Ángel Cabrera llegó en 2010 al Augusta National Golf Club, con el pecho inflado como campeón defensor, y eligió molleja, chorizo, ceviche, empanadas de carne y pollo, ojo de bife y panqueques de dulce de leche como menú para la tradicional cena de campeones, que comenzó a realizarse en 1952 por iniciativa de Ben Hogan. «Quedaron alucinados con las empanadas», contó en aquel entonces el cordobés, a quien le negaron la VISA para viajar a Estados Unidos tras haber sido condenado por violencia de género.
Aún estaba fresco en la memoria de los amantes del golf (y del deporte en general) el recuerdo de aquella apasionante definición en la que el Pato se impuso en el segundo hoyo de desempate a los estadounidenses Kenny Perry y Chad Campbell y se calzó la emblemática chaqueta verde que Sam Snead utilizó por primera vez en 1949. Es que el Masters de Augusta es un torneo marcado por las tradiciones.
Entre ellas se destaca el golpe inaugural, o «tee shot», con el que se inicia habitualmente la competencia. Empezó en 1963 con Jack Hutchinson y Fred McLeod y durante años contó con la presencia del legendario Arnold Palmer, cuádruple campeón en Augusta. «Es una lástima, pero el tiempo pasa. Me encantaría hacerlo para siempre, pero ya no tengo la capacidad física de pegar el tiro de la manera en que deseo», dijo The King en 2007, cuando tenía 86 años. Falleció en 2016 y en aquella oportunidad Jack Nicklaus tomó su lugar y lo recordó al hacer el tiro de salida.
También, a modo de entretenimiento, los golfistas juegan todos los años durante los días de entrenamiento a «hacer patito» en el hoyo 16. Es decir, se posicionan desde el borde de una laguna y buscan hacer que le pelota rebote en el agua y se introduzca en el green.
Estas tradiciones también alcanzan a los fanáticos, no son exclusivas de los jugadores. Este jueves, cuando se abran las puertas del prestigioso club que fue fundado en 1930, la masa de espectadores ingresará a paso acelerado para obtener una buena ubicación en los alrededores del green y ubicar las sillas plegables (verdes, por supuesto) que venden allí dentro y que detrás del respaldo llevarán el nombre de su propietario.
Si alguien necesita ir al baño, quiere alejarse un momento para estirar las piernas o para contemplar el verde del paisaje, no hay problema: la silla seguirá estando allí.
Y todos ellos harán una larga fila para sacarse una foto con el logo del torneo, otro de los recuerdos que ningún fanático se querrá perder. En ocasiones, cientas de personas se acumulan y esperan hasta más de una hora por esa imagen.
Jon Rahm llega con el saco de campeón
Un año después de darle al golf español el sexto título en el Masters de Augusta, tras los obtenidos por Severiano Ballesteros (1980 y 1983), José María Olazábal (1994 y 1999) y Sergio García (2017), Jon Rahm regresa al Augusta National, esta vez fuera de la PGA y como integrante del controvertido LIV Golf que en diciembre lo fichó con un contrato millonario.
Su paso al millonario circuito financiado por el gobierno de Arabia Saudita generó un impacto y le valió mucho críticas. «El hecho de estar exento para todos los Majors cinco años es lo que ayudó bastante (a que fichara por el LIV). Si no hubiese ganado uno el año pasado, no sé si hubiese dado ese salto», explicó en conferencia de prensa.
Se encuentra ante la difícil tarea de firmar un doblete para retener la chaqueta verde, hazaña que únicamente lograron Tiger Woods (2001-2002), Nick Faldo (1989-1990) y Jack Nicklaus (1965-1966). Es uno de los grandes favoritos a quedarse con el título, pero tendrá en Scottie Scheffler y Rory McIlroy a sus principales amenazas.
El caso de McIlroy es especial, ya que el experimentado norirlandés de 34 años luchará por completar el Grand Slam, es decir, ganar los cuatro grandes torneos del golf. Ganó el US Open en 2011, el Campeonato de la PGA en 2012 y 2014 y el Abierto Británico en 2014. Solo le falta coronarse en Augusta.
«No tengo que intentar ganar desde el primer golpe. Son 72 hoyos, hay muchas formas distintas de ganar el torneo. Estoy con confianza, pero a veces hay tomar un camino más conservador, tener paciencia. Es algo que intenté aprender en los años», dijo McIlroy en la previa de la competencia.