Benjamín Agüero tiró paredes con Daniel Osvaldo en el potrero donde nació Diego

Benjamín Agüero Maradona lleva el fútbol en la sangre. Es parte de su ADN familiar. Por eso, mientras transita el recorrido de las divisiones inferiores en Independiente, el hijo de Sergio Agüero y nieto de Diego Armando Maradona estuvo en Villa Fiorito, la cuna del Diego, uno los mejores futbolistas de todos los tiempos, pero por sobre todas las cosas su abuelo.

«Tarde de Potrero con @daniosvaldobv, @gianosvaldo_ , @aguerobenja19, Momito y amigos», escribió en su cuenta de Instagram Jonathan Osvaldo, hermano del ex delantero de Boca quien también estuvo jugando en las canchas de tierra del barrio que en cada esquina recuerda a Pelusa.

El posteo muestra a Benja con la ’10’ de Maradona, una réplica de aquella camiseta azul que la Selección del Coco Basile utilizó frente a Grecia en el Mundial de Estados Unidos 1994. Danistone, por su parte, se mostró con una del Napoli, donde Diego es tan querido como en su barrio.

En esas imágenes también se ven los colores de Boca, los de Newell’s y de fondo murales que recuerdan al Diez, sin dudas profeta en su tierra.

Daniel Osvaldo estuvo en pareja con Gianina Maradona y, tras un tiempo distanciados, corrió el rumor de una reconciliación luego de que fueran vistas juntos en Banfield, donde vive el ex futbolista. Ahora, después de ver a Osvaldo disfrutando de esa tarde de potrero junto al hijo de Gianina, esas versiones ganan fuerza.

En Villa Fiorito se conserva la casa de la infancia de Diego Armando Maradona, el primer potrero en el que pateó una pelota y las calles por las que caminaba cuando aún soñaba tímidamente con ser campeón del mundo. Pero todo eso hoy parece precario y desaprovechado: nunca se dio la explosión maradoniana que se ve en Nápoles.

Bajo esta idea de sacarle el jugo a la vecindad que parió a Maradona es que nacieron algunas iniciativas populares para trazar un recorrido por los principales hitos de su infancia y rendirle el homenaje que se merece.

Las movidas son dos, y se complementan. Por un lado está el proyecto del Corredor Maradoniano que impulsa el Club Atlético Diego Armando Maradona y la ONG 18 de Diciembre y prevé la instalación de una estatua gigante, murales y la revalorización de su primer club de barrio. Por el otro, la iniciativa Ciudad de Dios es un proyecto solidario que sueña con reimpulsar el barrio y generar un circuito turístico alrededor de la figura del astro y que favorezca el empleo local.

El Corredor Maradoniano es, en esencia, un recorrido que une los principales puntos ligados a la figura del Diego en Fiorito. Comienza, como la vida del 10, en su casa de la calle Azamor 523 y que se erige tal cual era en los años 60 y vio crecer a la familia Maradona.

El camino sigue en la esquina, sobre Mario Bravo 2572, en el Club Estrellas Unidas (@elpotrerodediosok), que durante la infancia de Diego se llamaba Estrella Roja y era un minúsculo potrero de barrio rebautizado con su nombre actual en 1984. Dos décadas antes, el padre de Diego era uno de los organizadores de la canchita y allí llevó al Pelusa, su prometedor hijo que ya hacía cosas increíbles con la zurda.

En el club, la presencia de Maradona sigue viva y así lo recordaba Claudio Villaruel, en una nota al diario Olé: «A las 10, 11 de la noche iba a la esquina de la casa -donde estaba la cancha del equipo- y pateaba de noche, solo, en la oscuridad. De hecho, cuentan que se la escuchaba a Doña Tota pegarle el grito para que vuelva. Nosotros lo pudimos contemplar con 12 o 13 años, era un crack. Jugaba tanto que en el barrio lo buscaban de todos lados».

El Corredor Maradoniano seguirá su ruta por diez (obvio) cuadras sobre la calle Figueredo, en un trayecto que, sueñan los impulsores, estará repleto de murales. También habrá un paseo de banderas que representen todos los países que pisó como jugador o que fueron su hogar. Marcos González, uno de los principales ideólogos de la movida y presidente del Club Atlético Diego Armando Maradona (C.A.D.A.M.) da un paso más y adelanta: «Pensamos que cada embajada pueda apadrinar una cuadra».

El circuito terminará, justamente, en las cuatro canchas donde los chicos del CADAM juegan al fútbol. Ubicadas bajo el Puente La Noria, la idea es que allí se complete un auténtico homenaje reflejando su origen: con el fútbol infantil de barrio. Pero eso no es todo, porque ya hay un boceto que promete una enorme estatua de 16 metros y medio emplazada cerca del viaducto y como broche de oro para el recorrido.

Según confirmó González, la obra estará a cargo de Juan Guzmán, un escultor boliviano que se caracteriza por hacer monumentos de gigantescas dimensiones. De esta forma, la idea es sacar todo el jugo a la figura de Maradona y convertir Fiorito en una ciudad que homenajee al ídolo como se merece. Por lo pronto, en 2021, la casa de Maradona fue declarada Lugar Histórico Nacional a través del Decreto 733/2021.