Boca anda con problemas en el arco. En menos de una semana se le lesionaron dos arqueros, por lo que en el clásico contra Racing terminó atajando el tercer guardameta del plantel, Leandro Brey. Y el surgido en Los Andes, que llegó hace dos años al Xeneize, apenas disputó su segundo partido en la Primera División del club, pero cumplió con creces.
Sergio Romero vio el partido desde un palco porque un golpe muy fuerte en el talón izquierdo en la semana (en el partido con Unión) lo sacó con anticipación del encuentro. Su reemplazante fue Javier García, con pasado en Racing también, pero el experimentado arquero no pudo terminar el partido. A los 27 minutos del segundo tiempo sufrió un dolor en la pierna izquierda y no pudo seguir.
Entonces, entró Brey. Así, el pibe de 21 años volvió a atajar en la Bombonera, luego de dos años de su debut, en la que también tuvo que reemplazar por lesión al arquero de ese momento Agustín Rossi. Sucedió ante Always Ready de Bolivia por la Copa Libertadores, un encuentro que el Xeneize ganó 2 a 0.
Su nivel en la Reserva llamó la atención de muchos clubes europeos, que lo tienen en el radar aunque todavía no realizaron ofertas formales. Esto provocó que el propio Juan Román Riquelme, en febrero de 2023 cuando era vicepresidente, lo elogiara.
«Va a ser el arquero de nuestro club. Sin duda va camino a ser el dueño del arco. Tuvo la suerte de aprender de Rossi, García, Romero. Le gusta entrenar, es muy serio. Parece una persona más grande, no de 20 años. No tengo dudas de que va a ser el arquero de Boca por muchísimos años. Es un arquerazo”, lanzó Román.
De defensor a los guantes, por casualidad
El ex Los Andes está en Boca desde hace dos años -aunque solo jugó oficialmente 61 minutos– y en el inicio de este 2024 fue el arquero de la Selección Sub 23, con la que logró la clasificación a los Juegos Olímpicos de París.
Fue héroe en aquella última fecha contra Brasil, con un par de intervenciones determinantes, más allá que todos los flashes hayan ido para el delantero Luciano Gondou, el autor del tanto que significó la victoria por 1-0.
Brey terminó la secundaria en plena pandemia. Fue en el colegio Ejército de Los Andes, al lado del estadio del Milrayitas Eduardo Gallardón.
Brey se puso los guantes más por descarte que por convicción. Se probó en el Milrayitas de marcador central. Y quedó. Llegó a los 10 años para jugar en infantiles y luego iniciar el camino en Inferiores.
«Después quedé libre en Novena –recuerda-. Así que se me cruzó por la cabeza probarme como arquero y la verdad que me fue muy bien».
De particularidades como esas está hecho el fútbol. El resto llegó de la mano del talento de Brey (mide 1,91 metro y pesa 89 kilos) y un poco de fortuna para pasar de ser el cuarto arquero a quedar como suplente en Primera con tan solo 17 años.
En agosto de 2020, mientras cursaba en la escuela del club y se entrenaba en el predio de Villa Albertina, firmó su primer contrato. Ese mercado de pases, al no haber descensos y sumado a los problemas económicos derivados de la pandemia, hizo que los clubes del ascenso incentivaran la proyección de chicos del club y se desprendieran de muchos contratos, entre ellos los de los arqueros Daniel Monllor y Elías Fretes.
Quedaban Federico Díaz, el titular, y Brey.
“En algunos entrenamientos he jugado de volante así que ese puesto también lo conozco. Después empecé como arquero y quede ahí», remarcó en alguna entrevista.
Todo sucedió a una velocidad acelerada. Debutó en marzo de 2021 con Los Andes cuando a los 15 minutos del encuentro de la primera fecha ante Argentino de Quilmes ingresó por la expulsión de Federico Díaz. Cumplió y no salió más.
Su llegada a Boca se dio como una apuesta a futuro y en reemplazo de Agustín Lastra, que había ido a préstamo a Aldosivi, luego de renovar su contrato hasta 2026.
El escándalo de los 17 millones de pesos
En abril de 2023, el nombre de Leandro Brey volvió a quedar en el centro de la escena. No tuvo que ver nada deportivo. Sino que Omar Plaini, presidente del club del Sur del Gran Buenos Aires, fue a buscar al banco el dinero de la transferencia del arquero a Boca y cuando llegó el momento de abrir la caja fuerte que supuestamente la contenía no había ni un solo billete de la transacción.
El mandamás de la institución de Lomas de Zamora se sacó una foto con la caja de seguridad vacía y generó preocupación entre sus hinchas, ya que esa gran suma de dinero es fundamental para la vida activa del club y su funcionamiento operativo.
En 2022, el pase de Brey a Boca se cerró en poco más de 450 mil dólares por el 90% de la ficha del arquero. Ese dinero para un club del ascenso -el Milrayitas es el puntero de la Primera B- es sinónimo a una fortuna. El comprador había entregado un cheque por 17 millones de pesos para que le entreguen el jugador y luego hizo otro por los 23 millones restantes.
Grosi, titular de un sindicato de la construcción paralelo a UOCRA, fue acusado por Plaini de impedirle el ingreso a las instalaciones durante el acto eleccionario de 2021 con la ayuda de barrabravas, a quienes los había convertido en su guardia pretoriana y a quienes les había dado el manejo total del predio de Villa Albertina, donde se entrenan las divisiones inferiores.