Nicolás Tagliafico tiene que estar siempre listo. El lateral es una duda constante en la Selección Argentina, en una lucha palmo a palmo con Marcos Acuña -y a veces Nicolás González– en una banda izquierda que suele ser la preferida para atacar en esta Copa América. Contra Canadá arrancó en el banco e ingresó sobre el final, mientras que frente a Chile, en el triunfo 1-0 en Nueva Jersey, el surgido en Banfield fue inicial.
Es tan parejo todo, que los dos defensores zurdos tienen la misma cantidad de partidos en la Selección (59). En el ciclo Scaloni, en tanto, el Huevo está cinco encuentros por debajo de la marca de Taglia. En lo táctico, el nacido futbolísticamente en Ferro Carril Oeste aporta un poco más de dosis ofensiva.
Pero el martes pasado contra Chile en el estadio MetLife, a Tagliafico se lo vio hundirse en la telaraña del mediocampo de los trasandinos, para intentar conseguir un poco más de espacio para el desequilibrio de Nico González bien contra la línea de costado.
Y tuvo una particularidad este partido especial para la Albiceleste, más allá que con el tanto de Lautaro Martínez estiró a siete duelos sin perder ante la Roja, y fue la especie de revancha que se tomó respecto de la final de la Copa Centenario 2016.
Fue un premio a la insistencia, también. Porque la definición del Toro llegó en el remate número 18 de un desarrollo que la Selección Argentina dominó durante 75 minutos, y que padeció en el ratito que Emiliano Dibu Martínez se erigió en figura conteniéndole dos remates a Rodrigo Echeverría cuando el marcador estaba 0-0.
«Fue intenso, sobre todo intenso, pero contentos por la victoria y por la consistencia en seguir intentando y luchando el partido que demostramos«, indicó.
Y agregó: «Siempre cuando se empieza un torneo no es fácil el primer partido, con la vorágine de todo, la ansiedad y demás. Ojalá cuando vaya pasando el tiempo, vayamos mejorando más«.
Otro punto importante de la semana fue el cumpleaños del capitán. Lionel Messi celebró sus 37 años el lunes en Nueva Jersey, con torta gigante y un saludo a los hinchas desde una ventana del hotel incluidos. ¿Cómo se vivió puertas adentro? «Bien, celebrando. Ya van varios con él. Yo creo que ya voy cuatro o cinco que comparto, se hizo un poco cotidiano».