Julián Álvarez terminó el partido y se dio un abrazo con Enzo Fernández. Ya había salido antes, reemplazado por Lautaro, y había metido el primer gol del partido. Había vuelto al gol tras 13 partidos en la Selección, 894 minutos (el anterior, contra Croacia en el Mundial). Y se lo vio con un gran rasguño en el cuello. ¿Qué le pasó? Araña, arañado. El delantero del City contó que fue por la fricción y los forcejeos con los canadienses. «Son cosas del partido, a veces toca luchar, a veces jugar, un poco de todo. Por todos lados (golpes en la mano y en el cuello)».

El delantero volvió al gol y dijo que es un empujón «para la confianza personal y para ayudar al equipo. Hacía tiempo que no convertía, es importante para el delantero hacer goles». ¿Si volverá a ser titular contra Chile, el martes? Scaloni explicó que es muy difícil que él juegue con Lautaro: «Con ellos dos, Messi, Di María, defiendo yo… Ellos son los primeros que lo entienden. Son dos delanteros de primer nivel».

Terminó golepado Julián, pero feliz. Con el rasguño en el cuello y la venda en la mano derecha. Y con la satisfacción del gol y del triunfo.



Fuente Clarin

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