la vigencia del emblema de Estudiantes que a los 38 años va por un nuevo título

“El último héroe del Mineirão está de nuevo en casa”, comunicó Estudiantes el pasado 10 de enero. Ciento dieciséis días después de ese anuncio y casi tres lustros después de aquel hito al que hacía referencia el posteo, Enzo Pérez, protagonista de aquella inolvidable victoria ante Cruzeiro el 15 de julio de 2009 que le dio al Pincha su cuarta Copa Libertadores, podrá volver a gritar campeón con el conjunto platense. Uno de los emblemas del equipo dirigido por Eduardo Domínguez disputará el domingo la final de la Copa de la Liga Profesional ante Vélez en el Estadio Único Madre de Ciudades de Santiago del Estero.

“Cuando le conté a mi familia que vendría, me dijeron que había tomado una gran decisión”, reveló el mediocampista un par de semanas después de haber firmado el contrato que lo vinculó por tercera vez con Estudiantes. “Mi familia conoce el club y la gente que está acá, saben que me van a cuidar y brindar lo mejor para sentirme cómodo. Cuando uno va terminando su carrera, necesita ciertos cuidados”, añadió.

No es llamativo que el mendocino hable con naturalidad sobre el cierre de su carrera. Con 38 años cumplidos el 22 de febrero, el futuro ya empieza a calcularse en meses y no en años. Sin embargo, Pérez conserva su vigencia y ha resultado uno de los baluartes que llevaron al León hasta la instancia decisiva de la Copa de la Liga, más allá de que el cuerpo no le permite exhibir el despliegue de antaño y lo obliga a recortar su tiempo sobre el césped.

Si bien su nombre ha quedado indeleblemente escrito en la historia de River y él nunca ocultó su fanatismo por el Millonario, el mediocampista nacido en Maipú construyó un vínculo muy potente con Estudiantes, el club al que llegó por primera vez en agosto de 2007, en el que está viviendo su tercer ciclo y con el que ya fue campeón dos veces.

Pérez comenzó a jugar al fútbol competitivamente a los nueve años en Deportivo Maipú, el club en el que se formó y en el que permaneció hasta los 17, cuando pasó a Godoy Cruz. Allí llegó de la mano de Daniel Oldrá, hoy entrenador del Tomba. «Yo vivía a una cuadra del club Maipú y todavía jugaba. Pasaba por la cancha, lo veía y me decía: ‘Mirá qué bien juega este pibe’. Y fue el primero, junto con otro pibito, el Cabezón Díaz, al que llevé a Godoy Cruz”, contó el Gato en una entrevista con La Nación en 2023.

Con el Bodeguero, Enzo fue campeón de la Primera B Nacional en la temporada 2005/06 y tuvo un destacado primer año en la máxima categoría del fútbol argentino, pese a que su equipo terminó descendiendo tras perder la Promoción con Huracán. Eso le valió, en agosto de 2007, su pase a Estudiantes, que lo contrató para cubrir la ausencia de Diego Galván (había sufrido una rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda).

Debutó el 8 de agosto en una derrota 2 a 0 del conjunto que entonces dirigía Diego Simeone frente a Lanús en el Néstor Díaz Pérez por la primera fase de la Copa Sudamericana (ingresó a los 25 minutos del segundo tiempo por el uruguayo Juan Manuel Salgueiro). Y pronto se ganó un lugar en el elenco titular. De todos modos, el gran salto en su carrera se produciría a partir de la llegada al Pincha de Alejandro Sabella.

“Fue un señor con todas las letras. Yo venía del interior y tenia a mis padres lejos, y él fue como un padre en el día a día por los valores que transmitía, por las enseñanzas, por el respeto. Alejandro es palabra mayor”, sostuvo Pérez hace algunas semanas en una entrevista en la plataforma Estudiantes Play.

Con Sabella al mando del equipo, fue campeón de la Copa Libertadores 2009 y también del Torneo Apertura 2010. También fue Pachorra quien le dio un lugar relevante en el seleccionado argentino (había debutado con la casaca albiceleste en 2009, durante el ciclo de Diego Maradona) y lo llevó al Mundial de Brasil 2014, en el que fue titular en la semifinal frente a Holanda y en la final contra Alemania.

Pérez también participó en Rusia 2018. Si bien inicialmente había quedado fuera de la lista de 23 elegidos por Jorge Sampaoli, una rotura en el ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha de Manuel Lanzini le permitió sumarse al grupo a solo cuatro días del inicio del certamen, en el que fue titular contra Croacia, Nigeria y Francia.

Enzo se fue de Estudiantes por primera vez en junio de 2011: Benfica pagó 3,5 millones de dólares por el 50% de su ficha. Sin embargo, volvió pronto. Sin lugar en el equipo portugués, se sumó a préstamo en febrero de 2012. En aquella ocasión, Juan Sebastián Verón, entonces capitán del Pincha, aportó el dinero para cubrir el 40% del costo del préstamo, según contó el entonces presidente Enrique Lombardi. Solo permaneció en La Plata cinco meses, en los que disputó 14 partidos correspondientes al Torneo Final.

Cuando regresó a Portugal, el técnico Jorge Jesús le otorgó un protagonismo creciente. Eso le permitió convertirse en un jugador reconocido en el Viejo Continente. Después de dos años y medio, en los que jugó 113 partidos y logró cuatro títulos domésticos, fue vendido a Valencia en enero de 2015. Cuando Benfica informó sobre la operación a la Comisión del Mercado de Valores Mobiliarios (por ser una sociedad anónima deportiva que cotiza en la Bolsa de Lisboa), explicó que había recibido «una propuesta irrechazable» del club español para quedarse con la ficha del mediocampista a cambio de 25 millones de euros. Apenas 48 horas después de completada esa operación, Pérez debutó en su nuevo club en una victoria 2 a 1 sobre Real Madrid en Mestalla por la 17ª fecha de la Liga de España.

Enzo jugó dos años y medio en Valencia. Incluso llegó a ser el capitán del equipo. Sin embargo, ese ciclo fue muy cuestionado en España. Cuando se desvinculó, el 1 de julio de 2017, el diario madrileño Marca consideró que la compra-venta del mendocino había sido “la peor operación de la historia del club”.

“Hay negocios malos, muy malos y ruinosos. Pues el del Valencia con Enzo Pérez es aun peor”, sentenció el periódico deportivo, que destacó que el club había pagado 25 millones de euros por su ficha y había recibido menos de tres millones por su venta. “Enzo se marcha dejando un agujero de 22 millones de euros y, lo que es peor, un rendimiento deportivo insulso que no pasó de algún partido puntual de nivel. Muchas lesiones y una sensación de ‘toxicidad’ en el vestuario, como reconoció el mismo club, que le ha llevado a salir a la carrera y por un precio irrisorio”, añadió.

Su destino fue el equipo del que se reconocía hincha. “River era mi prioridad. Este era un sueño que quería cumplir, era lo que más anhelaba. Todo lo que venga va a ser lindo”, aseguró una vez que la transferencia se había cerrado. Para ello, él había insistido mucho a fin de torcer la voluntad de Valencia, que esperaba una oferta superior de alguna institución europea por su capitán, a quien todavía le quedaban dos años de contrato.

Los seis años y medio en Núñez son el segmento más conocido de la historia de Enzo. Doscientos cuarenta y un partidos (incluido uno como arquero, frente a Independiente Santa Fe por la Copa Libertadores 2021), seis goles, 10 títulos, un romance irrompible con los hinchas y una relación tirante con Martín Demichelis precedieron a la despedida a fines del año pasado. Su último encuentro fue el del Trofeo de Campeones que el Millonario le ganó 2 a 0 a Rosario Central el 22 de diciembre en Santiago del Estero. Esa noche, a siete minutos del final, lo reemplazó Jonatan Maidana, otro histórico que se estaba despidiendo del club.

“Hoy se termina una gran etapa de amor. Lo soñé desde chico, siempre soñé con jugar con esta camiseta, en este club. Voy a extrañar cada ovación. Voy a extrañar el cariño y el respeto que me han dado desde el primer día. No tengan ninguna duda de que los voy a extrañar muchísimo”, resaltó en una emotiva exposición ante la prensa en la que no admitió preguntas.

Se especuló entonces con que su destino estaría en Estados Unidos para jugar junto a Lionel Messi en Inter Miami. También se mencionó la chance de sumarse al Al-Ittihad de Arabia Saudita, que dirigía Marcelo Gallardo. Antes los hinchas de Deportivo Maipú se habían ilusionado con un regreso del hijo pródigo, que se frustró cuando el Cruzado perdió la final del reducido de la Primera Nacional ante Deportivo Riestra.

Entonces apareció Estudiantes, el club en el que había disputado 179 encuentros y había convertido 18 tantos en sus primeros dos ciclos. El Operativo Convencimiento había comenzado varios meses antes, pero el “sí” decisivo y la firma de un contrato por un año recién se produjo el 10 de enero. Entonces Pérez se sumó a un plantel que ya contaba con varios hombres con historia fuerte en el club como Federico Fernández, José Sosa, Pablo Piatti y Guido Carrillo. Todos ellos buscarán el domingo el 16° título oficial para el Pincha.