Un lunes cargado de buenas noticias tuvo el tenis celeste y blanco. En la rama masculina, festejó la aparición de cinco representantes nacionales en el top 50. Y en la femenina, celebró un logro igualmente importante. Por primera vez desde 2005, Argentina tiene tres jugadoras ubicadas entre las mejores cien del ranking WTA, un logro que hizo posible Julia Riera con su consagración en el W75 de Chiasso, con el que la pergaminense rompió por primera vez la barrera del top 100.
Riera, de 21 años, derrotó en la final del torneo suizo -segunda categoría en importancia del ITF World Tour a la húngara Anna Bondar, 108ª del mundo, por 6-3 y 7-6 (7-2) y pegó un salto de 18 escalones en la clasificación mundial, del 112° hasta el 94° puesto.
La bonaerense, doble medallista de bronce en los Juegos Panamericanos de Santiago 2023, se transformó así en la tercera argentina en las primeras cien jugadoras del ranking. Se unió a Nadia Podoroska, que está 66ª, y a Lourdes Carlé, que se ubica 82ª. Y después de casi 19 años, el tenis argentino volvió a contar con un trío de abanderadas entre las primeras cien de la clasificación mundial.
Hay que retroceder hasta el 1° de agosto de 2005 para encontrar un ranking con esa misma cantidad. En esa actualización, Gisela Dulko -que recién empezaba su carrera profesional y había jugado su primera final en enero en Hobart- se ubicaba 30ª y era la mejor raqueta sudamericana de la WTA. Mariana Díaz Oliva, campeona en el WTA de Palermo 2002, estaba 67°. Y Paola Suárez, que llegó a ser cuatro del mundo en singles (y uno en dobles, como Dulko) y ganó cuatro trofeos en el circuito mayor, ocupaba el 93° lugar.
A la semana siguiente, la de Pergamino, en plena recuperación de una cirugía en la cadera, descendió 14° lugares y dejó el top 100. Y Argentina tuvo que esperar hasta este lunes para volver a tener tres representantes por arriba de esa barrera.
Lo logró gracias a una gran semana de Riera sobre el polvo de ladrillo suizo. La pergaminense conquistó su sexta corona en el ITF World Tour femenino -equivalente a los ex Futures masculinos- y el primero de esta temporada. Su consagración le permitió dar un paso importante en su carrera, que explotó en mayo del año pasado en en el WTA 250 de Rabat, el certamen que marcó su debut absoluto en el circuito mayor.
En esa cita, a la que llegó como 195ª de la clasificación, derrotó en primera ronda a la francesa Kristina Mladenovic, ex número diez del ranking (en ese momento, 165ª tras superar algunas lesiones); venció luego a la egipcia Mayar Sherif, 55ª; y a la kazaja Yulia Putintseva, 61ª, antes de despedirse ante la austríaca Julia Grabher, 74ª. Y trepó 45ª lugares hasta el 150° escalón.
Y el domingo, con su primer título ITF en más de un año, pudo colarse por primera vez en el top 100. Un logro muy importante para una verdadera luchadora de la raqueta, que se había retirado en 2015, con apenas 15 años, cansada de pelearla siempre cuesta arriba; pero que un año después, decidió retomar su carrera y no tardó en empezar a cosechar buenos resultados.
Riera se unió este lunes a Podoroska y Carlé, que ya estaban instaladas entre las primeras cien rankeadas de la WTA.
La rosarina de 27 años, que llegó a estar 36°, volvió a meterse en ese grupo a mediados de 2023, tras un par de temporadas complicadas por una lesión en la pierna derecha que la hicieron perder todo el terreno que había conquistado. Los problemas físicos la obligaron a empezar de nuevo desde abajo con mucho trabajo y el 12 de junio pasado apareció 94ª. Hace un mes, sumó su segundo WTA 125, nivel de torneos similar a los challengers masculino, al coronarse en San Luis de Potosí.
La tandilense, de 24, irrumpió en esa elite en marzo, una semana después de alcanzar las semifinales del WTA 125 de Puerto Vallarta, en las que perdió ante la australiana Taylah Preston (153°) por un doble 6-2. Hace dos semanas, tras conquistar un certamen de esa misma categoría en La Bisbal D´Empordá, España (el primero de su carrera), alcanzó el 84° puesto, su mejor ubicación.
Las dos tienen asegurado su lugar en el cuadro principal de Roland Garros. Podoroska irá a París con la ilusión de volver a jugar en el nivel que mostró en ese torneo en 2020, cuando sorprendió al llegar a semis. Carlé se dará el gusto de debutar en el main draw de un Grand Slam.
¿Y Riera? Como la lista de entrada del «grande» parisino cerró a principios de la semana pasada, no llegó a meterse en el cuadro directamente. Pero figura 14ª en la lista de alternates y podría jugar la qualy. Aunque habrá que ver si prioriza eso, con la ilusión de disputar su primer Major, o elige defender los puntos de Marruecos, que se juega la misma semana que la fase previa del Abierto de Francia.