La propuso un argentino hace 111 años y se jugará el año que viene en un terreno atípico gracias a otro argentino. La Copa América, el nombre del tradicional campeonato sudamericano, el torneo continental más antiguo del mundo, tiene un recorrido de formatos, años y sedes irregulares. Y la nueva edición no será la excepción.
El colega uruguayo Atilio Garrido contó alguna vez que, en realidad, la Conmebol tendría que haber reconocido como primer torneo sudamericano al que se jugó en Buenos Aires en 1910, en ocasión de los festejos de la Revolución de Mayo. Ese año jugaron Argentina, Uruguay y Chile y el título quedó en el país.
La Asociación Argentina de Football también organizó el torneo de 1916, para acompañar la celebración de los 100 años de la Independencia, del que participó también Brasil, además de los otros tres. El campeón fue Uruguay.
El primer trofeo se denominó Copa Bosch, porque fue donada en 1910 por Ernesto Mauricio Bosch Peña, quien fue ministro de Relaciones Exteriores entre 1910 y 1914. Para el sudamericano de 1916 también se iba a entregar esa Copa, pero como tenía inscrito el nombre de Bosch y la fecha de 1913, se decidió no utilizarla. Entonces, el ministro reemplazante, José Luis Murature, donó una nueva, que ganó Uruguay y se exhibe en el Museo del Fútbol, en el estadio Centenario de Montevideo.
Mientras se disputaba el torneo, los dirigentes de los cuatro países fundaron la Confederación Sudamericana de Fútbol, el 9 de julio de 1916, y al día siguiente acordaron jugar cada año un torneo sudamericano, en el que se pondría en juego la “Copa de América”, trofeo que fue encargado a la casa Escasany, con sede en Buenos Aires. El nombre oficial del galardón quedó reducido enseguida al de Copa América.
Esa idea fue el viejo anhelo de un argentino, José Susan, jugador y dirigente del Club Atlético Estudiantes, el que hoy tiene su sede en Devoto y su cancha en Caseros. «La Asociación Argentina de Football resuelve realizar anualmente un concurso de football instituyéndose al efecto la Copa América«, se lee en las páginas del diario La Argentina del 16 de octubre de 1913, hace 110 años. Allí se afirma: «Este proyecto ha sido presentado a la Asociación por el delegado del club Estudiantes, señor J. Susan. Será tratado en la próxima reunión del Consejo y posiblemente aceptado«.
La propuesta, publicada también el diario, decía: «Serán invitadas a adherirse a este proyecto las ligas uruguayas, chilena y brasileña, debiendo enviar en caso afirmativo un equipo para disputar la Copa. Este torneo se efectuará en Buenos Aires, en fecha que con prudente anticipación fijará el Consejo. Si algunas de las ligas adherentes desea que el torneo se realice en el lugar de su asiento, deberá solicitarlo en la reunión de delegados que se efectuará durante la época de juego del año anterior«.
Todo lo que anticipó Susan en 1913 sucedió en 1916, pero el crédito se lo llevó Héctor Rivadavia Gómez, periodista y dirigente uruguayo, quien fue el primer presidente de la Conmebol. La historia oficial cuenta que él fue el propulsor, el creador de la Copa América. En realidad, su mayores esfuerzos fueron por la construcción de la organización sudamericana.
De los costos de la nueva Copa América se hicieron cargo las cuatro asociaciones, así se asegura en al menos dos fuentes, el libro El football en el Río de la Plata escrito por Ernesto Escobar Bavio en 1923 y en la Memoria y Balanca de AFA de 1927.
Estuvo en juego por primera vez en 1917, torneo que se jugó en Montevideo y ganó Uruguay. Pero la Conmebol todavía no la había adquirido, algo que ocurrió a mediados de 1918. No hay fotos de entrega pero el pase empezó en 1919. En la foto publicada en 1923 por Escobar Bavio, la base ya tenía las primeras chapitas de los campeones. En los primeros años no había costumbre de entregarla en la cancha al capitán del equipo. Se hacía luego en una cena de camaradería. A partir de 1953 y con diferentes formas se empezó a entregar tras el último partido. Recién en 1987 se institucionalizó la entrega al capitán.
La idea original fue jugarla de manera anual y así se hizo hasta 1927, con excepción de 1918 que se postergó un año por la pandemia de gripe. En 1927, Argentina propuso que se jugara cada dos años y la moción fue rechazada, pero se aprobó que no haya competencia el año de los Juegos Olímpicos. Si bien en algunos sitios de internet figura que las ediciones de 1923 y 1927 sirvieron de clasificación a los Juegos Olímpicos, esta cuestión no figura, al menos, en el reglamento de 1927, que aparece completo en la Memoria y Balance de la Asociación Argentina de 1927. En 1929 se jugó en Buenos Aires y Argentina otra vez fue campeón.
La realización del Mundial y la ruptura de relaciones entre argentinos y uruguayos postergó hasta 1935 la nueva edición, en Perú. Sin embargo, fue la primera ocasión en la que no estuvo en juego la Copa, los equipos rioplatenses no usaron sus uniformes oficiales y la Conmebol permitió los cambios de jugadores, algo que la FIFA recién implementó a partir de 1970. El marco se pareció a algo no oficial o extraoficial. Este tipo de sudamericanos, denominados extras, se jugaron otras 6 veces: 1941, 1945, 1946,1956, 1959 y 2016. Todo fue oficializado por la Conmebol tiempo después, por eso, la próxima será la 48° edición del torneo, que tiene a Argentina y Uruguay como los más ganadores, 15 cada uno.
Desde 1947 a 1963 se disputó cada dos años, luego en 1967 y finalmente tuvo un parate de 8 años, hasta 1975. Desde 1916 hasta 1963, todos los torneos se disputaron en una zona todos contra todos. En cambio, el de 1967, el primero que tuvo a las 10 selecciones sudamericanas, hubo una clasificación previa a la ronda final.
El primer gran cambio se produjo en 1975. Primero el nombre: desde allí el torneo sudamericano pasó a llamarse oficialmente Copa América. Segundo, no hubo sede fija; se armaron tres grupos de clasificación, con partidos de ida y vuelta; luego, semifinal y final. Este esquema se repitió en 1979 y 1983.
El segundo gran cambio fue a partir de 1987. Cada dos años y con sedes rotativas ya establecidas por orden alfabético, que se fue cambiando en función de diversas circunstancias: Argentina (87), Brasil (89), Chile (91), Ecuador (93), Uruguay (95), Bolivia (97), Paraguay (99), Colombia (2001), Perú (2004) y Venezuela (2007). Cada competencia tuvo sus particularidades, grupos, llave final desde semis o cuartos, una sola zona -1991, que ganó Argentina- y dos invitados para tener tres grupos de cuatro.
La segunda ronda comenzó con Argentina 2011 con una pausa de cuatro años que no se cumplió. En 2015 se realizó en Chile porque trocó con Brasil, que tuvo en continuado la Copa Confederaciones 2013, el Mundial 2014 y los Juegos Olímpicos 2016. Para 2016, se jugó la Copa América Centenario en el que se entregó otro trofeo diseñado para la ocasión, no la tradicional Copa América. Fue la primera vez que se jugó en un país no sudamericano: Estados Unidos.
En el medio, la pandemia de covid, que obligó otra vez a los cambios de sede (repitió Brasil en reemplazo de Colombia y Argentina) y de año (2020 a 2021). Argentina fue campeón después de 28 años.
Ahora, nuevamente en Estados Unidos, sí se pondrá en juego la histórica Copa América y la Scaloneta defenderá el título. Pero además de los 10 sudamericanos, también jugarán seis selecciones de la Concacaf, en un acuerdo histórico alcanzado por las dos confederaciones.
La mejor excusa es un argentino que está jugando allá, Lionel Andrés Messi, el mejor jugador del siglo xxi y uno de los más grandes de la historia. Esa historia que soñó en grande otro argentino, José Susan, hace 111 años.