Horas antes de que Claudio «Chiqui» Tapia fuera reelegido al frente de la AFA hasta 2028, de reformar el estatuto y de que se suspendieran los descensos del campeonato de primera división, Javier Milei redoblaba la presión sobre el mandamás del fútbol argentino. El Presidente posteaba caricaturas de Nik que renombraban al ex titular de Barracas Central como «Cheque» Tapia y el textual «AFAno siempre» y la Inspección General de Justicia mantenía vigente su amenaza de intervenir la casa matriz del fútbol argentino. El jefe de Estado, sin embargo, puso en pausa ese capítulo de su «batalla cultural», que comparte con Mauricio Macri.

Andrés Fassi y Javier Milei, juntos en la Casa Rosada.Andrés Fassi y Javier Milei, juntos en la Casa Rosada.

Pesaron más los trascendidos del rechazo que generó la iniciativa oficial en el Seleccionado campeón del mundo que capitanea Lionel Messi. El grupo de jugadores banca fuerte a Tapia y en el Gobierno saben que la posibilidad de que la FIFA desafilie a la AFA por la intervención estatal y hasta la suspenda de competencias internacionales es mucho más que un «mito urbano creado por Julio Humberto Grondona«, como deslizaban desde la IGJ.

En la Casa Rosada se toman bien en serio el sentir de Messi y el resto de los jugadores de la Scaloneta. Por sugerir que el equipo le debía una disculpa a Francia por los cantos racistas después de ganar la última Copa América, tuvo que irse el secretario de Deportes Julio Garro. «La Oficina del Presidente informa que ningún gobierno puede decirle qué comentar, qué pensar o qué hacer a la Selección Argentina Campeona del Mundo y Bicampeona de América, ni a ningún otro ciudadano», publicó entonces en X la Oficina del Presidente.

Lo cierto es que la decisión de avanzar sobre la AFA era mucho más que una aventura solitaria del ministro de Justicia Mariano Cúneo y del titular de la IGJ Daniel Roque Vitolo. Por eso, Milei recibió el 30 de septiembre al titular de Talleres Andrés Fassi, enemigo público de Tapia. «La convocatoria era irregular e ineficaz a los efectos administrativos y absolutamente inválida”, señaló reiteró este viernes Vítolo en declaraciones a Rivadavia

La IGJ envió a pedido de la AFA a dos veedores a la asamblea del jueves, el director nacional de Entidades Civiles, Juan Carlos Pratesi, y los inspectores Mara López y Ariel Delgado.

Aunque sus advertencias de que no podrían avanzar con la elección y el cambio de estatuto no surtieron efecto, en la IGJ tomaron nota de supuestas incongruencias en los balances de la AFA. Señalan que en el último ejercicio se triplicó el gasto en salarios y cargas sociales, aunque no se informaron nuevas contrataciones. Según los números a los que tuvo acceso el Gobierno, la AFA gastó 61.892 millones de pesos en sueldos y cargas sociales incluso sin registro de un cambio significativo de nómina. El promedio de los últimos ejercicios era de 19.830 millones,

En el Gobierno señalaron que en el balance figuran pagos por inversiones de $62.378.000.000, pero que la única compra que podría inscribirse en ese ítem es de $3.466.000.000. «Hay un gasto de más de 58.000 millones que no está registrado en ningún lado. Se infiere que hay bienes de uso que están siendo mal categorizados como activos no corrientes», señalan en el Gobierno.

El estado contable al 30 de julio enseñaría, según señalaron funcionarios de la administración nacional con acceso al mismo, ingresos en flujos de efectivo que ascenderían a 83.965.000.000 pesos, 18 veces más que en el anterior.

Según el informe que consumen en el Ejecutivo, la AFA perdió más de 13.000 millones de pesos al otorgar créditos que nunca logró cobrar; en los libros contables no figuraría quiénes son los deudores y el montó creció seis veces.

En el Gobierno señalan que los gastos de la scaloneta y las selecciones juveniles también crecieron. La AFA habría registrado un gasto de $39.518.000.000, aunque tampoco aclararía en qué fueron los mismos. Representaría más del doble que el ejercicio anterior.

Los gastos en indumentaria también habrían crecido 2,5 veces, según los números que manejan en el gabinete y habría duplicado el gasto en el colegio de árbitros y la escuela técnica, que habría ascendido a más de $3.000.000.000. Según los números que reiteran en el Gobierno, no obstante, la AFA sí pudo ahorrar a pesar del contexto inflacionario en sus gastos de «administración y gestión» que solo crecieron 3.000 millones de pesos, la quinta parte del total de $15.706.000.000.

Las presuntas inconsistencias apuntan ante todo contra el tesorero de AFA, Pablo Toviggino, mano derecha de Tapia en la AFA y en Barracas y con fluidos contactos con el mundo judicial.

En la Asamblea del jueves en la que resultó reelegido, Tapia logró imponer la mudanza de la AFA a Ezeiza. Con asiento en la Provincia, quedaría fuera del alcance de la IGJ, que de todos modos estudia nuevos dictámenes y multas contra la AFA. «Busca la protección de (Axel) Kicillof», señalan en el ministerio de Justicia. Fuentes oficiales sugieren de todos modos que cualquier ciudadano sin nexos con el Gobierno podrían ejecutar denuncias por administración fraudulenta. Antes de la Asamblea, en el Gobierno advertían que Tapia podría ser denunciado penalmente si desoía el dictamen de la IGJ del lunes, que impedía las elecciones.

De fondo se juega el partido por la Sociedades Anónimas Deportivas (SAD) que el Gobierno habilitó en el DNU 70. La AFA le baja la persiana y en la Rosada advierten que ninguna asociación puede ponerse por encima de la ley nacional del deporte que fue afectada en el Mega DNU.



Fuente Clarin

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