Lamine Yamal recibe el balón fuera del área, engancha para su pierna izquierda y despacha un remate precioso que se clava contra el palo derecho del arco de Francia. El tanto que el delantero marcó el martes en Múnich y que ayudó al seleccionado español a avanzar a la final de la Eurocopa fue casi un calco de otro que había marcado ante el mismo adversario y también en una semifinal de un certamen continental, aunque en la categoría sub-17. No fue hace cuatro años ni siete ni diez: ocurrió el 30 de mayo de 2023 en el Pancho Arena de Felcsút (Hungría). Hace poco más de 13 meses. Desde entonces, muchísimas cosas pasaron en la supersónica vida del nuevo niño maravilla del Viejo Continente.
Lamine Yamal Nasraoui Ebana se prepara para celebrar su 17° cumpleaños el sábado 13 de julio. Y hace muchas cosas que hacen los adolescentes de su edad. Sonríe y exhibe los brackets que recorren sus piezas dentales superiores. Publica videos en TikTok junto a su compañero y amigo Nico Williams, quien el viernes cumplirá 22. Juega a la Play Station en la concentración del seleccionado. Allí también estudia, ya que aún está cursando, a distancia, el cuarto y último año de la escuela secundaria. Y, mientras tanto, palpita la final que la Roja disputará el domingo en el Estadio Olímpico de Berlín. Una cita a la que la mayoría de los futbolistas no accede siquiera una vez en toda su carrera.
Ese andar a destiempo es parte de su vida desde hace mucho. En la cantera del Barcelona jugaba en la categoría Cadete cuando tenía edad de Infantil. De allí pasó casi inmediatamente a Juvenil y en septiembre de 2022, con 15 años y sin pasar por el Barça Atlètic (el equipo filial), se incorporó al plantel superior. Siete meses más tarde, el 29 de abril de 2023, Xavi Hernández lo hizo debutar en una victoria 4 a 0 sobre Betis por la 32ª fecha de la Liga de España (ingresó por Gavi). Con 15 años y 290 días, se convirtió en el futbolista más joven en representar al primer equipo blaugrana.
A partir de entonces se sucedieron los récords. Con el Barça, también fue el más joven en disputar un encuentro como titular, en ganar un título de la Liga y en convertir un gol. También fue el más joven en disputar un encuentro de la Champions League, y en jugar y en convertir para el seleccionado español. En esta Euro, rompió las marcas de precocidad en disputar un partido (con 16 años y 338 días contra Croacia el 15 de junio) y en gritar un tanto (el martes frente a Francia con 16 años y 362 días). También superó el récord de Pelé (17 años y 244 días en 1958) como futbolista más joven en jugar una semifinal de un Mundial o una Eurocopa.
Y en toda esta escalera, nunca pareció marearse. ¿Cómo lo logró? Óscar López, su entrenador en el Juvenil A de Barcelona, ensayó una explicación el martes. “El paso de Cadete a Juvenil le hizo muy bien. Era un chico de 15 años que competía en la Youth League (la Champions League juvenil) contra jugadores de 20. Sus compañeros le hacían ver que si después de una pérdida de balón no corría hacia atrás, le iban a echar la bronca; que si no finalizaba de primera una jugada y elegía hacer dos o tres controles y perdía el balón, los perjudicaba a ellos. Ese proceso de adaptación de dos o tres meses le hizo muy bien para este cambio abismal que le tocó ahora: ir a una Eurocopa”, explicó.
A la categoría Prebenjamín de las divisiones formativas del Barcelona se incorporó cuando tenía seis años y luego de que los reclutadores del club lo vieran jugando en el club La Torreta de La Roca del Vallés, en las afueras de Granollers. Allí el chico se transformó en futbolista de elite en una década. “La Masía lo es todo. Me ha ayudado en todos los aspectos: en mi educación, como persona y como futbolista”, destacó en mayo pasado en una entrevista publicada en la revista oficial del Barça.
El club más importante de Cataluña es uno de los espacios que Lamine Yamal reivindica con orgullo. El otro es Rocafonda, el barrio de la ciudad de Mataró en el que pasó buena parte de su vida y en el que residen sus amigos y parte de su familia. También es el barrio que, gracias a él, a sus gambetas endiabladas y a sus goles, se ha ganado un motivo de valoración positiva entre parte de la población española, mientras otra porción lo observa con recelo y desconfianza.
El juvenil nació el 13 de julio de 2007 en Esplugues de Llobregat, donde entonces residían sus padres, una pareja de migrantes: Mounir Nasraoui, marroquí, y Sheila Ebana, ecuatoguineana. Cuando la pareja se separó, Lamine se mudó a Granollers junto a su madre, pero luego se instaló en Rocafonda con su padre y con Fátima, su abuela paterna, quien tuvo mayormente a su cargo la crianza del chico. Desde allí viajaba 30 kilómetros todos los días hasta Barcelona para entrenarse, antes de instalarse en La Masía.
“Llevo mi barrio dentro. Es un honor enseñar al mundo de dónde soy”, aseguró Lamine, quien suele festejar los goles con un gesto que ideó con su primo y con un amigo: con los brazos cruzados sobre el pecho, extiende los dedos meñique, anular y mayor de la mano izquierda, forma una circunferencia con el índice y el pulgar, y extiende el meñique, el anular, el mayor y el índice de la derecha. Trescientos cuatro. Esos son los últimos tres dígitos del código postal de Rocafonda (08304). Ese número también está estampado en sus botines junto a las banderas de Marruecos y de Guinea Ecuatorial.
Pero así como él lo ensalza cada vez que puede, otros desprecian a ese barrio en el que viven alrededor de 15.000 personas, que cuenta con un elevado porcentaje de población migrante y que se encuentra entre el 24% más pobre de España, de acuerdo con el último informe de distribución de renta de los hogares publicado por el Instituto Nacional de Estadística de ese país en octubre de 2023. Rocafonda es uno de los “estercoleros multiculturales”, según la definición de Rocío de Meer, diputada de VOX por la provincia de Almería, quien utilizó esa expresión en agosto de 2020, durante una exposición parlamentaria, para hacer referencia a los barrios de distintas ciudades españolas en los que existía una importante presencia de migrantes.
Entre VOX y la familia de Lamine Yamal hay una historia de muy poco amor. El 16 de mayo de 2023, el padre del jugador protagonizó un altercado con militantes de ese partido que estaban repartiendo volantes en Rocafonda como parte de la campaña para las elecciones municipales que iban a celebrarse el 28 de ese mes. Junto a otras cuatro personas, Mounir Nasraoui insultó a los militantes de la fuerza de extrema derecha, lanzó huevos contra el gazebo bajo el que se encontraban y forcejeó con uno de ellos.
El alterado se saldó inicialmente cuando un grupo de Mossos d’Esquadra (la Policía autonómica catalana) dispersó a los manifestantes. Ese día, al reconstruir el hecho en su cuenta de Twitter, Mónica Lora, diputada de VOX en el Parlamento de Cataluña y candidata a alcaldesa de Mataró, definió a Rocafonda como “un nido de delincuentes donde quieren imponer su ley”.
El conflicto no terminó allí, ya que ocho días después Nasraoui fue sometido a un juicio breve por los delitos de daños y maltrato de obra. El 13 de junio, el Juzgado de Instrucción número 3 de Mataró lo condenó a pagar una multa de 550 euros y una indemnización de 110 euros al militante con el que había forcejeado. El hecho adquirió una dimensión mayor a la que ameritaba porque el protagonista fue el padre del futbolista.
La deslumbrante presencia de Lamine Yamal en el seleccionado español y la reivindicación de sus orígenes familiares y de su barrio han puesto en una situación incómoda a quienes sostienen posiciones xenófobas en ese país. Este miércoles, Manuel Gavira, portavoz de VOX en el Parlamento de Andalucía, fue consultado por el tanto marcado por el delantero frente a Francia.
“Por supuesto que disfruté del gol de Lamine Yamal. Me encantó. ¿Y cuál es el problema? Si no hubiese estado Lamine Yamal, a lo mejor lo habría metido otro. Pero Lamine Yamal juega con España y yo me alegro”, razonó el dirigente, quien unos minutos antes había rechazado la disposición del Gobierno de Andalucía de acoger a menores migrantes, algunos de la misma edad que el futbolista de Barcelona, que lleguen a esa comunidad desde las Islas Canarias. “La consecuencia es la inseguridad y el miedo que pasan nuestras mujeres porque hablamos de una cultura incompatible con la nuestra”, había asegurado.