El triunfo de Boca sobre San Lorenzo es la consolidación de una idea y la confirmación de que el conjunto que conduce Diego Martínez encontró su camino. Y aunque todavía está en formación, invita a pensar que el de este sábado pudo haber sido el salto que necesitaba no solo para dar un paso importante de cara la clasificación a los playoffs de la Copa de la Liga, sino también que puede ser el inicio de una época.
Porque más allá del accidente que significó empezar en desventaja, Boca otra vez se repuso ante la adversidad (como ante River, Belgrano y Racing, partidos en los que empezó perdiendo y al final sumó 7 de esos 9 puntos) y embolsó un triunfo que lo pone de frente a la clasificación (todavía puede sumar 9 puntos más). Pero además encontró un once que sale casi de memoria y se afirmó en un esquema; los que entran desde el banco de suplentes levantaron mucho su nivel y los de adentro ya se consolidaron.
Qué decir de Edinson Cavani. Un delantero de clase mundial al que le costó adaptarse y en esta Copa de la Liga ya suma 5 gritos con tantos en los clásicos ante Racing y ahora San Lorenzo. Pero además fue solidario para bajar y recuperar la pelota, para hacer un relevo si un volante quedaba mal parado y para ser generoso con sus compañeros a la hora de entrar en el circuito de juego y no querer siempre ser quien finaliza las jugadas. Como en la revancha ante Palmeiras, Cavani jugó un partido de crack.
Boca sintió mucho su ausencia en el segundo tiempo. El uruguayo salió con una molestia (sobrecarga en el isquiotibial izquierdo) y Martínez decidió cuidarlo. Sin el Matador de Salto en la cancha, al local le costó encontrar una referencia en el ataque y sus avances se diluyeron en el complemento ante un San Lorenzo que se quedó sin plan y después improvisó.
Porque Ruben Darío Insua tonto no es. Y lo que pensó salió a la perfección, el problema es que materializó esa idea muy rápido y después no tuvo resto para aguantar. El Ciclón se paró 4-4-1 en la Bombonera, con Luján, Giay y Leguizamón por la derecha para frenar la sociedad entre Zenón y Blanco. Tres contra dos, cerró ese carril. Y apenas a los cinco minutos del partido Adam Bareiro (heredero de las mejores mañas de Roberto Cabañas) provocó el error de Lema en una salida y recibió la falta en el área. Se la picó al joven Brey en el penal e instaló el 1-0.
Pero Boca asimiló bien el golpe. Faltaba una vida por delante. Y tuvo paciencia. Medina se hizo eje y junto a Equi Fernández (un coloso del mediocampo) llevaron a Boca a jugar a la puerta del área de San Lorenzo. El primer tiempo del local fue de lo mejor que mostró el equipo en la Copa de la Liga. Generó tres situaciones claras de gol antes de lograr el empate. En la primera, Altamirano le tapó el gol a Cavani; en la segunda, Medina quedó solo y le entregó la pelota al arquero cuando el uruguayo se relamía. Y en la tercera acertó.
Cerrados los caminos por afuera, llegó por adentro. Equi dio un pase hacia adelante y después fue todo precisión y velocidad: Zenón (tik), Medina (tak) y Cavani en el área definió cruzado para el 1-1. Fue el primer gol del uruguayo en el arco de Casa Amarilla, pero tampoco este sábado se colgó del «tejido» como el Manteca Martínez.
El segundo tiempo casi no se jugó. Boca lució cansado. Saralegui, que había ingresado por el lesionado Blondel, hizo un desgaste brutal por la derecha para acompañar los ataques y llegar a cerrar a Braida, siempre muy solo. Equi Fernández también aflojó y Medina lució desconectado (volvió de la gira con el Sub 23). Entonces el que se hizo cargo de agarrar la pelota y llevar a Boca para adelante fue Kevin Zenón.
El zurdo puso la pelota bajo la suela, pero también abrió caminos con su gambeta. Martínez le dio nuevos socios para sorprender a un San Lorenzo inofensivo y cada vez más cómodo con el empate. A la cancha fueron Pol Fernández y Darío Benedetto. Entró enchufado el Pipa con el pelo totalmente platinado y unos luminosos botines verdes. Se iba el partido cuando Zenón volvió a encarar por el callejón del diez, tiró una pared perfecta con Benedetto y tocó por encima de Altamirano. Apareció Merentiel (esta vez no le robó el gol como ante Central Córdoba, sino que lo aseguró) para hacer explotar el arco y a todo el estadio.
Boca logró un triunfo que lo confirma -ahora sí- como uno de los candidatos a pelear por el título. Además, le ganó a San Lorenzo por primera vez en la era Riquelme y tras cuatro partidos (un empate y tres derrotas). Y su pico de rendimiento llega en el momento justo del semestre: justo antes del debut por la Copa Sudamericana (el miércoles ante Nacional de Potosí) y con tres partidos por delante (debe completar el de Estudiantes) para pegar el salto a los playoffs. Para llegar lleno de confianza a los mata-mata.