San Lorenzo está convulsionado. Transitó un año complicado y lo terminó de la peor manera: con un caos institucional por la suspensión de la Asamblea en la que se iba a tratar el Balance, una derrota de local ante Tigre en la última fecha que cerró un torneo para el olvido, la furia de sus hinchas que intentaron ingresar a la antesala del vestuario después del partido y se enfrentaron con la Policía… Pero la calma no llega ni con el campeonato finalizado para el Ciclón. El fuego interno dirigencial crece y después de todo lo ocurrido el pasado viernes desde algún sector comenzaron a instalar un posible pedido de licencia del presidente del club.
“Es una opereta”, le contestaron a Clarín a modo de desmentida desde el entorno de Marcelo Moretti sobre esta versión que circuló fuertemente por redes sociales y distintos medios partidarios. Alrededor del máximo dirigente azulgrana ven una movida de desestabilización. Algo ya había expresado el propio Moretti luego de la suspensión de la Asamblea por disturbios que sucedieron en el recinto donde se realizaría, en el polideportivo Lorena Allioni: “Es todo político”.
Lo cierto es que el 2024 del cuadro de Boedo fue negativo en todo ámbito y hay dirigentes que piensan que una licencia del presidente podría descomprimir un poco el clima caliente.
En lo deportivo quedó eliminado en octavos de final de la Copa Libertadores y de la Copa Argentina y quedó hundido en el fondo de las tablas. Los ídolos Ruben Darío Insua, primero, y Leandro Romagnoli, después, perdieron su puesto de técnico. En lo institucional, renunció el secretario Pablo García Lago (quedó como vocal opositor) y fue corrido Néstor Ortigoza del manejo del fútbol tras una feroz interna.
Se vienen horas reuniones entre directivos. Una crisis sin fin.