El empate 2-2 entre Fluminense y Gremio dejó algo más que un punto en el marcador: expuso una tensión inesperada en el banco del equipo carioca. En los últimos minutos del partido disputado en el Maracaná, el técnico Mano Menezes protagonizó un desencuentro con el lateral Marcelo, quien estaba por ingresar al campo para reforzar la defensa en el cierre del juego.
El episodio se dio en el minuto 45 del segundo tiempo, cuando Fluminense ganaba 2-1. Menezes decidió sustituir a Lima por el exjugador del Real Madrid para asegurar el resultado. Sin embargo, tras un breve intercambio en la línea de banda, el DT, visiblemente molesto por un gesto o comentario de Marcelo, canceló el cambio y gritó: “No entra”.
Marcelo volvió a sentarse en el banco con un semblante serio, mientras que el técnico optó por el delantero John Kennedy en lugar de reforzar la defensa. La decisión tuvo un costo: pocos minutos después, Gremio igualó el marcador con un penal convertido por Reinaldo. La frustración se hizo evidente en el banquillo del Fluminense, donde Felipe Melo fue expulsado tras protestar enérgicamente contra el arbitraje. Este altercado añade un nuevo capítulo de tensión en el vestuario de un equipo que no logra encontrar estabilidad en la Serie A.
«Iba a poner a Marcelo en ese momento, pero oí algo que no me gustó y cambié de opinión. Puse a John Kennedy, que es un jugador fuerte y te da salida», explicó Menezes en la conferencia de prensa tras el partido. Y agregó: «Cuando pones a un jugador en los últimos minutos, es para cerrar el partido. El jugador lo sabe, y lo resolveremos internamente».
Fluminense atraviesa un momento complicado y está lejos de ser el equipo que ganó la pasada Copa Libertadores. En la tabla del Brasileirao, ocupa el puesto 12 con 37 puntos, lo que le alcanza para un boleto a la Copa Sudamericana, pero lo mantiene apenas a tres puntos de la zona de descenso. Gremio, por su parte, está una posición por encima, con 39 unidades.
“Deberíamos haber celebrado otra victoria aquí y no lo hicimos por esas cosas del fútbol. Creo que jugamos para un marcador de cuatro goles por las claras oportunidades que tuvimos», expresó Menezes, visiblemente frustrado. «Tuvimos ocasiones con Lima, con Nonato, dominamos el juego casi toda la segunda mitad. Pero, cuando había que cerrarlo, un balón sin pretensiones terminó en el área, y el árbitro cobró un penal en la última jugada del partido. Nos vamos con esa sensación de frustración porque el equipo mereció otro resultado”, concluyó.