Casi nadie se sorprendió este jueves por la victoria 1 a 0 que el seleccionado japonés consiguió ante su par norcoreano en Tokio en un duelo correspondiente a la tercera fecha de la segunda ronda de la clasificación asiática para el Mundial de 2026. Lo sorprendente fue lo que comenzó a fraguarse unas horas antes del partido y terminó de confirmarse poco después del pitazo final: que la Asociación de Fútbol de la República Popular Democrática de Corea (DPRKFA) había renunciado a organizar el encuentro que ambos combinados debían disputar el martes próximo en Pyongyang y que iba a representar la primera visita de la selección nipona a ese territorio en casi 13 años. Pocas certezas y muchas sospechas quedaron flotando en el aire.

Un tanto convertido por Ao Tanaka cuando solo habían transcurrido 80 segundos de juego en el Estadio Olímpico de la capital japonesa fue suficiente para que el conjunto dirigido por Hajime Moriyasu sumara su tercera victoria consecutiva en esta ronda clasificatoria (había goleado 5 a 0 a Myanmar y Siria) y quedara a un paso de garantizar su boleto a la próxima instancia, a la que acceden los dos primeros de cada zona.

Ao Tanaka celebra su gol frente a Corea del Norte. 
Foto: AP Photo/Eugene Hoshiko)Ao Tanaka celebra su gol frente a Corea del Norte.
Foto: AP Photo/Eugene Hoshiko)

Apenados se retiraron no solo los futbolistas norcoreanos, que sumaron su segunda derrota en tres presentaciones (también habían sido batidos por los sirios), sino también los más de 3.000 simpatizantes del seleccionado visitante que estuvieron en el estadio. Eran parte de la comunidad étnica coreana de Japón, formada desde hace décadas por unas 300.000 personas que sufren en ese país discriminación en ámbitos como el empleo y la asistencia social. La mayoría son descendientes de civiles expulsados de sus hogares durante la colonización japonesa de la península coreana desde 1910 hasta 1945.

Unas horas antes de que el árbitro emiratí Adel Al Naqbi diera la orden para que comenzara a rodar el balón, una llamativa gestión administrativa había comenzado a dispersar la atención de la pelota. A la sede de la Confederación Asiática de Fútbol (AFC), emplazada en Kuala Lumpur (Malasia), había llegado una nota de la DPRKFA en la que informaba que no podría organizar el partido que el próximo martes su seleccionado debía protagonizar ante el de Japón en el Estadio Kim Il-sung de Pyongyang.

En una carrera contra el tiempo y a solo cinco días de la fecha prevista para la disputa del encuentro, la AFC emplazó a las dos federaciones nacionales a pactar una solución antes de las 15 del jueves (hora de Kuala Lumpur). En esos minutos frenéticos, se barajó la posibilidad de celebrar el partido en una sede neutral, pero no fue posible llegar a un acuerdo en el plazo fijado por la casa madre del fútbol asiático.

Incluso durante el entretiempo del duelo de este jueves, el representante de la DPRKFA que estaba a cargo de la delegación norcoreana propuso a Kozo Tajima, presidente de la Asociación Japonesa de Fútbol (JFA), que el segundo encuentro también se llevara a cabo en suelo nipón.

“Le contesté que esa solicitud era tan repentina que no podía responderle afirmativamente de manera inmediata, que necesitaríamos al menos dos o tres días para darle una respuesta y le subrayé que era complicado”, reveló Tajima. Una de las dificultades era que los miembros de la delegación norcoreana contaban con una autorización para permanecer en territorio japonés solo hasta este viernes.

Sin posibilidades de salir de este atolladero en el corto plazo, la única certeza es que el próximo martes no habrá fútbol en Pyongyang. “Tenemos que esperar la decisión de la FIFA, no nos corresponde a nosotros decidir. Por lo pronto, no saldremos de Japón mañana porque no sabemos adónde debemos ir”, lamentó Tajima. Su seleccionado tenía previsto viajar el viernes a Pekín, donde iba a realizar la preparación para el duelo, y trasladarse el lunes a la capital norcoreana en un vuelo chárter.

La cancelación generó sorpresa y también algo de alivio en el seleccionado japonés. “Tenemos que aceptar la realidad: no sabemos cómo se desarrollarán las cosas. Nos limitaremos a recuperarnos y a prepararnos lo mejor posible para el próximo partido, sea donde sea”, sostuvo el técnico Moriyasu. “No conozco la situación, así que no quiero decir nada precipitado, pero creo que será mejor para nosotros si no hay partido en Pyongyang. No estuve ahí, pero todo el mundo dice que es muy complicado mental y emocionalmente”, admitió el defensor Yuto Nagatomo.

Japón y Corea del Norte se enfrentaron el jueves, pero nadie tiene claro si volverán a hacerlo el próximo martes. Foto: Philip Fong / AFP.Japón y Corea del Norte se enfrentaron el jueves, pero nadie tiene claro si volverán a hacerlo el próximo martes. Foto: Philip Fong / AFP.

Si bien en la nota que envió a la AFC para excusarse de organizar el partido la DPRKFA no dio detalles sobre los motivos que la llevaron a tomar esa decisión, en los mentideros oficiales se habla de la negativa a recibir a un contingente proveniente de Japón en un momento en que están aumentando en ese país los casos del síndrome de shock tóxico estreptocócico (STSS), una enfermedad provocada por una bacteria que se transmite a través de pequeñas gotitas de saliva, como el covid-19, y que tiene una letalidad de 30%.

Un cortocircuito como este podría resultar difícil de justificar entre las federaciones de la mayoría de los países, pero no entre las de dos naciones que mantienen tensos vínculos desde hace más de un siglo, a partir de la colonización japonesa de la península coreana. El secuestro por parte de agentes norcoreanos de ciudadanos japoneses en las décadas de 1970 y 1980 (utilizados para entrenar a espías en el idioma y las costumbres japonesas) y los ensayos con misiles efectuados durante los últimos años por Pyongyang sobre el territorio nipón incrementaron aun más la tirantez entre ambos estados.

Luego de que la AFC confirmara hace 10 días, tras una inspección hecha en el territorio, que el partido previsto para el 26 de marzo se disputaría en Pyongyang, decenas de simpatizantes japoneses manifestaron su deseo de acompañar a su seleccionado en ese duelo. Si bien Japón no prohibe ese tipo de traslados (sí restringe el ingreso a su suelo de ciudadanos norcoreanos), desaconseja hacerlos. Y lo ratificó en este caso. “Corea del Norte tiene una opinión hostil de Japón, por lo que no se recomienda el viaje al público en general”, enfatizó el Ministerio de Asuntos Exteriores a través de su cuenta de Twitter.

La bandera de Corea del Norte, sobre el césped del Estadio Olímpico de Tokio. Foto: Franck Robichon / EFE / EPA.La bandera de Corea del Norte, sobre el césped del Estadio Olímpico de Tokio. Foto: Franck Robichon / EFE / EPA.

Quienes hubiesen desoído esa sugerencia y hubiesen querido viajar de todos modos, habrían necesitado un visado norcoreano para hacerlo. Más allá de los simpatizantes, estaba previsto que la delegación japonesa fuera acompañada por 14 funcionarios del Gobierno nacional y por los 22 periodistas nipones que habían conseguido autorización para cubrir el partido. Otros seis habían presentado una solicitud, pero habían sido rechazados. De todos modos, la expedición finalmente no se concretará.

La decisión de la DPRKFA de no organizar el encuentro del martes impedirá poner fin a casi 13 años sin presencia de un seleccionado japonés en Pyongyang. La última visita fue el 15 de noviembre de 2011, cuando los Samuráis Azules cayeron 1 a 0 con un gol de Nam Chol Pak por la quinta fecha del grupo C de la tercera ronda de la clasificación asiática para el Mundial de Brasil 2014. Aquella vez, 65 simpatizantes nipones y 10 periodistas (de los 51 que habían presentado su solicitud) estuvieron en el Estadio Kim Il-sung.

Este no es el primer diferendo entre las dirigencias deportivas de Japón y Corea del Norte este año. En febrero, los seleccionados femeninos de estos países debían medirse por la última ronda de la clasificación a los Juegos Olímpicos de París. El primer choque iba a jugarse en Pyongyang, pero luego de una protesta nipona por dificultades logísticas para el traslado, la AFC decidió mudar el duelo a Jeddah (Arabia Saudita) solo tres días antes de la fecha prevista. Ese encuentro terminó empatado 0 a 0 y en el revancha, en Tokio, las locales se impusieron 2 a 1 y lograron el pasaje a los Juegos.



Fuente Clarin

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