La situación de Darío Benedetto llegó a un punto límite. A pesar de que este martes se entrenó a la par de sus compañeros, el entrenador Diego Martínez podría dejar de tenerlo en cuenta. Y tiene el respaldo del presidente Juan Román Riquelme, nada menos.
La gota que rebasó la paciencia del entrenador fue la actitud del Pipa el último viernes, en ocasión de su cumpleaños. La fiesta arrancó durante la madrugada, muy a pesar de que el plantel estaba citado por la mañana en Ezeiza. Hubo ocho jugadores que asistieron al evento, viralizado a través de las redes sociales. Entre ellos estuvieron Marcos Rojo, Cristian Lema, Cristian Medina, Norberto Briasco y Equi Fernández. Hubo música en Puerto Madero, con cantantes de cumbia y reggaeton, pero caras largas en el predio de entrenamiento, donde Martínez se encontró con el delantero en el área de kinesiología.
El técnico le preguntó por qué no se había entrenado con normalidad. Y la respuesta del jugador, según pudo averiguar Clarín, no tuvo estándar profesional. “Noches felices, mañanas tristes”, le contestó. Para Martínez, súper obsesivo con el trabajo, resultó una falta de respeto. “Parecía que lo estaba boludeando (sic)”, contó un testigo.
Por ese motivo, el Pipa quedó afuera de la lista de concentrados que el sábado se subieron a un avión con destino a Santiago del Estero –también, Briasco- y Martínez ya no volvería a contar con sus servicios. Benedetto tiene un contrato vigente hasta el 31 de diciembre y el propio futbolista buscaría la salida durante el receso de la Copa América. Y si ya había quedado relegado por Edinson Cavani, Miguel Merentiel y Luca Langoni, mucho más lo estará ahora.
Benedetto siempre fue una pieza de cambio para Martínez, cuyo ciclo tiene 22 partidos. El goleador jugó 12 y sólo tres en condición de titular. Hizo un gol, en la 3ª fecha de la Copa de la Liga. En los últimos cinco encuentros no ingresó.
Riquelme tiene claro que Benedetto es un delantero con trayectoria en el club, pero ya tiene 34 años. También, que no forzará a Martínez a trabajar con el Pipa, sobre todo si el técnico siente que ya no puede aportarle soluciones.
El jugador se siente desplazado, considera que su chapa no amerita que corra tanto de atrás. La realidad es que Merentiel y Cavani están en un gran nivel. Por eso buscaría rescindir su contrato antes de tiempo. Difícilmente acepte seguir en la Argentina; su futuro estaría en México o la MLS de Estados Unidos.
Una historia cargada de conflictos
La primera etapa de Benedetto fue pura contundencia. Llegó a Boca en junio de 2016 y marcó 21 goles en 25 fechas. En el torneo siguiente, pegó 9 gritos en las primeras 9 jornadas. No tardó en llegar el llamado de la Selección Argentina. Sin embargo, en noviembre de 2017 se rompió los ligamentos de la rodilla derecha y recién volvió en agosto de 2018. Le hizo tres goles a Palmeiras en semis y dos a River en la final de la Libertadores. Su nivel empezó a declinar y en agosto de 2019, con apenas 5 tantos (3 de penal) en 20 juegos, emigró al Olympique de Marsella con una marca notable: 45 goles en 76 partidos.
«Cuando me volví a poner esta camiseta, sinceramente, todos mis problemas desaparecieron. Volví a ser feliz», dijo Benedetto cuando regresó a Boca en enero de 2022. Pronto se transformó en capitán y referente, pero se sucedieron los conflictos:en marzo de ese año tuvo un cruce con Agustín Almendra; tres meses después, se mostró en el cumpleaños de Iván Marcone, faltó a la práctica del día siguiente y Battaglia decidió marginarlo del partido que Boca jugaría ante Ferro por la Copa Argentina.
Erró dos penales ante Corinthians en los octavos de final de la Libertadores y luego trascendió que el plantel amagó con bajarse de la concentración porque no arreglaron los premios. Un mes más tarde, se agarró a las trompadas con Carlos Zambrano en el entretiempo del clásico con Racing.
En esta segunda etapa marcó 26 goles y se instaló en el top 20 de los máximos goleadores xeneizes, pero se encamina a dejar el club con más pena que gloria.