Matías Tissera confirmó lo que ya le habían dicho: que su declaración era fundamental para recuperar la libertad perdida el 1 de abril, pero que sin efectos inmediatos. Por eso, después de una audiencia de dos horas el delantero de Huracán fue trasladado nuevamente al penal de Bouwer, en Córdoba, donde esperará hasta la semana próxima la respuesta al pedido de «excarcelación urgente» presentado por el abogado penalista que lo representa.
La fiscal del Distrito 3, Silvana Fernández, escuchó a Tissera en una sala que se completó con los abogados de cada parte. Afuera, estuvieron los representantes del futbolista que pudieron intercambiar alguna seña detrás del vidrio.
Tissera reconoció ante la fiscal Fernández que había contactado al otro detenido, Luis Atilio Suárez, acusado de haber ejecutado la «extorsión» que lleva por carátula el caso. Pero dijo que lo tenía agendado de unas vacaciones en Mar del Plata y que contactó a su mujer para que se ocupara de reclamar en su nombre un dinero, pero que nunca quiso extorsionar a nadie.
En ese sentido aclaró que su primera intención de dar con el impulsor de la causa, Florencio Ferrara, fue a través de otra persona, un amigo que no pudo cumplir con el pedido porque vivía demasiado lejos, a unos 400 kilómetros, en la localidad de La Carlota.
En su testimonio, Tissera adelantó que el eventual daño que hubiesen recibido Ferrara, «o su familia», él ofrece sus disculpas y, que «de ser necesario, lo haría personalmente».
Sin embargo, también señaló el vínculo previo con el denunciante, a quien acusó de haberlo estafado con una propiedad, el punto de partida en una serie de acontecimientos que lo tienen privado de su libertad desde el inicio de abril.
Al margen de la declaración, el dato saliente de la jornada fue la certeza de que la causa no incluye en la acusación el uso de armas por parte de Suárez, como tampoco agresiones físicas. Eso favorece a Tissera, investigado como instigador, ya que la carátula se apoyaría en otro artículo que le devolvería automáticamente la libertad.
«Yo pregunté expresamente: ‘¿no hay armas en el hecho?’ y me respondieron: ‘No, doctor, no hay armas en el hecho’. Y este es un dato muy importante, porque entonces ya no es una extorsión, en todo caso se podría encuadrar en una amenaza simple, eso lo podemos discutir. Lo importante para nosotros es que él tiene derecho a estar en libertad durante el proceso», le explicó a Clarín el abogado Adolfo Allende Posse. Técnicamente, la tarea del letrado es enmarcar la causa en el Art. 149 bis del código penal que plantea términos excarcelables.
En su declaración, además de reconocer su vínculo e historial con el otro imputado y el denunciante, Tissera también recordó que de manera espontánea se puso a disposición de la Justicia designando un abogado y que nunca hubo peligro de fuga.
En ese sentido, Tissera solicitó que le respeten su derecho a trabajar y que le den «la libertad que necesita volver a cumplir sus obligaciones, a cumplir con el club, porque es el sostén de su familia y de mucha gente», le confiaron a Clarín fuentes del caso.
De Ferrara, el denunciante, explicó que le pagó por una vivienda prefabricada para instalar en un terreno que destinaría a su hermana, para el cuál además invirtió en una serie de trabajos adicionales y contratación de servicios. Y que tras incumplir con los plazos establecidos y asumirse estafado, recurrió a una persona en Córdoba -él se encontraba en Bulgaria como jugador del Ludogorets Razgrad-, para que siguiera el reclamo de cerca.
Y allí apareció el nombre de Suárez, detenido tras la denuncia de Ferrara por la presunta extorsión, ya que además de los 10 mil dólares reclamaba unos 3 mil de los gastos en los que había incurrido Tissera para completar la obra.
Tissera recordó que Suárez y su esposa vivían en Córdoba y llamó a ella para pedirles que lo ayudaran a recuperar ese dinero. La fiscal preguntó detalles sobre esas conversaciones y Tissera respondió de acuerdo a su perspectiva de los acontecimientos.
La semana próxima, el abogado Allende Posse, espera conocer el contenido de la causa, leer la denuncia y los testimonios junto a las medidas probatorias, intervenciones y aquello que constituye a la prueba.