La Scaloneta cerró otro año glorioso. Es verdad que el equipo fue perdiendo brillo con el correr de los meses y que el juego ya no luce tan aceitado como años anteriores. Pero el bajón es entendible, lógico. Y también muy amistoso, si se tiene en cuenta que en este mismo 2024 el elenco que comanda Lionel Scaloni se quedó con la Copa América de Estados Unidos, que culminó en lo más alto de la tabla de Eliminatorias Sudamericanas para ubicarse a un paso del Mundial 2026, y que mantiene además el puesto número uno del ranking FIFA gracias a este finito 1-0 ante Perú en la Bombonera por un golazo de Lautaro Martínez.

No se puede decir que jugó bien Argentina ante Perú, pero tampoco lo hizo mal. Ganó merecidamente, manejó mucho y bien la pelota, y generó varias situaciones de peligro en el arco que defendió Pedro Gallese. Bastante más: Emiliano Martínez no tocó la pelota. Sin embargo, no es caprichosa la sensación de que la Scaloneta no vuela como antes. Tal vez el trajín de la temporada pesa en futbolistas que suman minutos y kilómetros al punto de que ya están alzando la voz para parar la pelota. Igual, dice presente Argentina y gana cuando lo tiene que hacer, más allá de que en los últimos tiempos dejó puntos en el camino por las caídas contra Colombia y Paraguay y con el empate frente a Venezuela.

Lionel Scaloni optó por poner el equipo más lógico, con el esquema habitual (4-3-3) y con los intérpretes de siempre, aunque sin los lesionados Nahuel Molina y Cristian Romero. Había avisado el entrenador que esta podía ser esta la última vez para algunos porque pretende que los futbolistas sean titulares en sus equipos de Europa. Y el DT logró mojarles las orejas a los jugadores porque salieron encendidos, con hambre y sed a jugar el duelo de la Bombonera, que latió al ritmo de La Doce, que en el entretiempo y en el final del duelo cantó en contra de River.

Así, Enzo Fernández se hizo eje y además recuperó varias pelotas en campo rival, mientras que Lautaro Martínez se vistió de Julián Álvarez para correrlos a todos. Lionel Messi se movió donde suele hacerlo y Alexis Mac Allister, que fue interior izquierdo, estuvo cerca de marcar en dos oportunidades en la primera parte. Se sabe que la llegada al área rival es una de los mejores atributos del hijo del Colorado y lo pierde cuando juega de mediocentro o de enganche, como ante Paraguay. Tuvo posesión y buena circulación Argentina, también generó varias de peligro. La más clara un remate al palo de Álvarez luego de un pase de Lautaro.

Pero a Argentina le faltó desborde, especialmente por la banda izquierda. Ahí volvió a sentirse incómodo Julián Álvarez, a quien un colaborador de Scaloni tuvo que ir a pedirle que juegue pegado a la banda porque se centralizaba. Fue obediente el Araña, aunque enganchó cada vez que recibió perfilado para el mano a mano con el defensor rival. Recién en el segundo tiempo y luego del gol de Lautaro, el cordobés encontró más espacios para imponerse con su potencia.

Al juego lo resolvieron entre Messi y Lautaro y ahí está el mensaje de Scaloni. El Toro es, junto a Dibu y Cuti Romero, el futbolista de mejor rendimiento en la actualidad. El bahiense la rompe en Inter de Milán, donde es figura y capitán. No le pasa lo mismo a sus compañeros de la Scaloneta, que han ido perdiendo terreno. Y fue Martínez el que destrabó el partido con un golazo espectacular luego de una apilada de Messi por la izquierda. El mensaje que queda: para hacer el gol que hizo el Toro, para alcanzar esa confianza, hay que romperla domingo a domingo.

También es cierto que se les suele pedir mucho más a los equipos que protagonizan y que manejan la pelota a lo largo de los minutos. Pero en el fútbol actual y con los físicos de los futbolistas, es muy complejo perforar a una defensa que se compactada y achica espacios como lo hizo Perú. La paciencia entonces es virtud y ese poroto se le debe sumar a la Scaloneta.

Le faltaron goles a Argentina y chances más claras. Sin embargo, fue demasiado pobre lo de los peruanos, quienes ni siquiera salieron con la desventaja.

La imagen de Messi cuando el colombiano Wilmar Roldán marcó el final del duelo puede resumir el nivel de la Scaloneta en este final de año glorioso: el rosarino levantó las manos para saludar a los hinchas que colmaron la cancha de Boca, se abrazó entre risas con sus compañeros, chocó las manos con los peruanos y se metió rápido en el vestuario con más seriedad que alegría. En definitiva, la de la Pulga fue la postal de alguien que está satisfecho por lo logrado, pero no conforme en plenitud.

El resumen del partido

La tabla de las Eliminatorias



Fuente Clarin

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *