El Superclásico del fútbol argentino siempre levanta temperatura. Tras un buen primer tiempo en el que hubo mucho juego, dos goles, pocas polémicas y apenas un par de roces, en el arranque de la parte final el árbitro Yael Falcón Pérez tuvo que empezar a repartir tarjetas amarillas para calmar los ánimos.
El único incidente en los primeros 45 minutos había sido entre los mismos protagonistas: Marcos Rojo y Miguel Borja. En aquel momento, hubo empujones y enseguida el árbitro, con la amarilla en la mano, le advirtió, en especial al colombiano, que la próxima le sacaba tarjeta.
Iban dos minutos de la parte final y el Colibrí lo empujó de atrás al capitán de Boca, que se dio vuelta e increpó a su rival, que se desplomó acusando un golpe. Falcón Pérez enseguida fue hacia los dos jugadores con la tarjeta en la mano.
En las discusiones, Edison Cavani forcejeó con Paulo Diaz y el uruguayo también terminó en el césped, pero enseguida se incorporó. Y una vez que se levantó Borja, el árbitro lo amonestó junto con Rojo.
A esa altura, el encuentro tenía cinco amonestados, ya que en la primera etapa vieron la cartulina amarilla Claudio Echeverría e Ignacio Fernández, por el lado de River, y Miguel Merentiel, en Boca.