El maratonista keniata Eliud Kipchoge, campeón olímpico en los Juegos de Río 2016 y Tokio 2020, se quebró al revelar la pesadilla que vive debido a las numerosas amenazas recibidas por parte de usuarios de las redes sociales, que lo acusan de estar vinculado a la muerte de su compatriota Kelvin Kiptum, fallecido en febrero en un accidente de tránsito, poco después de batir su récord mundial de los 42,195 kilómetros.
«Estoy realmente conmovido al leer que algunos me vinculan con su muerte. Para mí, esa fue la peor noticia que recibí en mi vida. Todo lo que estoy viviendo me llevó a no confiar en nadie, ni siquiera en mi propia sombra«, afirmó el keniata de 39 años, quien sueña con convertirse en París 2024 en el primer atleta en ganar tres maratones olímpicos.
En diálogo con BBC Sport Africa, Kipchoge, campeón mundial en los 5 mil metros en 2003, contó que debido a esa falsa acusación es víctima de «amenazas de todo tipo» y que vive aterrorizado no tanto por él sino por su familia.
«Tengo terror realmente de que mis hijos vayan a la escuela y no regresen. Empezamos a llevarlos por la mañana y recogerlos por la tarde. Ni siquiera pueden salir a andar en bicicleta porque no sabemos qué podría sucederles», explicó.
Y comentó que los mensajes que recibió le advertían que iban a «quemar mi campo de entrenamiento, mis inversiones en la ciudad y hasta mi casa y a mi familia«.
«No tengo poder para ir a la policía y decirles que mi vida está en peligro. Así que mi preocupación fue decirle a mi familia que estuviera especialmente cautelosa. Comencé a llamar a mucha gente», relató.
«El momento más duro fue cuando llamé a mi madre. Es una persona mayor, pero incluso ella se enteró de lo que sucedía y ahí entendí que las redes sociales pueden llegar a cualquiera -afirmó-. Ella me dio la fuerza y el valor para seguir adelante. Fue un mes muy duro».
Kipchoge destacó que al miedo que sufren sus hijos por esta situación se agrega el daño psicológico. «Mi hija estaba en un internado y eso fue positivo porque no tenía acceso a las redes sociales. Pero es difícil para ellos escuchar decir: ‘Tu padre asesinó a una persona’«, confesó.
Kiptum, cuyo fallecimiento fue considerado una tragedia nacional, murió el 11 de febrero al estrellar el auto que conducía contra un árbol, tras caer en una zanja de 60 metros en la ruta que une Eldoret y Kaptagat, localidades en las que viven y se entrenan la mayoría de los fondistas de Kenia.
Junto con él viajaba su entrenador, el ruandés Gervais Hakizimana, quien falleció pocos minutos después del accidente. La otra ocupante del vehículo salvó su vida.
Nacido en Kaptagat, tenía 24 años y era señalado por los expertos como el hombre destinado a romper la barrera de las dos horas en la prueba madre del atletismo. En octubre pasado, había establecido la nueva plusmarca mundial en los 42,195 kilómetros, cuando ganó el Maratón de Chicago con 2h00m35 y pulverizó el récord que Kipchoge había fijado en Berlín 2022 con 2h01m09.
Kipchoge consideró que la durísima situación que atraviesa tuvo un impacto negativo en sus actuaciones, como lo reflejó su décimo puesto en el Maratón de Tokio, el 3 de marzo, su peor rendimiento desde que debutó en esta distancia en 2013.
«Cuando estaba en Tokio, no logré dormir durante tres días», explicó el atleta, quien fue incluido en el equipo olímpico keniata que participará en París 2024.
A diferencia de las precauciones que adoptó para intentar garantizar la seguridad y la integridad de su familia, el atleta afirmó que en lo personal no tomó recaudos de ningún tipo.
«No veo por qué debería cambiar mi lugar habitual de entrenamientos -aseguró-. Vivo al sol porque mi deporte no se practica en un gimnasio. Se trata de salir a correr. Camino libremente por las calles».
Aunque su equipo le aconsejó alejarse de las redes sociales, él decidió no borrar sus cuentas. «Si lo hago, parecerá que estoy escondiendo algo. Y yo no hice nada«, dijo.
Y reveló que uno de los golpes más duros fue enterarse que algunas de las personas que lo acusaban de tener que ver con la muerte de Kiptum eran cercanas a él.
«Desde que me vincularon con el accidente, perdí a casi el 90 por ciento de mis amigos. Es doloroso saber que algunas acusaciones fueron efectuadas por gente de mi entorno, por compañeros de entrenamiento. Aprendí que la amistad no es para siempre», relató.
El maratonista apuntó a la responsabilidad de las empresas que manejan las redes sociales al afirmar que «no hicieron gran cosa al respecto» para castigar los abusos en las plataformas.
«Estas personas sin rostro publican cosas malas y son realmente peligrosas. Si denunciás algunas cuentas, tardan en eliminarlas. Deberían actuar con rapidez, conocer los hechos y eliminar las cuentas. La gente debería saber que si decís algo que no es bueno, tu cuenta será eliminada», exigió.
Kipchoge auguró que la iniciativa impulsada por el Comité Olímpico Internacional de apelar a la inteligencia artificial para identificar a quienes cometen abusos en las redes sociales sirva para proteger a los atletas para que ninguno tenga que pasar por la situación que a él le toca vivir.
A pesar de todo, Kipchoge espera poder enfocarse otra vez en el deporte y se ilusiona con volver a subirse a un podio olímpico en la capital francesa.
«Quiero entrar en los libros de historia y ser el primer ser humano en ganar tres maratones de forma consecutiva -afirmó-. Se trata de levantarte y volver a caminar recto hacia tu objetivo».