Hace dos años, miles de argentinos invadieron Qatar con una sola misión: ser testigos de cómo Lionel Messi y la Selección Argentina levantaban la Copa del Mundo en el imponente estadio de Lusail. Hoy, la pasión vuelve a cruzar fronteras. A solo 13,7 kilómetros de aquel escenario glorioso, se encuentra el Circuito Internacional de Lusail, un trazado diseñado originalmente para MotoGP que la Fórmula 1 adoptó como parte del cierre de su calendario. En ese escenario, Franco Colapinto saltará a la pista en la anteúltima carrera de la temporada de la máxima categoría de automovilismo.
Inaugurado en 2004, el Circuito Internacional de Lusail fue diseñado inicialmente para albergar el Gran Premio de MotoGP y desde su creación, ha sido el hogar del Gran Premio de Qatar de motociclismo. El trazado original, diseñado para las exigencias de las motos, ha experimentado una evolución significativa a lo largo del tiempo, adaptándose para recibir a la Fórmula 1. Debutó en el calendario de la máxima categoría en 2021 como parte del plan de expansión hacia Medio Oriente.
El circuito se destaca por su diseño amplio y fluido, con un sinfín de curvas y contra curvas que desafían constantemente a los pilotos. Con 5,380 kilómetros de longitud y 16 curvas, de las cuales 10 son a la derecha y 6 a la izquierda, Lusail presenta una combinación única de alta velocidad y complejidad técnica a lo largo de las 57 vueltas que posee la carrera.
A lo largo de los años, se han implementado varias modificaciones en el trazado para adaptarlo mejor a los monoplazas, entre las que se incluyen mejoras en la superficie y ajustes en algunas curvas. Para esta edición, se disminuyó la altura de los pianos y se crearon bancos de leca para que los comisarios deportivos puedan detectar con precisión si los pilotos exceden los límites de pista. De esta manera, Lusail ha logrado convertirse en uno de los desafíos más exigentes del calendario del Gran Circo.
Una de las características clave del circuito es su capacidad para ofrecer dos zonas de DRS: la primera en la recta principal y la segunda entre las curvas 6 y 7. Este segundo punto de adelantamiento resulta especialmente interesante, ya que combina la posibilidad de una maniobra de sobrepaso en una zona más técnica, lo que siempre añade un espectáculo extra para los aficionados. Sin embargo, el verdadero desafío de Lusail no radica solo en sus complejas curvas, sino en el clima extremo que caracteriza a Qatar.
El hecho de que el Gran Premio de Qatar se dispute en horario nocturno es clave. Esto no sólo ayuda a mitigar el calor del desierto, sino que también transforma el espectáculo, ya que las luces artificiales bañan el trazado y lo hacen aún más atractivo tanto para pilotos como para los espectadores. Sin embargo, las altas temperaturas siguen siendo un factor crucial a tener en cuenta, ya que las condiciones del asfalto pueden ser desafiantes, incluso durante la noche. Para este fin de semana se esperan temperaturas que van entre los 32° y los 38° grados.
«Fue absolutamente brutal, con diferencia la carrera más física que he vivido nunca», dijo George Russell en 2023 tras finalizar la carrera, al respecto de la exigencia que conlleva el Gran Premio. «Me sentí a punto de desmayarme en esa carrera, nunca antes había experimentado algo así. Le pedí a mi ingeniero que me diera ánimos para intentar distraerme», continuó el británico.
«Hago mucho entrenamiento con calor en el sauna, así que llevas tu cuerpo al límite, y a veces necesitas salir del sauna. Así es como me sentí a partir de la vuelta 20 aproximadamente. Abrí mi visera durante toda la carrera, y era aire caliente, pero era mejor que no tener aire», finalizó el piloto de Mercedes.
Uno de los mayores retos de este circuito es la combinación de altas velocidades con curvas más lentas y desafiantes, especialmente en el primer sector, que exige una gran precisión. El equilibrio entre la velocidad y el control en las curvas enlazadas es esencial, y eso requiere una excelente configuración del coche y una estrategia de neumáticos acorde.
A lo largo del fin de semana, la gestión de los cauchos será clave debido al calor. La deshidratación se convierte en un factor crítico para los pilotos, que deben asegurarse de mantener un equilibrio perfecto entre resistencia física y concentración durante toda la carrera. Además, el viento constante en la zona y la arena que se traslada hacia la pista también complican el grip de los neumáticos, lo que hace que el manejo sea aún más difícil y exija máxima concentración de los pilotos en cada vuelta.
Este año, Lusail vuelve a ser escenario de una competencia decisiva, pero para los equipos. McLaren llega con grandes posibilidades de coronarse campeón de constructores si logra obtener los puntos necesarios, pero Ferrari y Red Bull buscan dar pelea y estirar la definición hasta Abu Dhabi y tratar de arrebatarle el título al equipo británico. Este fin de semana, la Fórmula 1 tendrá doble acción, ya que el sábado se corre la última Sprint del año y el domingo, el Gran Premio de Qatar.
Con Max Verstappen ya coronado campeón del mundo por cuarta vez en su carrera, la posibilidad de que el campeonato de constructores se defina en Lusail, con decisiones estratégicas claves en este trazado, lo convierte en un punto culminante del calendario. Además, el papel de los pilotos añade una capa extra de dramatismo a la carrera.
El Gran Premio de Qatar no es sólo un evento más en el calendario del Gran Circo. Es una prueba de resistencia, ingenio y habilidad, todo bajo las luces que transforman a Lusail en un escenario único. Desde su creación como circuito para MotoGP hasta su evolución en un coliseo de monoplazas, Lusail ha demostrado que, bajo las luces del desierto, las carreras alcanzan una nueva dimensión.
La exigencia aquí no sólo requiere pericia al volante, sino también un esfuerzo físico, que pone a prueba la resistencia de los pilotos en cada vuelta. Un desafío que transforma este trazado en uno de los más demandantes del calendario, donde la precisión y la fortaleza son claves para alcanzar el éxito.