De pronto, la sala de preembarque del aeropuerto se alborota. Los pasajeros y hasta los empleados sacan sus teléfonos. Todos quieren una foto. ¿Con Rey? ¿Con Lomónaco? ¿Con Avalos? ¿Con Marcone? ¿Con Mancuello? Sí, pero la mayoría de los flashes se van con Ricardo Enrique Bochini, el máximo ídolo de Independiente que acompañó a la delegación comandada por Julio Vaccari en el viaje a Paraguay para enfrentar este martes desde las 19 a Guaraní por la Copa Libertadores.

El Bocha fue invitado especialmente por el club y por el plantel del Rojo para sumarse en la excursión a Asunción. No fue el único. También Eduardo Tuzzio y Carlos Matheu arribaron con su equipaje de mano listo para embarcar. Ambos saben lo que es ganar la Sudamericana porque lo hicieron en 2010 en el equipo dirigido por el Turco Mohamed.

No son nombres tirados al viento. Ellos recibieron la invitación desde Avellaneda porque pueden darle un valor agregado desde lo anímico al equipo. Alimentar la mística, le dicen. Se tarta de seguir construyendo la identidad de un grupo que ya sabe a lo que juega, que se clasificó cinco fechas antes a los playoffs del torneo local y que ahora quiere dar el salto de visitante en el plano internacional para encaminar el primer puesto en el grupo A.

Esto, la práctica de sumar a glorias y exjugadores de la institución, es una costumbre que supo darle mucho resultado a Ariel Holan en 2017, cuando solía invitar a los históricos a los viajes y también a los entrenamientos del plantel en Villa Domínico.

Luego quedó en desuso, pero de la mano de Julio Vaccari, los referentes y la dirigencia, decidieron retomarla. Muchos ven algunas semejanzas entre un ciclo y el otro. Está claro que este Independiente todavía está en medio de un camino largo, pero no es menos cierto que ya supo enamorar nuevamente al hincha, que acompaña motivado por un fútbol que representa su paladar.

Es posible que a otros aviones se sumen más glorias. O que aparezcan por Domínico en la semana. En una nota exclusiva con Clarín, Enzo Trossero reveló el último fin de semana que le llegó un mensaje de Rodrigo Rey a su celular: «Sabés lo que me puso -lee la pantalla de su teléfono móvil-: ‘Nos encantaría que vengas al campo de entrenamientos porque vos sos una gloria de Independiente y eso representaría mucho para nosotros…’ Me emocioné».

Los planetas parecen alineados en el lado rojo de Avellaneda. Hay una simbiosis entre todos sus componentes después de muchos años de malaria futbolística e institucional. El Diablo presiente que algo bueno puede ocurrirle al fin. Y está dispuesto a hacer todo lo posible para concretarlo.





Fuente Clarin

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