Argentina puede quedarse afuera por primera vez en más de 100 años

El último tren a París para el boxeo argentino iniciará su viaje este viernes en Bangkok. Allí, el pugilismo nacional, con dos representantes, buscará al menos una de las 51 plazas para los Juegos Olímpicos (28 para hombres y 23 para mujeres) que se pondrán en disputa en el Segundo Torneo de Clasificación Mundial. Más de 600 competidores de 133 Comités Olímpicos Nacionales y del Equipo de Refugiados pujarán por el mismo objetivo en un certamen que se presume sumamente exigente.

El boxeo es una de las disciplinas históricas en el programa olímpico: la competencia masculina se disputa desde Saint Louis 1904 (solo faltó en Estocolmo 1912 porque la actividad estaba prohibida en Suecia), mientras que la femenina fue incorporada en Londres 2012. Además, es el deporte que más medallas aportó a la cosecha argentina: fueron 24, entre ellas siete de oro.

Desde los Juegos de Amberes 1920, en los que compitió Ángel Rodríguez en la categoría pluma (perdió en la primera ronda ante el noruego Arthur Olsen), el pugilismo nacional siempre tuvo representación olímpica. La única excepción fue en Moscú 1980, ya que, por iniciativa del gobierno dictatorial nacido del golpe cívico militar del 24 de marzo de 1976, el Comité Olímpico Argentino se sumó al boicot impulsado por Estados Unidos y no envió a deportista alguno a la capital de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.

Por primera vez en más de un siglo, el boxeo argentino corre serio riesgo de no poder clasificar a algún representante. No pudo hacerlo por vía de los Juegos Panamericanos de Santiago de Chile 2023, en los que ninguno de los 10 representantes nacionales (seis mujeres y cuatro hombres) pudo apoderarse de uno de los 30 cupos en disputa (14 en la rama masculina y 16 en la femenina).

Tampoco lo logró a través del Primer Torneo de Clasificación Mundial, que se llevó a cabo en marzo en Busto Arsizio, a 40 kilómetros de Milán (Italia). Allí, Argentina, que participó con seis pugilistas (tres hombres y tres mujeres), también se quedó con las manos vacías: no consiguió ninguno de los 49 cupos (28 para el certamen masculino y 21 para el femenino), que quedaron en poder de competidores de 30 Comités Olímpicos Nacionales y una representante del Equipo de Refugiados (la camerunesa Cindy Ngamba).

La última chance para el pugilismo albiceleste será en el certamen que se llevará a cabo desde este viernes y hasta el 2 de junio en los dos cuadriláteros montados en el Estadio Cubierto de Huamark (con capacidad para 15.000 espectadores) de la húmeda y tórrida Bangkok, que en estos días convive con temperaturas que superan largamente los 30 grados. Allí se repartirán 28 plazas olímpicas entre las siete categorías de la competencia masculina y 23 cupos entre las seis divisiones femeninas.

A la capital tailandesa arribó hace 10 días la delegación argentina encabezada por Omar Andrés Narváez, quien en abril, unos días después de la participación del combinado nacional en el Primer Torneo de Clasificación Mundial, fue designado como jefe de entrenadores de la Selección. El excampeón mundial mosca y supermosca de la Organización Mundial de Boxeo, y representante olímpico en Atlanta 1996 y Sídney 2000, se había incorporado como entrenador del equipo juvenil en 2020 y a partir de febrero de 2023 se había sumado a la estructura del seleccionado mayor que entonces comandaba Fabricio Nieva (quien sigue siendo parte del equipo técnico junto a Victor Hugo Castro, Roberto Arrieta y el preparador físico Ruperto Ruiz).

El plan de la Federación Argentina de Box era presentar un equipo con tres deportistas en Bangkok. Pero Luciano Amaya, quien iba a competir en la categoría hasta 63,500 kilos, sufrió una lesión durante un campamento de entrenamiento de 15 días que el seleccionado hizo en abril en San Pablo, no pudo recuperarse a tiempo y debió renunciar a la competencia cuando ya se había cerrado el período de inscripción, por lo que no pudo ser reemplazado. Así, solo serán dos púgiles, con sólida experiencia, los que pelearán por un boleto olímpico: el salteño Ramón Nicanor Quiroga, en la división hasta 51 kilos, y la bonaerense Florencia Aldana López, en la categoría hasta 50 kilos.

Quiroga, nacido hace 26 años en San Ramón de la Nueva Orán, ya fue representante olímpico: compitió en Tokio, donde fue eliminado en la primera ronda por el español Gabriel Escobar Mascuñano. Además fue medallista de bronce en los Juegos Panamericanos de Lima 2019 y en los de Santiago de Chile 2023.

Después de su estreno olímpico, el Hormiga incursionó en el boxeo profesional, mientras continuó representando al seleccionado. En el campo rentado, ya suma ocho contiendas (seis victorias, un empate y una derrota), es campeón Fedelatin de la categoría mosca reconocido por la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) y ocupa el 11° puesto en el ranking mundial de ese organismo.

Merlense y compañera de gimnasio de la campeona mundial mosca Celeste Chucky Alaniz, Florencia López, de 27 años, también acumuló experiencia internacional con el seleccionado en los últimos años. En mayo de 2022, consiguió la medalla de bronce en la categoría hasta 48 kilos en el Campeonato Mundial organizado por la Asociación Internacional de Boxeo (IBA) en Estambul. Ese año, repitió el logro en los Juegos Suramericanos de Asunción en la división hasta 50 kilos y en 2023 fue representante en los Juegos Panamericanos de Santiago de Chile (cayó en los cuartos de final).

Al igual que Ramón Quiroga, la Avispa también recorrió en paralelo su camino en el pugilismo profesional, en el que debutó en mayo de 2021 y acumula 10 victorias consecutivas. Desde junio de 2023, es la campeona argentina de la categoría minimosca y se ubica sexta en el ranking de la Organización Mundial de Boxeo y 10ª en el de la Federación Internacional de Boxeo (la monarca reconocida por ambos organismos es la villagalvense Evelin Bermúdez).

Ni Quiroga ni López la tendrán fácil en Bangkok. El certamen organizado por la Unidad de Boxeo París 2024 (un ente creado ad hoc por la Junta Ejecutiva del Comité Olímpico Internacional como consecuencia de la suspensión del reconocimiento de la IBA) otorgará cuatro plazas en las categorías en las que ambos participarán, por lo que deberán ganar cuatro combates para acceder a París, a menos que el sorteo, que se realizará el jueves a las 7.30, les haga un guiño y les permita superar la primera ronda sin necesidad de competir.

Los 28 boxeadores y las 23 boxeadoras que consigan la clasificación en Tailandia se sumarán a los 139 deportistas que obtuvieron su boleto mediante los certámenes continentales (75 mujeres y 64 hombres) y a los 49 que lo lograron en el Primer Torneo de Clasificación Mundial en Italia (28 hombres y 21 mujeres). A ellos se añadirán quienes reciban las nueve plazas de universalidad (cinco para la competencia femenina y cuatro para la masculina).

Esas plazas serán concedidas por una Comisión Tripartita, integrada por representantes del COI, de la Asociación de Comités Olímpicos Nacionales (ANOC) y de la Asociación de Federaciones Internacionales Olímpicas de Verano (ASOIF), a 104 atletas de 21 disciplinas individuales con el objetivo de “ofrecer la oportunidad de estar representados a los Comités Olímpicos Nacionales que tradicionalmente enviaron pequeñas delegaciones a los Juegos”. Argentina no podrá aspirar a ninguna de esas plazas, ya que solo podrán ser otorgadas a deportistas de países que en Río de Janeiro 2016 y Tokio 2020 hayan tenido menos de ocho representantes en disciplinas individuales.

Los 124 hombres (divididos en siete categorías) y las 124 mujeres (repartidas en seis divisiones) que consigan su lugar para la competencia olímpica de boxeo pelearán entre el 27 de julio y el 10 de agosto en el Centro de Exposición París-Nord de Villepinte (las rondas preliminares) y en el estadio Philippe-Chatrier del complejo de Roland Garros (las instancias finales). A Argentina le queda una chance para que su bandera flamee allí.