Fue heroica la defensa que hizo Colombia para ganarle 1-0 a Uruguay y para meterse en la gran final de la Copa América ante Argentina el próximo domingo en Miami. Jefferson Lerma, de cabeza, anotó el único gol del encuentro para los colombianos que aguantaron todo el segundo tiempo con un hombre menos por la expulsión de Muñoz.
Tanto Uruguay como Colombia evidenciaron lo que se sabía y es algo de lo que deberá ocuparse la Scaloneta: juegan con una marcha extra. Tal vez los dirigidos por Marcelo Bielsa y Néstor Lorenzo hayan sido los seleccionados con más dinámica e intensidad de la Copa. Por eso resultó atractivo el duelo, de ida y vuelta, con varias situaciones de gol y casi nada de pausa.
Colombia manejó un poco mejor la pelota y Uruguay fue más certero en los contragolpes. Darwin Núñez se fabricó tres situaciones claras y las falló a todas por muy poco. ¿Qué pensó Bielsa? Lo que suele hacer en partidos grandes: persecuciones individuales en toda la cancha. Y ahí fue vital la presencia de Rodrigo Bentancur para ser la sombra de James Rodríguez. Pero el ex volante de Boca se lesionó y fue reemplazado a los 33 minutos de la etapa inicial. Entonces creció el zurdo surgido en Banfield y desde su pie llegó el gol.
La mejor arma colombiana en Estados Unidos es la pelota parada: anotó 8 goles por esa vía; 5 de ellos de cabeza. Lo primordial es la pegada exacta de James: la pone al lugar que quiere. Por eso Richard Ríos festejó cuando ganó un córner: de ese envío provino el tanto de cabeza de Jefferson Lerma, que le ganó en el salto a José Giménez.
Hubo muñeca de Lorenzo también en el juego; el ajuste de pieza no fue solo propiedad de Bielsa, que pasó del 4-4-2 a un 4-1-4-1. Esta vez, Colombia dejó de lado el 4-3-1-2 y se plantó con un 4-2-3-1, con Jhon Arias y Luis Díaz como extremos y Jhon Córdoba de punta. Igual, uno de los mejores siguió siendo el lateral derecho Daniel Muñoz, que cometió un error del que podrá arrepentirse el resto de su carrera: entró en el juego de Ugarte, le metió un codazo y se fue expulsado por doble amonestación. Fue la última jugada de una etapa inicial emotiva.
La escenografía del segundo tiempo fue la prevista: Uruguay se volcó al ataque y Colombia defendió. Bielsa mandó a Luis Suárez a la cancha y dejó a Núñez. No fue uno u otro, como con Batistuta y Crespo. El atacante de Inter de Miami estrelló un derechazo en el palo en la más nítida.
Los colombianos sacaron todo y más. Matheus Uribe erró dos goles insólitos y por eso Uruguay quedó con vida hasta la última bola. Pero el empate no llegó y Colombia arriba a la final eufórico y con un invicto de 28 juegos. Y un dato llamativo: será la primera final que disputen argentinos y colombianos.