A diferencia de Roger Federer y Rafael Nadal, sus compañeros en el famoso «Big Three» que marcó una época en la historia del tenis, Novak Djokovic siempre dejó en claro su ambición por quedar arriba de todos. «Voy por todos los récords posibles. Nunca tuve problema en decirlo y esa es la razón por la cual no le agrado a mucha gente. No pretendo, como ciertas personas, decir que no es mi objetivo y después comportarme de manera diferente. Siempre traté de expresarme en línea con lo que creo», había dicho el serbio en diálogo con Kurir Sports, medio de comunicación serbio, luego de alzarse con el Masters 1000 de París en 2023.
Ahora, con 38 años recién cumplidos, Nole cumplió con su palabra. Y es centenario. Lo consiguió al coronarse este sábado en el ATP 250 de Ginebra luego de vencer en la final al polaco Hubert Hurkacz por 5-7, 7-6 (7-2) y 7-6 (7-2). Fueron más de tres horas de acción sobre el polvo de ladrillo suizo.
Así, el legendario serbio cosechó el título 100 como singlista -también ganó uno en dobles- y recibió una inyección de confianza de cara al inminente comienzo de Roland Garros tras una gira de canchas lentas en la que por primera vez en su carrera no sumó victorias en Masters 1000. Había perdido en el debut en Montecarlo ante el chileno Alejandro Tabilo, luego cedió ante el italiano Matteo Arnaldi en Madrid y se ausentó en Roma. Fue además su primera alegría en un 2025 en el que todo le costó una enormidad -incluso se separó en su sociedad con el escocés Andy Murray como entrenador- y también la primera desde aquella inolvidable medalla dorada que consiguió en los Juegos Olímpicos de París 2024.
De esta manera, el máximo ganador de Grand Slams con 24, también líder en los M1000 (40) y en soledad como el tenista con más semanas (428) como número uno del mundo, lucha ahora por uno de los pocos grandes récords que le quedan por batir. Tiene en la mira la marca de 109 trofeos del estadounidense Jimmy Connors, aunque antes deberá pasar por encima de los 103 del suizo Federer. Son los otros dos tenistas centenarios en la Open Era. Más abajo en ese listado aparecen el checo Ivan Lendl (94) y el español Nadal (92). A esos, incluido la gloria a la vera de la Torre Eiffel, hay que sumarles 15 ATP 500 y ahora 13 ATP 250, además de 7 Masters Cup.
«Admiro y respeto a Connors. Sería increíble alcanzar ese récord, pero sé que probablemente es más difícil lograrlo ahora que hace algunos años. Voy a ir paso a paso. Veré. No sé cuánto tiempo más voy a jugar, pero todavía disfruto cuando juego bien», había dicho tras vencer en la tercera ronda del último Miami Open al argentino Camilo Ugo Carabelli.
Si Djokovic se propone como objetivo superar la marca de Connors, se presume que -como hizo en este caso- deberá jugar más que simplemente los Grand Slams y Masters 1000, sino también aquellos torneos de menor categoría en los que naturalmente tendrá mayores chances de ser campeón. Eso es lo que no hicieron Federer ni Nadal en el tramo final de sus respectivas carreras.
La opinión mayoritaria entre los fanáticos del tenis ubica al serbio por encima de todos. «Diría que es el mejor de la historia. Ha tenido un cuerpo mejor que el mío y eso también cuenta. Los números dicen que sí, que es el mejor y para mí lo es», reconoció Nadal, quien lo escolta en la reina de todas las estadísticas con 22 Majors y ya no podrá superarlo.
Nole ya había destronado a Rafa, con quien protagonizó el duelo más repetido (60 partidos) en la historia del tenis masculino, en el listado de Masters 1000. Y sigue sumando. En tanto, en 2023 superó los seis trofeos de Federer en las ATP Finals, el popular Torneo de Maestros que reúne a los ocho mejores jugadores de cada temporada. Así, poco a poco el gran debate del tenis se iba apagando.
Lo único que le faltaba era el título olímpico. Se quedó con la medalla de bronce en Beijing 2008 al caer justamente contra una de las mejores versiones de Nadal en semifinales, pero después acumuló puras frustraciones. Su mayor decepción fue en Río de Janeiro 2016, cuando era el gran candidato y se despidió tempranamente en la primera ronda ante Juan Martín Del Potro. Y explotó en llanto dentro de la cancha.
El sueño de la dorada, finalmente, tuvo que esperar hasta París 2024. Venció a Carlos Alcaraz en una final inolvidable jugada a un altísimo nivel y volvió a quedar desbordado por la emoción, pero esta vez las lágrimas eran de felicidad. De esa manera, igualó a Steffi Graf (1988), André Agassi (1999) y Serena Williams (2012) como los únicos en ganar los cuatro Grand Slams, las ATP o WTA Finals y el oro olímpico en singles.
Mientras persigue el récord de 109 títulos, Djokovic va detrás de otras dos marcas de Connors: la de mayor cantidad de partidos ganados y también de encuentros disputados.
Este sábado, en Ginebra y ante Hubert Hurkacz, consiguió su triunfo número 1140 sobre un total de 1369 partidos a nivel ATP desde su debut en abril de 2004. Ostenta una efectividad del 83,27%, otro récord de su autoría.
El registro de Connors, por ahora inalcanzable, quedó en 1274 victorias en 1557 partidos, mientras que Federer lo escolta con 1251 y 1526 respectivamente. Hacia allá va Djokovic.