Hace un año, River homenajeaba a Marcelo Gallardo con una estatua de 8 metros colocada a escasos metros de la puerta del club. Entre la emoción y la nostalgia, se le ponía institucionalmente fin a un ciclo histórico que había culminado en la cancha seis meses antes tras ocho años de alegrías continuas. Mientras tanto, el equipo de Núñez, conducido por Martín Demichelis marchaba primero en la Liga Profesional, de la que saldría campeón casi 60 días más tarde. Y en la Copa Libertadores, a las pocas semanas, encaminaría la clasificación a octavos de final.

La transición parecía ordenada. De hecho, tras una ola de rumores de supuestas diferencias, Micho y el Muñeco se saludaron en el museo del club, en la previa del evento en el que se descubriría la mole de bronce que convertiría al hombre más ganador del club como técnico en leyenda.

Sin embargo, 365 días después, la historia es diferente. Y eso que River ya se clasificó para los octavos de final de la actual Libertadores y ganó dos de los tres partidos de la Liga. Pero pesan y mucho el oprobio de la eliminación con Temperley en la Copa Argentina, la caída con Boca en la Copa de la Liga, un juego deslucido y un equipo apático que no parece estar a la altura en las paradas bravas.

Entonces, el malestar de los hinchas creció. La paciencia se terminó. Hay un descontento tan grande como el Monumental, lo que genera preocupación puertas adentro. Sobre todo, porque el jueves River volverá a Udaondo y Figueroa Alcorta para enfrentar a Deportivo Táchira, por la última fecha de la fase de grupos de la Copa Libertadores. ¿Cómo será el recibimiento al técnico y a los futbolistas?

Por lo pronto, Demichelis se atajó en la conferencia de prensa posterior a la derrota con Argentinos Juniors. “Es lógico que la gente esté descontenta, que no le agrade este River que vio en los últimos dos partidos. A mí tampoco me gusta que juguemos así”, afirmó el entrenador. Y agregó: “A pesar de ese malestar, espero que el jueves haya una buena sinergia para ganar en el Monumental”.

Demichelis usó el término “sinergia” para apelar a la voluntad de los hinchas. El significado de esa palabra es, según la Real Academia Española, “acción de dos o más causas cuyo efecto es superior a la suma de los efectos individuales”. Y “todo lo que hace referencia a un fenómeno por el cual actúan en conjunto varios factores o varias influencias”.

Demichelis mira la hora. Foto: Emmanuel FernándezDemichelis mira la hora. Foto: Emmanuel Fernández

Sin embargo, es tal la bronca que no se sabe si las acciones irán en conjunto o estarán contrapuestas. Claro que durante el partido todos querrán que River gane. El tema es antes de que el árbitro dé el pitazo inicial. Fundamentalmente cuando la voz del estadio menciones los nombres y apellidos de los jugadores y del técnico.

En los dos últimos encuentros en el Monumental, ante Belgrano y Libertad hubo aplausos para Demichelis. Fueron en respuesta a los silbidos que había recibido en la previa al partido con Central Córdoba, el día que River regresó a su casa tras la eliminación con Boca en la Copa de la Liga.

La incógnita ahora está centrada en qué pasará el jueves. El termómetro está en rojo. No solo con el técnico. También, con los futbolistas. La prueba está en los comentarios que realizan en los medios de comunicación y en las redes sociales y, fundamentalmente en los espacios de Twitter, un lugar en que los hinchas, muchos de ellos que habitualmente van a la cancha, pueden expresarse. Y la mayoría lo hace con fundamentos.

Con respecto a los futbolistas, hasta el momento solo habían sido reprobados en la cancha con algunos silbidos con Agustín Palavecino y con Darío Herrera. Pero el jueves la lista podría acrecentarse. Uno de los más apuntados por los hinchas es Leandro González Pirez, de flojísimo rendimiento en los últimos partidos y de declaraciones poco coherentes tras la derrota con Argentinos, donde no solo no fue autocrítico, sino que le echó la culpa al “pasto seco”, a que “el rival no quería jugar” y a que “el árbitro cortaba el juego”.

Alan Lescano sonríe y González Pirez sufre en pleno Argentinos-River. Foto: AAAJAlan Lescano sonríe y González Pirez sufre en pleno Argentinos-River. Foto: AAAJ

De todos modos, el marcador central no estará en el campo de juego el jueves. Casualmente, está con una fatiga en el isquiotibial izquierdo y le harán estudios. Su lugar será ocupado por Sebastián Boselli o por David Martínez. Si juega Martínez, Paulo Díaz irá de “2”.

Otra de las cuestiones que hicieron ruido en las últimas horas, justamente, tuvo como protagonista a Martínez. Tras la derrota con Argentinos, su hermano hizo un posteo contra Demichelis. “En Alemania te están esperando”, decía la historia de Instagram. Al día siguiente, el defensor de River salió a pedir perdón. “Quiero ofrecer mis disculpas sinceras por una publicación surgida de mi entorno. Esas expresiones claramente no coinciden con mi forma de pensar ni de proceder en el día a día, ni tampoco con los principios que intentamos transmitir en nuestro club. Espero sepan disculpar y no sentenciar a alguien que actuó de manera impulsiva y que por supuesto también está arrepentido. Mis disculpas para quienes están involucrados, pero también para los hinchas y para la institución”.

River vive horas convulsionadas. Y la atención, más allá de lo futbolístico, estará centrada en la reacción de los hinchas el jueves. Sobre todo, por parte de Demichelis y su cuerpo técnico.



Fuente Clarin

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