Del creador de la receta de arroz a la pava eléctrica llegó el piloto de Fórmula 1 con dos manzanas, media mandarina y dos botellas de agua en la heladera. Franco Colapinto abrió las puertas de su departamento en Madrid y un imperdible house tour dejó perlitas de cómo vive un pibe de 21 años que de un día para otro cumplió su mayor sueño profesional.
«Yo no como nada, me pido. No tengo nada. Me pido algo hoy», contó entre risas el argentino durante un alto en su intensa actividad como piloto de Williams. «Tengo una dieta, el problema es que no la sigo. La dieta de Franco tiene mucho pollo, tiene mucho arroz, son cosas muy básicas y aburridas. Unas verduras. Sí, como alguna verdura», detalló.
Así como en el programa de TV español El Hormiguero había revelado que cuando se mudó a Europa solo, con apenas 14 años, hacía arroz en la pava eléctrica del hotel, ahora entregó un nuevo detalle de su rutina alimentaria: «Pasa que encontré unos brócolis y unos coliflores que los metés en el microondas y se cocinan solos en tres minutos. Es ideal. Es una locura, boludo«.
«Yo le echo sal y pimienta, y mucho aceite de oliva. Cuando me cocina alguien es como ‘guau, que bien que cocinás, que rico que está esto’. Claro, porque yo tengo la vara por el piso: el pollo con el brócoli todos los días», agregó sobre sus pocas cualidades como chef.
Pese a las bromas, Colapinto explicó que la nutrición «es algo bastante importante en las careras». «Por ejemplo, en Singapur bajé tres kilos y pico en la carrera. Entonces tenés que tener la alimentación y la hidratación bien controlada toda la semana. Yo vivo a base de sodio los fines de semana de carrera. La cantidad de sal que como es increíble. Es la forma de que tu cuerpo mantenga el agua en los músculos y las fibras. Fijar el agua, viste», puntualizó.
Además, reveló que se cuidaba «menos en la Fórmula 3», pero que «en la Fórmula 2 sí, ya estaba igual que ahora». «Estaba listo para la Fórmula 1, era piloto de reserva y tenía que estar listo. Todo este año ya había dado un paso grande en la preparación, más que nada en la parte del cuello. ¿El mundo sabe cuánto mide mi cuello? Es una medida un poco boluda, ¿43 es mucho o poco?«, se preguntó.
La entrevista surgió de la idea de Quilmes, uno de los sponsors de Franco Colapinto, de hacer un reencuentro con la periodista que le hizo aquella primera entrevista en la que el piloto, como había hecho Diego Armando Maradona casi 50 años antes, decía que su sueño era llegar a la Fórmula 1. Actualmente en Suecia, Martina Viglietti aceptó y se trasladó a Madrid, donde mostró la intimidad del primer argentino en la Máxima después de 23 años.
«Los únicos vasos que tengo son Quilmes, si querés una Quilmes tengo una», le dijo cuando abrieron la alacena de una diminuta cocina en un departamento de pocos muebles y ningún lujo. «Son de mentira, mirá si van a ser de verdad, salen un huevo», le respondió cuando la hoy actriz le preguntó por unos elementos del baño. También mostró que en su habitación tiene el casco que usaba antes de llegar a la F1, una gorra de Bizarrap y las camisetas de Boca y la Selección.
El primer argentino en llegar a la F1 después de 23 años contó con sorpresa que el público que comenzó a seguirlo no era fanático de la categoría: «Yo pensé que seguían mucho más la Fórmula 1 en Argentina y me di cuenta que no tanto. Hay mucha gente que empezó a verla recién ahora. Mucha. Yo pensé que realmente seguían a la F1 que es un deporte que te atrae, que ves los fines de semana. Pensé que la gente la veía los domingos a la mañana pero me di cuenta que no tanto. Al final, la mayoría que me empezó a seguir a mí fue porque llegó un argentino a la Fórmula 1 pero que no lo conocían de antes».
«¿Cuál es tu sueño, por así decirlo, dentro de esta actividad?», emuló Martina Viglietti a aquella pregunta del video viral. «Obviamente que tengo más sueños. Yo cuando llegué quería sumar puntos. ¿Qué es lo que sigue? Hacer un podio. Y en el futuro mi sueño es ganar la Fórmula 1. Los deportistas llegamos a donde llegamos por no conformarnos. Cuando se cumple un sueño, aparece otro sueño rápido», concluyó Colapinto, que en una semana volverá a correr en un trazado desconocido para él: el callejero de Las Vegas.