La muerte sorprendió a Ayrton Senna hace exactamente 30 años, mientras disputaba el Gran Premio de San Marino de la Fórmula 1, el mismo que en 1993 estuvo a punto de no correr porque McLaren no le había depositado el millón de dólares que cobró esa temporada por cada carrera que disputó. El año anterior a su muerte fue paradójico: así como forzó al equipo inglés a una negociación multimillonaria por un contrato de último minuto también se ofreció para correr gratis en Williams, sufrió el rechazo de Ferrari y hasta probó un IndyCar en su coqueteo con una categoría que logró llevarse al campeón reinante, Nigel Mansell, en su amenaza con eclipsar a la F1.

Senna no estaba contento con McLaren en 1992: ganó por primera vez el 31 de mayo, en Mónaco, sexta prueba de la temporada, después de ver cómo Williams se quedaba con las cinco primeras carreras con Mansell al volante. De hecho, tras hacer la pole en la siguiente prueba (GP de Canadá), expresó públicamente: “Tenemos que trabajar aún más el auto para superar el poderío de los Williams”.

Quizás para entonces ya estaba carburando esa idea de correr sin cobrar para Frank Williams, que le confesó a El Gráfico en una entrevista posterior. “Por supuesto que fue verdad – reconoció-. El dinero es importante para mí sólo hasta un cierto punto. Justamente porque, tras ganar varios campeonatos, con una posición económico-financiera estable para el resto de mi vida, lo importante para mí era continuar haciendo lo que me gusta. Y lo que más me gusta es participar en condiciones reales de vencer”.

En medio de una temporada, la de 1992, sin ningún atractivo, puesto que Williams se encaminó al título muy pronto, la atención se centró en el mercado de pilotos y allí el más destacado era Senna, sobre quien ya en septiembre se planteaba la duda de si seguiría corriendo o se tomaría un año sabático, como ya había sucedido con el francés Alain Prost.

Senna y Prost como compañeros de equipo en McLaren en 1988, cuando el brasileño fue campeón. Foto AFPSenna y Prost como compañeros de equipo en McLaren en 1988, cuando el brasileño fue campeón. Foto AFP

Justamente, pese a no estar ese año en actividad, el nombre de Prost no tardó en colarse en los medios y se mezcló con el de Senna desde que acordó volver a la F1 con un Williams. Sobre el francés se dijo que había vetado al brasileño como compañero de equipo, más aún luego de que Mansell resolviera retirarse al final de la temporada para incursionar en el automovilismo estadounidense.

«Todo lo que se dijo y se escribió sobre el tema es falso. La idea de Frank Williams era colocarme junto con Mansell el próximo año, pero fue Senna quien con sus declaraciones puso todo en discusión. Por eso, toda esta historia me pesa, desde el momento en que se me atribuyó un papel que jamás tuve«, comentó en noviembre de 1992 quien había sido campeón en 1985, 1986 y 1989 (y volvería a serlo en 1993).

“Incluso -advirtió quien fue compañero de Senna en McLaren en 1988 y 1989- estaba dispuesto, si nos hubiéramos reunido, a aceptar que Nigel y yo estuviésemos en un plano de igualdad técnica y financiera. Pero nadie en Williams me preguntó sobre cuáles deben ser los pilotos de la próxima temporada. Es Frank Williams es el que debe decidir. Y según lo que decida yo seré libre de aceptar o no…«.

Pero Frank Williams no deseaba un escándalo, ¿o quizás fue presionado por Renault, su proveedor de motores, que quería evitar el riesgo de dos pilotos enfrentados por el título? Lo cierto es que, antes de las declaraciones de su piloto estrella, aclaró que la hipótesis de contratar a Senna estaba “muerta y sepultada».

Finalmente, ese asiento fue para Damon Hill, un piloto número dos que no iba a obstaculizar las aspiraciones de Prost de reconquistar el torneo. “Hill es muy veloz pero le falta experiencia en carreras mientras que Brundle, en cambio, no se comporta muy bien en las clasificaciones pero es eficaz en las carreras y vale unos 50 puntos que nos deberían permitir conservar la Copa de Constructores”, había dicho el fundador de la escudería inglesa antes de inclinarse por el hijo de Graham Hill y futuro campeón de la F1 en 1996.

Ferrari, una roja obsesión

¿En la mira de Ferrari? Desde agosto, la prensa internacional ubicaba a Senna en la Scuderia, más por un deseo del brasileño que por una posibilidad real de los italianos.¿En la mira de Ferrari? Desde agosto, la prensa internacional ubicaba a Senna en la Scuderia, más por un deseo del brasileño que por una posibilidad real de los italianos.

El sueño de niño de correr en Ferrari era también el de Ayrton Senna. Y 1992 fue el año en el que existió el coqueteo pero también el desplante por parte del Cavallino Rampante, que se inclinó por Jean Alesi y Gerhard Berger para 1993. Es cierto, también, que no era un momento propicio para el deseo del brasileño de pelear por un título.

En la previa del GP de Francia, en julio de 1992, nuevamente surgió en el paddock la versión sobre un probable ingreso del brasileño a Ferrari. Se apoyaba, básicamente, en las declaraciones de Gianni Agnelli, entonces presidente de Fiat, la empresa dueña de la Scuderia. Nuestra intención de contratar a Senna sigue firme -contó-, pero solo la concretaremos cuando tengamos la posibilidad de ofrecerle un coche competitivo».

Recalcó, asimismo, que «antes de firmar cualquier contrato, Ferrari le ofrecerá a Senna todas las garantías de un auto competitivo, ya que consideramos que solo en igualdad de condiciones técnicas un piloto puede marcar con su talento el desequilibrio. Si un coche está en inferioridad mecánica, el piloto no puede ganar por sí solo en estos momentos en la Fórmula 1″.

Si bien Niki Lauda, entonces manager de Ferrari, lo había descartado («Hablé con Senna y me comentó que por ahora no le interesa manejar un auto que normalmente larga desde la tercera o cuarta fila. Y esto es lógico en alguien que, como Ayrton, está acostumbrado a partir siempre desde la primera fila», confirmó el austríaco), Senna usó esa carta como un as en la manga para negociar su siguiente aventura. “Estoy más cerca de Ferrari que hace 12 meses…», aseguró en noviembre, durante el lanzamiento oficial de un yate con su nombre en San Pablo.

La intriga que caracterizó a ese mercado de pases ayudó a que los medios siempre colocaran al astro brasileño cerca de Ferrari. Se notó sobre todo cuando se posicionó a Alesi como futuro posible compañero de Prost en una alineación 100% francesa en Williams, presionado supuestamente por Renault y Elf. Entonces, se dijo que la vacante en el Cavallino Rampante iba a ser ocupada por Senna, quien recientemente había condicionado su permanencia en McLaren a la utilización de los motores Renault, puntualizando que en caso contrario se iría, porque seguía «teniendo una puerta abierta en Ferrari».

Ferrari se la cerró de un portazo en ese mismo noviembre, cuando se apresuró a confirmar a la dupla Berger-Alesi para 1993.

De la prueba en IndyCar y un Año Nuevo sin equipo al contrato de un millón de dólares

"La rival de la F1". Con la presencia asegurada de Mansell, el campeón reinante, y el coqueteo de Senna, la IndyCar aparecía en Clarín como una categoría que podría traerle dolores de cabeza a la F1.«La rival de la F1». Con la presencia asegurada de Mansell, el campeón reinante, y el coqueteo de Senna, la IndyCar aparecía en Clarín como una categoría que podría traerle dolores de cabeza a la F1.

El 20 de diciembre de 1992, Ayrton se subió a un Penske PC22 y giró en el circuito Firebird Raceway Oeste. Le costó encontrar el ritmo rápido, incluso fue lento en las primeras vueltas. Pero terminó aquel día apenas 0,6 segundos más lento que Emerson Fittipaldi en el nuevo Penske. Se decía que los brasileños conformarían la nueva dupla del equipo de IndyCar. Pero en enero de 1993 se confirmó a Paul Tracy, su piloto de pruebas, como titular.

Mientras tanto, McLaren mantenía libre su asiento en la F1 pero Senna seguía sin confirmar si volvería. Fue entonces que Phillips Morris intercedió y juntó a las partes en su sede suiza de Lausana. Allí, Ron Dennis, el fundador del equipo McLaren, alertó que tenía que pagarle a Ford los motores nuevos y solo tenía cinco millones de dólares disponibles.

"Por ahora, no corre". En febrero de 1993, Senna seguía inactivo y su futuro era un misterio para la prensa.«Por ahora, no corre». En febrero de 1993, Senna seguía inactivo y su futuro era un misterio para la prensa.

“Está bien. Haré las primeras cinco carreras, y eso es todo, le respondió, rápido con las palabras como con los reflejos, Senna. “Así surgió. No dijo: ‘Quiero un millón por carrera’. Simplemente, dijo: ‘Solo haré las primeras cinco carreras’«, contó tiempo después quien fue el representante del piloto, Julian Jakobi .

De esa forma, Ayrton accedió a firmar su contrato con una cláusula muy específica: condicionó su participación en cada Gran Premio a cada una de las transferencias que McLaren debía hacerle cada miércoles anterior a la carrera. “Ayrton podría darles una segunda oportunidad el jueves, pero tenía la opción de cancelar el contrato si no llegaba el dinero. Así que efectivamente fue un contacto carrera a carrera, porque podría acabarse», precisó Jakobi.

"Senna correrá en Sudáfrica". El martes 9 de marzo de 1993, Clarín confirmó la presencia del brasileño en el primer GP de la temporada, que se disputaría ese fin de semana.«Senna correrá en Sudáfrica». El martes 9 de marzo de 1993, Clarín confirmó la presencia del brasileño en el primer GP de la temporada, que se disputaría ese fin de semana.

Para el cuarto GP de 1993, San Marino, el fax que confirmaba la transferencia no llegó el miércoles y Senna, que estaba en San Pablo, desapareció con una chica. El pago impactó recién al día siguiente y por eso el piloto llegó al autódromo Enzo y Dino Ferrari recién el viernes 23 de abril para subirse al auto cuando había transcurrido la mitad de la primera práctica.

“No sabía en la mañana del jueves que iba a estar aquí el viernes a la mañana. Creí que iba a ver la carrera por televisión, les dijo Ayrton a los periodistas que cubrían el GP, justo antes de la clasificación, en la que sufrió un despiste. “Fue una locura”, resumió su representante.

Finalmente, el brasileño disputó las 16 carreras de la temporada (¡16 millones de dólares mediante!) y sumó más abandonos (seis) que victorias (cinco), aunque le bastó para ser subcampeón, a 26 puntos de Prost.

Logró fichar para Williams en 1994, pero ya era tarde. Fue 13° en Brasil y abandonó en Japón antes de aquel fatídico GP de San Marino en Ímola del 1° de mayo de 1994.



Fuente Clarin

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *