Vélez y Estudiantes juegan este domingo desde las 15.30 la final de la Copa de la Liga Profesional en el estadio Madre de Ciudades de Santiago del Estero, a más de mil kilómetros de sus lugares de origen. El moderno escenario tiene capacidad para 30 mil espectadores y las entradas volaron en horas. La sensación es que quedó chico porque miles de hinchas se quedaron afuera.
El José Amalfitani estará abierto y allí se podrá palpitar el duelo por una pantalla gigante. No está confirmado si en La Plata sucederá lo mismo. La llegada de estos dos equipos avivó una discusión que parece no tener fin: la grandeza de los clubes. Se discute en el bar, en la casa y en el trabajo, pero, en especial, en las redes sociales. Por eso, la pregunta: además del título en juego, ¿van a dirimir Vélez y Estudiantes quién es el sexto grande?
Primero, dos datos históricos inapelables. El fútbol argentino por muchos años fue el porteño, el del AMBA hasta que se incorporaron los rosarinos. La AFA, tras la última fusión en 1934, decidió aplicar voto calificado o proporcional desde agosto de 1937 para las decisiones del Comité Ejecutivo, que apenas integraban los 18 clubes de Primera y un representante del Ascenso. Los equipos con 20 años ininterrumpidos en Primera (es decir, desde 1937), más de un título y más de 15.000 socios tenían tres votos. Solo cinco reunían estas condiciones: Boca, River, Independiente, San Lorenzo y Racing. Para siempre, los cinco grandes.
Los clubes con 20 años en Primera, al menos un título y entre 10 y 15 mil socios, tendrían dos votos: Huracán, Estudiantes y Gimnasia. El resto, seguía con un voto. Este escenario se mantuvo hasta 1953, cuando cada voto volvió a valer uno. Los clubes podían pedir cada dos años el cambio de calificación. Huracán lo consiguió en 1941, cuando ya había superado los 15 mil socios.
Desde entonces, los futboleros y el periodismo hablaron de equipos grandes y equipos chicos. Cuando la AFA, con la intervención de Valentín Suárez, realizó en 1967 el primer intento de federalización con la creación del Torneo Nacional fue Estudiantes el primer chico en romper la hegemonía de los grandes. El segundo, Vélez en el Nacional 68.
Estudiantes, además, tuvo el ciclo más grande de su historia: logró tres Libertadores seguidas, una Intercontinental y una Interamericana. Ese equipo de Osvaldo Zubeldía trascendió las fronteras de La Plata y, en menor medida que en la época de construcción de la identidad (1910-1930), sumó hinchas en todo el país.
Lo mismo sucedió con Vélez en los 90, con la conquista del Clausura 93 y luego de la Libertadores y la Intercontinental 94. Los dos, en los últimos 30 años, dominaron la escena nacional e internacional. De los 16 títulos que tiene en su historia el club de Liniers, 14 los consiguió en las últimas tres décadas. El Pincha, en tanto, sumó cuatro, entre ellos una nueva Libertadores, de los 15 que tiene. Sólo Boca y River están por delante de Vélez desde 1994. En toda la historia, además de los dos Súper Grandes, sólo Independiente, Racing, San Lorenzo y Alumni (disuelto en 1913) tienen más vueltas olímpicas que los finalistas.
Los títulos son uno de los argumentos. El colega Juan Pablo Varsky hace tiempo que intenta instalar que Estudiantes es el cuarto grande: “Los cuatro títulos de América, el título en Manchester en 1968, el partido contra Barcelona en 2009, la actualización del historial, ganando títulos, el sentido de pertenencia, escuela, valores que ha generado y ha transmitido, el aporte a la Selección”.
La cuenta Revisionismo Fútbol, con redes que generan muchos debates, incluye un top 10 y cuenta títulos, entradas vendidas y presencias y goles de futbolistas de cada club en la Selección. A los ocho nombrados se suman Newell’s y Central. En ambos casos, hay argumentos históricos y contemporáneos y eso enriquece la discusión. Se pueden agregar los socios: hoy Vélez tiene unos 60 mil y Estudiantes está en campaña para llegar (en febrero tenía 57.000).
Más allá de los rosarinos, el fútbol porteño sigue teniendo un peso histórico en esta AFA cada vez más federal. ¿Qué lugar ocupan, entonces, Talleres, Belgrano, Atlético y San Martín de Tucumán, por citar cuatro clubes fuertes de la Argentina?
Vélez y Estudiantes llegaron a una nueva final por méritos futbolísticos. Eduardo Domínguez, DT pincha, lleva 14 meses en el cargo, llegó a tres finales y fue campeón de la Copa Argentina 2023. Cuenta con experimentados como Luciano Lollo, Fernando Zuqui, Enzo Pérez, José Sosa y Guido Carrillo, explosivos como Tiago Palacios y Edwin Cetré, y jóvenes con recorrido como Eros Mancuso, Zaid Romero, Gastón Benedetti y Santiago Ascacibar. El DT apuesta a la posesión para dañar y no para entretenerse con ella. Y claro, una sólida defensa. Si juega Cetré o no de entrada, dependerá el esquema: un 4–3-2-1 como contra Boca o un 4-2-2-2 con doble cinco y dos volantes ofensivos.
En Vélez, Gustavo Quinteros reconstruyó un plantel golpeado. Asumió en enero, surfeó un resultado sacatécnicos como el 0-5 ante River, aisló al grupo tras el cimbronazo que fue la denuncia por abuso sexual de una periodista tucumana a cuatro de sus jugadores, y le imprimió carácter y concentración al juego. Con un 4-2-3-1 definido, revalorizó a Agustín Bouzat como doble cinco, permitió el crecimiento de Christian Ordoñez y le dio libertad a Claudio Aquino. Encontró solidez defensiva en una línea de cuatro bastante joven, cierra bien los espacios con los retrocesos de Thiago Fernández y Francisco Pizzini, que se desdoblan en ofensiva. Le sigue faltando gol y, en la final, no tendrá a Braian Romero, expulsado ante Argentinos.
Esta tarde, en Santiago, habrá un nuevo campeón de Copa. Si hay empate en los 90, se jugará tiempo suplementario. Y si nada cambia, habrá penales para definir al nuevo rey -que jugará la Libertadores 2025 y el Trofeo de Campeones-. Y así se seguirá alimentando un debate que será infinito.