El cuarto triunfo consecutivo del Atlético de Madrid podría haber sido en el predio de AFA, en Ezeiza. Es que el gol fue de Julián Álvarez, la asistencia de Giuliano Simeone y el error de Pablo Maffeo, al que el entrenador campeón del mundo Lionel Scaloni convocó en algún momento para la Selección Argentina. El ‘Colchonero’, entonces, se impuso 1-0 al Mallorca como visitante, en un partido en el que también tuvo la mejor versión de su arquero Jan Oblak.

El DT Diego Simeone continuó alternando su sistema en fase ofensiva y defensiva, empleando el 4-4-2 con Riquelme ocupando el costado izquierdo en el centro del campo y el mismo futbolista retrasando su posición en defensa para situarse en un 5-4-1 con Julián Álvarez como centrodelantero, lejos de ese momento en que optó por colocarlo como carrilero, lo que le valió duras críticas.

A medida que avanzaba el encuentro fue el Mallorca quien ganó metros sobre el césped, defendiéndose con la pelota en su poder y dando participación a un Sergi Darder que ocupaba interiores y dejaba todo el carril izquierdo para Mojica.

El mediocampista mallorquín fue el artífice de la mejor ocasión de la primera parte con una pelota a Larin que obligó a Jan Oblak a sacar una mano para desviar el remate a córner.

El elenco madrileño fue incapaz de generar peligro en los primeros 45 minutos ante una defensa local que vivió muy cómoda y sin grandes complicaciones frente a Julián Álvarez, desconectado del juego, y Antoine Griezmann, más pendiente de arrancar las jugadas desde la base.

El inicio de la segunda mitad no cambió la tónica del encuentro, con dos equipos que evitaban todo tipo de riesgos cuando tenían la posesión y buscaban hacer daño a su rival a través del contragolpe.

Antes de pasar la hora de juego, una falta en el centro del área de Lenglet a Larin provocó las protestas del Mallorca por una posible segunda tarjeta amarilla al central francés que habría supuesto su expulsión.

Cuando peor parecía estar el cuadro madrileño llegó el tanto. Un envío de Oblak tras un córner a Giuliano Simeone lo aprovechó para ganarle la pulseada a Maffeo y Mojica, que no se entendieron, y el hijo del Cholo regaló el festejo a Julián.

El encuentro se animó y Riquelme falló una ocasión inmejorable en la que quedó solo ante Greif, y en lugar de buscar otro pase remató al arco.

El Atlético renunció por completo a la pelota y se sostuvo gracias a una versión muy contundente de Josema Giménez, quien volvía al once, y le ganó la partida a un Muriqi que no pudo aparecer de manera decisiva.

Un error de su compañero en la zaga, Witsel, comprometió el resultado cuando dejó solo a Abdón, quien no pudo empatar tras una aparición milagrosa del portero esloveno Oblak, confirmando su gran nivel tras el encuentro de París.

Los colchoneros enlazaron su cuarto triunfo consecutivo para respirar con más tranquilidad durante la fecha FIFA.



Fuente Clarin

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