Después de que una madrugada a comienzos de 2023 a Pedro Gutiérrez le balearon el frente de su casa, renunció a la presidencia de Cipoletti, el club fuerte de la Patagonia en el entramado del fútbol Federal. También le dejaron una pintada a su nombre con un detalle que entonces paso desapercibido y ampliaba los destinatarios: “casa x casa vamos a ir”, presagiaba el grafiti.

El fin de semana, un año y medio después de aquel episodio, la actual titular del club, Mónica Del Río cerraba la puerta de su casa cuando una persona pronunció su apellido a sus espaldas. Al darse vuelta, le entregó un folio transparente que ella agradeció y solo volvió a levantar la vista cuando entendió de qué se trataba.

‘Me pagaron 10 lucas para que te lo de, yo no tengo nada que ver’, me dijo el chico que tendría unos 20 años y estaba vestido de Cipoletti y salió corriendo. Vuelvo a entrar a mi casa y recién leí el mensaje y conté las balas”, explicó la titular del club a Radio LT9.

En Cipoletti se cumplió el mandato que encabeza Del Río y el club no hizo el llamado a elecciones, una demora que motivó el mensaje mafioso recibido de la mano de un mensajero y con el mismo hilo conductor que en el caso de Gutierrez: la salida del cargo.

Una pintada dirigida al presidente anterior, que fue premonitoria.Una pintada dirigida al presidente anterior, que fue premonitoria.

“Señora presidente Mónica del Río andate ya. La invitamos a salir por la puerta de adelante”, dice el mensaje, que no conmovió tanto a la presidenta, hasta que sacó una cuenta que la aterrorizó: había tantas balas como personas que viven en la casa.

La presidenta se comunicó con el Jefe Policial con quien tiene trato por los operativos de seguridad, quien le indicó que radicara la denuncia en la comisaría correspondiente y luego tomó intervención una fiscalía que investiga el caso para intentar dar con los responsables. Del Río, no tiene pistas.

“No sé de dónde proviene. En las redes sociales se descarga mucha bronca, muchas cosas que no tienen nada que ver y se sobrepasan. La gestión del club no ha sido mala, estábamos con una convocatoria para sanear deudas históricas, hay un órgano fiduciario que controla cada peso… No hay una variable que pueda cuestionarse de esta gestión”, reivindicó su presidencia, aunque reconoció que no seguirá en la política del club.

Una vez que sean electas las nuevas autoridades, no continuará en la conducción. En tanto, el club emitió un pobre y ambiguo comunicado, carente de contundencia y precisión.

“El club Cipolletti repudia y lamenta cualquier tipo de violencia, que no representa los valores de la institución. La violencia, en cualquier orden, nunca es la solución y mucho menos el camino”, dice un posteo en las redes de Meta, que no está replicado en la web oficial del club.

“No creo que pase a mayores”

Tras el “repudio” del club y lo que siguió fue la certeza de que Del Río no seguirá vinculada a la política del club y confirmó que en menos de dos años, dos aprietes mafiosos marcaron el final para dos dirigentes.

“Siempre pensé en continuar, llegué a esta posición porque siempre colaboré y conozco la vida del club. Mi familia y mis amigos, incluso mi entorno laboral, están en desacuerdo con que continúe. No creo que esto pase a mayores, pero la familia y el barrio está intranquilo y no puedo ser tan egoísta para desoírlos”, indicó Del Río.

La comisión directiva se reunirá en la noche del miércoles para resolver la fecha con el llamado a elecciones. El oficialismo no la tendrá en su armado y resta saber si hay una oposición que conforme otra lista.

“El 30 de junio terminó el periodo de tres años. Nosotros presentamos el balance y convocamos a elecciones, no era necesario el mensaje. Así lo indica el estatuto. En la reunión se define la fecha para la presentación de listas y todo el proceso que corresponde para la conformación de una nueva comisión directiva”.

Del Río es una persona muy vinculada al club, con participación activa en diferentes subcomisiones y un recorrido que la llevó a ejercer la presidencia después de una serie de sucesos que se encadenaron a partir de la renuncia Gutiérrez.

Su dimisión, y la de otros directivos, dejó al club al borde de la acefalía y en un acto reflejo de subsistencia, la asamblea de socios nombró una nueva comisión directiva presidida por Roberto Rapazzo Cesio, dirigente histórico del club.

Pero “Bochi” renunció a los pocos meses por problemas de salud y asumió Del Río, quien ocupaba el cargo de vicepresidenta. La asamblea la confirmó en el cargo hasta completar el periodo que inició Gutiérrez.



Fuente Clarin

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