resto del planeta. Luego Cole Palmer igualó y la incertidumbre reinó hasta que el milimétrico gol de Mikel Oyarzábal desató la euforia. Pero nadie olvidará que la victoria se empezó a construir en los pies de este chico que tiene por detrás una historia más que peculiar.
Nico Williams pasó las últimas 48 horas intentando aislarse de todo lo que está ocurriendo en torno a su figura. Ajeno al ruido. Centrado únicamente en ser protagonista en la final de la Eurocopa 2024 y ganar su primer título con la selección española. Lo consiguió. Ahora empezará a construir su futuro que durante la competencia quedó en pausa y custodiado por su cuidadoso entorno.
La Eurocopa de Alemania fue un salto de calidad en la carrera de Nico Williams. Ya lo venía apuntando con su crecimiento en el Athletic Club de Bilbao, en un año en el que cumplió el sueño de ganar otro título, la Copa del Rey, con su club. Y también con una progresión continua desde que se adueñó de la banda izquierda en la selección española con Luis de la Fuente al mando.
Nico ya contaba con la confianza de Luis Enrique pero fue con De la Fuente con quien ha subido de nivel. Se convirtió en referente en una Eurocopa donde exhibió superioridad física sobre rivales, en la que fue el futbolista que más intentó encarar y el que más gambeteó de España. Apenas superado por el belga Doku, estrella del Manchester City, en todo el torneo.
Se exhibió ante Italia tras ya dejar acciones repletas de potencia en el debut ante Croacia. Y ese segundo encuentro de la competición disparó los rumores sobre su futuro. Renovado el pasado diciembre hasta 2027 por el Athletic, mejorando su contrato sin aumentar la cláusula. Esos 58 millones que se convirtieron en un objetivo apetecible para cualquier gigante de Europa que sigue sus pasos. Barcelona, que pareció picar en punta, tiene competencia en clubes en mejor situación económica como Bayern, Liverpool o Chelsea.
Mientras él disfruta de la aventura de la Eurocopa, se divierte en la concentración siempre acompañado por Lamine Yamal, muy querido por sus compañeros, las declaraciones de Joan Laporta hablando públicamente sobre la posibilidad de realizar su fichaje y la queja de su presidente en el Athletic, Jon Uriarte, por la exposición y según él, la falta de protección de su jugador ante los medios en la concentración de España, marcaron las horas previas a un día de celebración para el jugador.
Nico es uno de los jugadores que no habló en rueda de prensa durante la Eurocopa. Lo hizo en zona mixta tras algún partido pero no en Donaueschingen ni en las vísperas del encuentro en el escenario en el estadio. Tampoco, de los titulares, lo hicieron Álvaro Morata ni Yamal Lamine.
Concedió entrevistas personalizadas Williams hasta que dejó de hablar en semifinales. Antes de la final, la larga lista de peticiones se redujo a una. Las preguntas sobre el Barcelona aumentaban, las de la selección se reducían y se tomó esa decisión desde la Federación en contacto con la agencia de comunicación del futbolista.
En la Federación han dolido las palabras duras del presidente del Athletic y fue De la Fuente el que dio la cara por sus trabajadores. «No ha estado nada afortunado. Nosotros protegemos total y absolutamente a los futbolistas pero son libres. Como manejan luego esas preguntas en entrevistas, como gestionan esos momentos depende del futbolista que tiene libertad para decir sí o no», manifestó.
Mientras Nico se refugia en sus compañeros, con los que celebró el cumpleaños y sopló velas a dos días de un momento único, ser protagonista en una final de Eurocopa cuyo triunfo a buen seguro fue el deseo que pidió al soplar velas. Felicitado por todos en persona y en redes sociales.
Arropado por su familia en cada partido que han presenciado en los estadios alemanes y con los que se ha fotografiado en la grada después del partido. Incluido su hermano Iñaki que es su mayor apoyo y la persona que más lo aconseja en momentos como el que vive en los que el ruido le pueden afectar a su rendimiento.
Una historia de lucha familiar: de Ghana a Pamplona
Nico apenas contaba con un puñado de partidos en Primera División, mientras que Iñaki con tan solo 27 años acopiaban más de 300 encuentros con la camiseta del Athletic. Ambos fueron noticia durante en los primeros días de enero de 2022. No solo por su gran actuación en la victoria sobre Atlético de Madrid por la Supercopa de España, sino por el emotivo festejo que compartieron junto a su madre y su tía que se encontraban en la tribuna. “Celebrarlo con mi hermano en el campo ha sido especial”, aseguró el menor de los Williams.
La historia de los hermanos Williams es por lo menos particular. Es que sus padres debieron atravesar momentos muy complicados en su travesía desde Ghana hasta España. “Sentir el orgullo de tus padres después de todo lo que han hecho por nosotros no tiene precio”, aseguraron los hermanos en dialogo con El Correo, medio al que le concedieron una entrevista íntima sobre finales del año pasado.
Félix y María, sus padres, debieron atravesar el desierto a pie para llegar en condición de refugiados a España, país en el que nacería Iñaki a mediados de 1994. El haber nacido en el País Vasco le permitió al mayor de los hermanos formar parte de las divisiones inferiores del Athletic Bilbao, club en el que haría su debut oficial en 2014, convirtiéndose así en el segundo jugador negro en defender la camiseta de los “Leones”.
A Nico le tocaría hacer lo propio algunos años después, en 2021, cuando el entrenador del club le dio la posibilidad de formar parte del primer equipo. “Lo que hicieron nuestros padres, dejar toda su vida atrás sin saber lo que les depararía el destino, es algo muy valiente. No está al alcance de cualquiera”, agregan Nico e Iñaki.
Si bien comprenden las necesidades por las que debieron pasar sus padres, ambos aseguran que el tema de la migración nunca se encontró demasiado presente en su hogar. Con respecto al camino que debieron recorrer sus padres para recalar en Europa, Nico explica: “Yo no supe nada hasta los 19 años. Mi padre pasaba mucho tiempo fuera, trabajando, y a mi madre no es un tema del que le guste hablar”.
Iñaki ahonda un poco más en este tema, y asegura: “Yo veía las noticias, la gente jugándose la vida y le preguntaba: `¿Cómo llegaron ustedes?´. Y ella, siempre: `En avión, en avión´. De niño, ya sabes, te crees todo lo que te dice tu madre. Pero a medida que me hacía mayor, más consciente de las cosas, algo me chirriaba. Y un día, seriamente, le dije: `Mamá, quiero saber la verdadera historia: por qué, cómo, cuándo, por dónde…´. Y me lo contó. Pero si no le pregunto yo seguiría sin contárnoslo”.
Con el paso del tiempo, y con su familia ya asentada en España, Félix y María comenzaron a brindarle mayor importancia a sus orígenes. Al ser consultado por sus raíces y que tanta relación tiene con el país de sus padres, el menor de los Williams se explaya: “Yo he estado en Ghana dos veces. De niño, con 2 años, que ni me acuerdo; y, antes de la pandemia, de vacaciones un mes. Al principio se me hizo raro, pero fue muy emotivo ver el ambiente y los lugares de los que me habían hablado”.
Con el paso del tiempo, y con su familia ya asentada en España, Félix y María comenzaron a brindarle mayor importancia a sus orígenes. Al ser consultado por sus raíces y que tanta relación tiene con el país de sus padres, el menor de los Williams se explaya: “Yo he estado en Ghana dos veces. De niño, con 2 años, que ni me acuerdo; y, antes de la pandemia, de vacaciones un mes. Al principio se me hizo raro, pero fue muy emotivo ver el ambiente y los lugares de los que me habían hablado”.