Con greens ultra rápidos, bunkers complicados y un rough espeso y alto, el campo del Oakmont Country Club, en las afueras de Pittsburgh, Pennsylvania, abría la puerta para una sorpresa en la edición 2025 del US Open. Y J.J. Spaun aprovechó esas difíciles condiciones -aún más duras por la lluvia que forzó una suspensión de 99 minutos en la jornada final- para hacer historia. El estadounidense, de 34 años y madre mexicana-filipina, logró “domar” a la complicada cancha, embocó en el último hoyo de la última ronda un putt de 20 metros -el más largo de la semana- para birdie y se coronó campeón del tercer Major de la temporada para escribir su nombre en los libros grandes del golf.
Spaun firmó el domingo una tarjeta de 72 (+2), con cinco bogeys en los primeros nueve hoyos y cuatro birdies y otro +1 en la segunda mitad del recorrido. Finalizó con un total de 279 (-1) y fue el único competidor que bajó el par en todo el torneo. Y consiguió el segundo y más importante título de su carrera. Hasta ahora, su mejor actuación en un “grande” había sido el 23° puesto en Augusta 2022.
“Por mal que fueran las cosas, traté de comprometerme con cada golpe, cavar hondo. Lo he estado haciendo toda mi vida”, explicó.
Sabe el californiano lo que es recuperarse de fuertes golpes. Lo hizo hace algunos años cuando un diagnóstico médico equivocado sacudió su mundo y puso en jaque su carrera.
This was the longest putt made by any player THE ENTIRE WEEK!
Unbelievable finish from J.J. Spaun. pic.twitter.com/cJVOPnsA2g
— U.S. Open (@usopengolf) June 16, 2025
Es que en 2018 le dijeron que tenía diabetes tipo 2. Y pese a que enseguida cambió sus hábitos y adoptó el régimen indicado para controlar su condición, las cosas no funcionaban. Aún con la medicación, a menudo sufría mareos, fatiga y visión borrosa y perdió más de 23 kilos en tres años.
Esos problemas afectaron su rendimiento, al punto que salió del top 500 del ranking mundial y perdió su tarjeta del PGA Tour y las ganas de jugar al golf. Pero a mediados de 2021, descubrió que en realidad tenía diabetes tipo 1 y todo empezó a encaminarse.
“Estaba creciendo y de repente me tiraron eso encima. Fue raro. No quería que me afectara mentalmente, pero fue un gran cambio”, recordó en una nota con el PGA Tour. “Al principio estaba haciendo las cosas mal. El régimen para tipo 2 es un diferente al de tipo 1. Ni siquiera estaba tomando la medicación adecuada para regular mi azúcar en sangre. No comía nada, probablemente menos de 1500 calorías al día, y seguía teniendo glucosa alta”.
Tras mejorar su salud y comenzar a colaborar en la concienciación y la investigación sobre la diabetes; empezó a reconstruir su carrera. En agosto de 2021, recuperó su membresía en el PGA Tour con una buena actuación en un certamen del Korn Ferry Tour, el segundo circuito en importancia de Estados Unidos. En abril de 2022 conquistó su primer trofeo en el máximo nivel en el Abierto de Texas. Y desde entonces no paró de crecer.
«Creo que quizá perder la tarjeta fue lo mejor para mí» reflexionó hace algunos meses. «Fue como pensar ‘Tenías algo que querías tanto y ahora se ha ido. Ni siquiera el estatus condicional’. Fue un incentivo. Pude jugar bien y recuperar mi tarjeta y eso me devolvió un poco la confianza. Sabía que iba a pasar por malos momentos y jugar mal al golf, pero también que todavía había chispa y luz al final del túnel. Desde entonces he estado jugando bien».
En marzo pasado, Spaun dio que hablar cuando perdió el título del codiciado The Players, al caer en el playoff ante Rory McIlroy. Y el fin de semana, a pesar de no arrancar como favorito en Oakmont, se robó el protagonismo desde el principio.
En la jornada inicial se convirtió en el primer jugador en la historia del torneo en completar los primeros nueve hoyos con cuatro bajo el par, para quedar como líder provisorio. No pudo sostenerse en lo más alto y llegó a la última ronda a un golpe de la punta, pero remontó un recorrido complicado y terminó festejando a lo grande.
“Nunca creí que ganaría este trofeo. Siempre tuve aspiraciones y sueños, pero hace unos meses no conocía mi techo y cuán bueno podría ser”, comentó, feliz. “Crecí viendo golf, pero no estaba predestinado a ser profesional. Simplemente seguí mi camino, paso a paso, y aquí estoy ahora, campeón del US Open”.