El debate futbolero se recicla y no pierde vigencia. La actualidad de Lautaro Martínez y Julián Álvarez lo amerita, pero también las dudas que mantiene el entrenador Lionel Scaloni antes de cada presentación. La Selección Argentina tiene dos ‘9’ de elite, puede optar por cualquiera con respaldo -incluso juntarlos como ocurrió en el amistoso ante Ecuador-, pero eso no quita que la pregunta aparezca una y otra vez: ¿quién jugará de entrada contra Canadá en el debut de la Copa América?.
Hay muchos de los argumentos que están a la vista y cada convocatoria parece un volver a empezar. Son dos goleadores de presentes inobjetables y que también han rendido a la altura en la Selección. La yapa es que ambos demostraron entenderse a la perfección con el capitán Lionel Messi.
A diferencia de cuando inició su ciclo de 71 partidos, Scaloni tiene que administrar abundancia. Le pasa en la defensa, en el mediocampo y también en el ataque. En Qatar 2022, la salida del Toro -que no llegó en plenitud física por una molestia en el tobillo derecho- para el ingreso del Araña fue decisivo.
¿Quién merece la titularidad? Lautaro Martínez tiene dos ítems a su favor: historia y temporada. Es el segundo jugador que más veces eligió Scaloni, con 53 y solo por detrás de Rodrigo De Paul (60). También el segundo goleador, con 24 tantos, detrás de Messi (43).
Tuvo seis titularidades el bahiense de 26 años en los 14 partidos que se disputaron desde que Argentina bordó la tercera estrella en el estadio Lusail el 18 de diciembre de 2022. Como contraposición, el cordobés de Calchín estuvo nueve veces en el once inicial. En cuatro ocasiones compartieron al menos unos minutos en cancha.
Hay diferencias futbolísticas, de estilo, que muchas veces los entrenadores anclan a la necesidad de un rival -en este caso Canadá- más que a las propias ideas.
El surgido en Liniers de Bahía Blanca que explotó en Racing suele estar más cómodo en el último cuarto central de la cancha. No es el típico centrodelantero que se planta de espaldas -aunque suele resolver sin problemas ese gesto técnico-, y de hecho en el Inter casi siempre rindió mejor con un ‘9’ de posición y él como segunda guitarra. Tuvo una temporada espectacular en el equipo de Milan, con 27 tantos y 7 asistencias, siendo ‘capocannoniere’ de la Serie A en la que salió campeón y una intervención de gol por cada 101 minutos jugados.
Sorprendió que, por ejemplo en el amistoso ante Ecuador en Chicago donde jugó junto al Araña, apareciera incorporándose al juego posicional en la mitad de cancha, como para entrar en el circuito de circulación de pelota, a casi 40 metros del arco rival.
Martínez ha demostrado toda su calidad técnica y efectividad con la pelota en los pies. Pero la sequía de casi un año y medio que rompió en el amistoso ante Costa Rica el 27 de marzo pasado se le puso en la mochila. De hecho, dentro de la concentración de la Selección en Atlanta, sienten que hasta puede haber una molestia del delantero con los medios por la recurrente mención que, en ese momento, hacían a la situación sin valorar otro trabajo «invisible». El doblete contra Guatemala lo hizo figura, pero no quiso hablar con la prensa, ni en la transmisión oficial de televisión ni en zona mixta.
Todo esto más allá que existe un condimento especial del DT santafesino desde que asumió y es respetar el funcionamiento colectivo por sobre los presentes individuales. Y ahí es donde entra Julián Álvarez, totalmente funcional a las necesidades de sus compañeros y al esquema de Scaloni. Ojo, desde la semifinal de Qatar 2022 ante Croacia que no convierte un gol en la Selección (tiene 7 con el pujatense).
Los mejores (y mayores) minutos de la temporada del futbolista del Manchester City fueron cuando tuvo que reemplazar al lesionado belga Kevin De Bruyne. Perdió presencia en el campo de juego en el tramo final pero también supo aprovechar sus intervenciones en el equipo de Pep Guardiola, donde fue campeón del Mundial de Clubes (doblete + asistencia en la final), Premier League y Supercopa de Europa.
Álvarez se destaca por su buena lectura defensiva. Hay quienes arman los equipos de adelante para atrás y lo que entrega el cordobés de 24 años es una prueba fehaciente de ellos. Porque esa compensación de inferioridad en la que obliga a cerrar una línea de pase y correr detrás de la pelota para recuperarla o generar el error rival es una de sus principales virtudes. Pasó en la final del Mundial ante Francia justo antes que Ángel Di María firmara uno de los contragolpes más perfectos de la historia del fútbol.
Con la posesión, el Araña es muy inteligente para atraer marcas, pensar que no está haciendo nada parado en medio de la defensa, pero en realidad se está generando un espacio para un compañero. Su contextura física no lo ayuda para codearse entre los centrales, pero sus diagonales permanentes a las espaldas rivales son una invitación a tocar el botón triángulo como en la consola de videojuegos y ponerlo a correr.
Este lindo problema se acerca a su resolución. No será como descubrir la fórmula de la Coca Cola que está guardada en una caja fuerte en esta ciudad donde nació hace más de 135 años, pero el resultado le dará un rumbo a Scaloni para seguir en la búsqueda de la defensa del título.