Alguna vez pasó con Andrés Guglielminpietro, cuando dirigía a la Selección Argentina; también con Iker Muniain, en el Athletic de Bilbao. Y en Uruguay, Marcelo Bielsa, también es preso de su temperamento para hacer cambios sin que le tiemble el pulso: esta vez la «víctima» fue Giorgian De Arrascaeta.
Bielsa no dudó y sacó al volante ofensivo del Flamengo a los 42 minutos del primer tiempo del partido entre Uruguay y Argentina en el Estadio Centenario por la fecha 13 de las Eliminatorias Sudamericanas rumbo al Mundial de 2026. El Loco se había levantado de la conservadora que usa de asiento apenas dos veces en todo el primer tiempo, pero una actitud del futbolista lo hizo saltar de la bronca y ordenar el cambio. No le importó gastar una ventana.
Bielsa se enojó porque minutos antes, en una jugada en la mitad de la cancha. De Arrascaeta paró la pelota con el pecho, la controló y giró. Pero le quedó apenas larga y cuando tuvo que ir a disputar el balón con Leandro Paredes prefirió reclamarle una falta al árbitro paraguayo Juan Benítez. El Loco estalló de la bronca.
Nicolás De la Cruz saltó al campo de juego y De Arrascaeta salió con un gesto que pareció evidenciar una molestia física, mientras la cámara de la transmisión oficial le hacía un primer plano.
Curiosamente, De Arrascaeta había ofrecido una entrevista hace semanas en la que contó una anécdota con Bielsa. «Un día Marcelo me dijo ‘mirá que Riquelme no jugaba conmigo’. Entonces yo lo miré, me reí, y le dije ‘si no juega Riquelme, entonces estoy en el horno’. Después de que he tenido charlas con él, siempre me mandan videos y vemos las cosas que puedo mejorar dentro de la cancha. Intento también en el club poder ganar un poco más en la parte de la intensidad, de la velocidad, lógicamente no son mi características, pero uno intenta adecuarse a lo que el entrenador le pide», había contado De Arrascaeta en El Espectador.