El mayor predominio de Argentina en el fútbol sudamericano lo tuvo en las décadas del 40 y 50. De las 10 ediciones en la que participó, ganó siete. A medida que ganaba títulos, una idea, un mito, fue creciendo entre los futboleros argentinos, jugadores, dirigentes e hinchas: éramos los mejores del mundo. Con esa convicción se viajó al Mundial de Suecia en 1958, la tercera participación después de 24 años, que generó una gran frustración nacional tras la derrota por 6-1 ante Checoslovaquia y la eliminación temprana en la fase de grupos.
La supremacía comenzó en 1941 en Chile, torneo en el que apenas disputaron 5 selecciones. Argentina, ya dirigida por Guillermo Stábile, ganó los 4 partidos sin demasiados problemas: 2-1 a Perú (José Manuel Moreno los 2), 6- 1 a Ecuador (5 de Juan Marvezzy y Moreno), 1-0 a Uruguay (Antonio Sastre) y 1-0 a Chile (Enrique García). Un dato dejó la goleada ante los ecuatorianos: Marvezzy, goleador de Tigre, se convirtió en el primer jugador argentino en marcar 5 goles en un partido de Selección. Luego lo igualó el Charro Moreno al año siguiente.
En 1942 se jugó en Montevideo y a pesar que goleó 12 a 0 a Ecuador (acá hizo los 5 goles Moreno), Argentina quedó segunda detrás de Uruguay. Ese año la Copa del Mundo debería haberse jugado en Alemania, Brasil o Argentina, los tres países que presentaron candidatura, pero la explosión de la Segunda Guerra Mundial impidió la disputa de la misma, lo mismo que en 1946.
Esos años el fútbol argentino tuvo una cantidad y calidad de jugadores inigualable. Se decía que Stábile tenía para elegir cinco jugadores por puesto. Tanto era así, que en los tres sudamericanos que se jugaron de manera consecutiva y que ganó Argentina (1945-46-47), hubo mucha rotación de futbolistas de un año a otro.
El primer título de la trilogía se disputó en Chile con la participación de 7 selecciones y el seleccionado argentino ganó 5 de los 6 encuentros: 4-0 a Bolivia (René Pontoni, Rinaldo Martino, Félix Loustau y Vicente de la Mata), 4-2 a Ecuador (Pontoni, De la Mata, Martino y Manuel Pelegrina), 9-1 a Colombia (Pontoni 2, Norberto Méndez 2, Martino, Mario Boyé, Loustau y Juan José Ferraro 2), 1-1 con Chile (Méndez), 3-1 a Brasil (Méndez 3) y 1-0 a Uruguay (Martino).
Tucho Méndez, crack de Huracán y luego de Racing, fue el goleador de ese torneo con 6 tantos junto con el brasileño Heleno de Freitas. Dejaría su marca en la red en los dos torneos siguientes y con 17 tantos aún hoy es el máximo goleador de la Copa América, con 17, igual que Zizinho. Messi tiene 13 y si marca cinco goles en Estados Unidos los superará.
En 1946, Argentina brilló en Buenos Aires. Ganó los 5 partidos que jugó: 2-0 a Paraguay (De la Mata y Martino), 7-1 a Bolivia (Angel Labruna 2, Méndez 2, Juan Carlos Salvini 2 y Loustau), 3-1 a Chile (2 de Labruna y uno de Adolfo Pedernera), 3-1 a Uruguay (Pedernera, Labruna y Méndez) y 2-0 a Brasil (Méndez 2). En este decisivo encuentro, comenzó a profundizarse la rivalidad argentina-brasileña, Jair Rosa Pinto fracturó a José Salomón, capitán de la Albiceleste y hubo un clima violento hasta el final.
Al año siguiente, Argentina renovó su ataque con la incorporación de Alfredo Di Stéfano, quien con 21 años brilló en el Sudamericano de Ecuador, del que participaron 8 de los 10 sudamericanos, se ausentó Brasil y Venezuela aún no tenía una selección competitiva. El equipo de Stábile ganó 6 de los 7 encuentros: 6-0 a Paraguay (Moreno, Loustau, Pontoni 3 y Méndez), 7-0 a Bolivia (Méndez 2, Pontoni, Loustau, Boyé 2 y Di Stéfano), 3-2 a Perú (Moreno, Di Stéfano y Boyé), 1-1 con Chile (Di Stéfano), 6-0 a Colombia (Mario Fernández, Di Stéfano 3, Boyé y Loustau), 2-0 a Ecuador (Moreno y Méndez) y 3-1 a Uruguay (Méndez 2 y Loustau).
Por varias razones, pelea con los dirigentes brasileños, la huelga de profesionales de 1948, el éxodo a Colombia de 1949 y una sugerencia gubernamental para no concurrir si no podíamos demostrar que éramos los mejores, Argentina se ausentó de los Sudamericanos de 1949 y 1953, y de los Mundiales de 1950 y 1954
Retornó en 1955 y fue campeón en Chile, con Angel Labruna (36 años) de figura y Rodolfo Miceli goleador (8 goles). El seleccionado ganó 4 de los 5 partidos que disputó: 5-3 a Paraguay (4 de Miceli y uno de José Borrello), 4-0 a Ecuador (Ricardo Bonelli, Ernesto Grillo, Miceli y Borrello), 2-2 con Perú (Grillo y Carlos Cecconato), 6-1 a Uruguay (Miceli 2, Labruna 3 y Borrello) y 1-0 a Chile (Miceli).
En el clásico rioplatense ocurrió uno de esos incidentes de otra época: el argentino Norberto Conde, recién ingresado, recibió una trompada de KO del uruguayo Matías González. El mito decía que el jugador de Vélez le preguntó cómo iba el partido a su rival y esa fue la respuesta. Sin embargo, Beto Conde siempre desmintió esa versión y que un día González le pidió disculpas y que en realidad estaba “caliente” con Labruna y Borrello porque lo estaban cargando.
Dos años después, en Lima, Perú, Argentina potenció las tres G: goleó, gustó y ganó. La base de siempre tuvo la irrupción de tres Carasucias que hicieron una revolución interna: Enrique Omar Sívori, Humberto Dionisio Maschio y Antonio Valentín Angelillo. Entre los tres hicieron 20 de los 25 goles argentinos, Maschio 9, Angelillo 8 y Sivori 3. El equipo, aún dirigido por Stábile, le ganó 8-2 a Colombia (Osvaldo Cruz, Angelillo 2, Maschio 4 y Oreste Osmar Corbatta), 3-0 a Ecuador (Angelillo 2 y Sívori), Uruguay 4-0 (Maschio 2, Angelillo y José Francisco Sanfilippo), 6-2 a Chile (Sívori, Angelillo 2, Maschio 2 y Corbatta), Brasil 3-0 (Angelillo, Maschio y Cruz) y Perú 1-2 (Sívori).
Ni Sívori, ni Maschio ni Angelillo, ya vendidos a Italia, fueron al Mundial de Suecia. La eliminación dio por terminado el ciclo de casi 20 años de Guillermo Stábile. Argentina asumió el compromiso de organizar el Sudamericano de 1959 y fue una oportunidad para rehabilitarse ante los hinchas. Pero ya no alcanzaba un entrenador y fue designado en un triunvirato: Victorio Spinetto, José Della Torre y José Bareiro. Ganó 5 de los 6 partidos y se coronó campeón ante el Brasil de Pelé, vigente campeón del mundo: 6-1 a Chile (Pedro Manfredini 2, Eugenio Callá, Juan José Pizzuti 2 y Raúl Belén), 2-0 a Bolivia (Corbata y Callá), 3-1 a Perú (Benítez en contra, Corbatta y Rubén Sosa), 3-1 a Paraguay (Corbatta, Sosa y Vladislao Cap) 4-1 a Uruguay (Belén 2 y Sosa 2) y 1-1 con Brasil (Pizzuti).
De los siete títulos ganados por Argentina entre 1941 y 1959, en cuatro levantó la Copa América mientras que en otros tres (1941, 45 y 46) fue campeón pero no estuvo en juego el tradicional trofeo y por eso se denominaban Sudamericanos Extras, autorizados por la Confederación Sudamericana pero por fuera del programa establecido. Algo similar a la Copa América Centenario disputada en 2016 en Estados Unidos. Luego de esa cosecha, Argentina estuvo 32 años sin ganar la máxima competencia sudamericana.