«Dale campeón, dale campeón». El grito desafiante resonó con fuerza en el Coliseo del Futsal del predio Lionel Andrés Messi de Ezeiza minutos antes de las seis de la tarde de este jueves 17 de octubre. En ese momento, la Asamblea General Ordinaria de la AFA reeligió por aclamación a Claudio Tapia como presidente. Pero la historia no terminó ahí. Con la ausencia llamativa de Estudiantes de La Plata y a pesar de la solitaria resistencia del vicepresidente tercero de Talleres de Córdoba, Rodrigo Escribano, quien no acompañó los primeros puntos del orden del día y se marchó en medio de la sesión tras cuestionar el balance y hacer enojar al tesorero, Pablo Toviggino, todo siguió su cauce. Como si la Inspección General de Justicia (IGJ), que tuvo tres veedores en el lugar, no hubiera declarado 48 horas antes «irregular» la convocatoria y objetara que se discutieran ocho de los 16 puntos del orden del día.
En la reunión, que culminó a las 18.05 con un clima de cancha, se nombró al nuevo Comité Ejecutivo con la incorporación de Juan Román Riquelme como vicepresidente primero, se mudó la razón social a la Provincia de Buenos Aires, se amplió la cantidad máxima de mandatos consecutivos de cuatro a cinco y se anularon los descensos de la Primera División para este 2024. ¿Todo pasa? La Cámara de Apelaciones en lo Civil será la encargada de definir si lo aprobado en Ezeiza tiene validez o no. El fallo puede demorarse hasta un mes. Igualmente, más allá de los tiempos judiciales, resta esperar cuál será el contraataque del gobierno de Javier Milei en esta guerra abierta por la incorporación de las SAD y, en definitiva, por el poder del fútbol argentino. ¿Llega el fin del decreto 1212?
El inicio de la Asamblea estaba pactado para las 16. Hubo que esperar cuarenta y dos minutos para que Gustavo Lorenzo, director general de la AFA, la diera por comenzada. Estaba sentado a la derecha de Tapia. Acompañaban la escena Juan Carlos Patresi (veedor de la IGJ), Andrés Urich (director de Legales), Toviggino (tesorero) y Víctor Blanco (secretario). Primero sonó el himno nacional y luego se convocó a un minuto de silencio para homenajear a todos los que ya no están. Acto seguido, se procedió a leer uno por uno los asambleístas. Y ahí llegó la primera novedad. Estaban convocados 46, pero solo había 45. El que pegó el faltazo fue el representante de Estudiantes, otro de los clubes que está de la vereda de enfrente de la AFA de Tapia y que ya hizo sociedad con un capital privado. Ni Martín Gorostegui (vicepresidente 1°) ni Christian Spagnolo (vicepresidente 3°) fueron mencionados al momento de la lectura del quórum.
Lo primero que hizo Lorenzo, a cargo de la Asamblea, fue leer la resolución de la IGJ a pedido de los veedores. Acto seguido, compartió el informe del Departamento de Legales de la AFA, que advirtió que esa resolución «no está firme y sus efectos no están vigentes». Además, se apoyó en la parte conveniente del fallo del juez Christian Pettis y avisó que tienen decidido hacer su descargo «en tiempo y forma» ante la Cámara Nacional de Apelaciones.
Eso sirvió para que la Asamblea comenzara con el orden del día. Y, como si se tratara un guiño irónico del destino, los asambleístas que dieron luz verde con su moción fueron Alejandro Moyano, vice segundo de Belgrano de Córdoba, y Pablo Guerra, vice segundo de Estudiantes de Caseros. Fue entonces cuando Escribano empezó a manifestar su posición contraria a la hora de votar y evitar que todo fuera aprobado por unanimidad. El principal objetivo era objetar el balance y avisar que no participaría en la votación de los ocho puntos que había objetado de la IGJ.
Antes de que se iniciara el debate por puntos más importantes, Tapia tomó el micrófono y dio un encendido discurso, casi sin recurrir al machete, en defensa de su gestión -«Refundamos al fútbol argentino», repitió varias veces- y de los clubes como los responsables de formar a los jugadores campeones del mundo. Fue un mensaje por elevación al gobierno nacional y su idea de impulsar las SAD.
«No se dejen engañar. Los jugadores se forman acá y los responsables son ustedes. Es el momento de la reafirmación de todo lo que conseguimos en el fútbol mundial», se envalentonó antes de agradecer la presencia de Sergio Marchi (Agremiados), Carlos Bonjour (Utedyc), Horacio Arreceygor (Satsaid), Miguel Paniagua (SUTEP), Federico Beligoy (Colegio de Árbitros), Sergio Pezzotta (UADA) y Salvador Pasini (ATFA). Incluso, agradeció la participación de Mara López, Ariel Delgado y Juan Carlos Patresi, los tres veedores de la IGJ.
Todo avanzaba con luz verde -mayoría absoluta- a pesar del aislado voto negativo de Escribano. Sin embargo, después de que Mónica Bouvet, gerenta de Administración y Control Contable de la AFA, diera los números del balance del ejercicio 2023-2024 con «12 mil millones de pesos de superávit y un crecimiento del patrimonio neto del 49 por ciento», el representante de Talleres hizo enojar a Toviggino, mano derecha de Tapia, al pedir explicaciones sobre los números expuestos.
«Escribano, ¿vos no sos abogado?”, le preguntó con sarcasmo el poderoso dirigente santiagueño a Escribano. “Esto no es una reunión de amigos. Si querés agregar algo, hacé una moción y que te apoyen”, le retrucó. El termino “reunión de amigos” había sido usado por el titular de la IGJ, Daniel Roque Vítolo, para definir la Asamblea luego de intentar impedir el tratamiento de 8 de los 16 puntos del orden del día. El hombre de Andrés Fassi, avalado por Patresi, leyó sus argumentos. Fue el único voto en contra. Enseguida, abandonó la reunión. Los silbidos se transformaron en aplausos y, ya con 44 asambleístas, todo se definió por unanimidad.
Así fue como se reeligió a Tapia hasta 2028 y sonó el «dale campeón» y el «que de la mano de Chiqui Tapia todos la vuelta vamos a dar». También se anunciaron las nuevas conformaciones del Tribunal de Disciplina, el Tribunal de Apelaciones, la Comisión Electoral y la Comisión Fiscalizadora. Restaba el punto 16 de la orden del día, donde se llevaron a cabo tres sustanciales modificaciones al Estatuto.
La primera fue la mudanza de la AFA a los dominios de la Provincia de Buenos Aires para quedar, entre otras razones, fuera del alcance de la IGJ. La segunda fue la ampliación de los mandatos consecutivos para los miembros del Comité Ejecutivo de cuatro a cinco. En consecuencia, Chiqui Tapia podrá se reelegido en otras dos ocasiones. Finalmente, la anulación de los descensos y la decisión de que a partir de 2025 sean 30 los equipos en Primera División. Un alivio para los clubes que estaban más comprometidos -por estos días Independiente Rivadavia y Tigre-, pero un lastre para aquellos que sueñan con una categoría más competitiva.
“Este va a ser el Comité más representativo que me va a tocar conducir. El único compromiso que tenemos es por y para el fútbol. Lo único que nos dedicamos a hacer es política por y para el fútbol. No tenemos otro interés. Venimos saneando la deuda que tenemos en el fútbol argentino, que es el crecimiento edilicio. Esta es la única política que hacemos: por y para el fútbol. Para nuestros clubes. El fútbol es cultura; el fútbol somos nosotros, señores”, cerró Tapia, quien ya se prepara para seguir con su pugna con el gobierno nacional. En su mensaje final incluyó las escuelas que tienen muchos clubes. Tal vez sepa que está en carpeta derogar el Decreto 1212, un régimen especial para los clubes de fútbol que beneficia a aquellas instituciones que tienen establecimientos educativos. Esta historia continuará.